Existen ocasiones en las que el día a día o lo frenético de la rutina puede provocar desajustes en el organismo de los que no somos conscientes. Incluso presentando algunos síntomas más o menos claro, es habitual que no se le dé importancia al asunto. Al fin y al cabo, ¿cuántas veces las dolencias no desaparecen de la misma forma en la que se presentan sin más? La falta de hierro, no obstante, no solo puede provocar un tipo de anemia, sino también perjudicar gravemente la salud y las energías que se requieren para sobrellevar cada jornada.
En este artículo te damos las claves sobre cómo detectar si realmente tu cuerpo te está diciendo que padece una alarmante falta de hierro.
4Falta de hierro: problemas de infecciones
Suele decirse que el hierro nos hace más fuertes, y en gran medida es cierto. De hecho, cuando no se cuenta con unas cantidades de hierro adecuadas en el organismo, esto se resiente en lo glóbulos rojos y blancos, que son imprescindibles a la hora de evitar infecciones.
Un organismo sano, con hierro en cantidades normales, sobrelleva mejor las enfermedades de tipo infecciosas que uno que tiene unos niveles excesivamente bajos. Por lo tanto, coger demasiadas enfermedades infecciosas de todo tipo también puede significar que uno no acumula todo el hierro que debería, y por lo tanto padece anemia.
