El jefe de marketing de Metro afronta su salida: Sol quiere una purga en Transportes

La Comunidad de Madrid afronta una renovación completa. Especialmente en las consejerías «casadistas» que todavía perviven, es decir, de la de Transportes, la de Administración Local y Digitalización, la de Justicia, Interior y Presidencia y alguna que otra más como la de Sanidad. Sobre los cabezas de las consejerías, no hay dudas, pero aún quedan muchos altos funcionarios trufados que tienen raíces polémicas que saldrán por la puerta de atrás. El más polémico de todos es Miguel Oliver, jefe de marketing de Metro y mano derecha del exconsejero de Ciudadanos Ángel Garrido que será «barrido» de la administración tan pronto como cambie el consejero. Oliver forma parte de toda una estructura que ha sobrevivido en Metro de Madrid y que desde Sol quieren limpiar cuanto antes. Tanto David Pérez como Miguel Ángel Rodríguez no vieron con malos ojos la presencia de Oliver, pero eso ha cambiado.

Miguel Oliver no es el único. Hay una buena parte de altos cargos en Metro de Madrid que vienen de la etapa de Garrido como consejero de Transportes y que han sobrevivido a los cambios porque David Pérez, uno de los consejeros más señalados por Isabel Díaz Ayuso por haberse mantenido leal a Pablo Casado en plena guerra interna, se negó a tocar la estructura establecida. Miguel Oliver es el más polémico porque directamente fue dircom de Garrido cuando éste fue presidente de la Comunidad de Madrid. Pero Garrido y Oliver, mano a mano, han enchufado en Metro a buena parte de altos cargos por cuestiones personales dejando la institución en el punto de mira. Ahora, con las elecciones, Ayuso quiere realizar cambios profundos tan pronto como se coloque a un nuevo consejero o consejera.

Oliver ha sobrevivido inexplicablemente con un salario superior a los 90.000 euros brutos al año durante toda esta legislatura pese a que los consejeros de Ciudadanos salieron del gobierno. La razón tiene que ver con que David Pérez no quiso emprender cambios cuando se hizo después de las elecciones de 2021 con el control de la Consejería de Transportes y porque, según fuentes de Sol, Miguel Ángel Rodríguez no quiso apartarle del cargo. Miguel Oliver siempre supo moverse para sobrevivir, pero ahora se acaba su tiempo de descuento.

La Comunidad de Madrid quiere emprender cambios profundos en las consejerías que estaban en manos de los consejeros que no se mantuvieron leales a Ayuso en la guerra interna. No solo en altas instancias, sino también entre los altos cargos, directores generales y jefes de sección de toda la administración pública. La salida de Miguel Oliver es inminente. Se planteó en su momento con la llegada de Pérez, pero no hubo finalmente cambios porque el consejero no tenía permiso de Sol para emprender cambios profundos a nivel estructural. Pero esto ha cambiado. Oliver lleva tiempo escondido «debajo de la mesa» para sobrevivir en la administración pública pero los compañeros del mismo. Ya pasó con Silvia Roldán, quien salió por la puerta de atrás y sin hacer mucho ruido, y ahora pasará con un Miguel Oliver que no tiene demasiados amigos en Sol.

Lo mismo pasará con otras consejerías como la de Carlos Izquierdo o la de Enrique Ruiz-Escudero. Los cambios que se emprenderán tras las elecciones autonómicas de mayo serán mucho más profundos de lo que les gustaría a los supervivientes. No hay que olvidar que buena parte de los altos cargos de las consejerías que pertenecían a Ciudadanos siguen ahí porque Ayuso no quiso que la purga de los consejeros naranjas se convirtiera en una masacre más propia de otros países. Miguel Oliver ya tiene las maletas puestas en la puerta y sabe que no renovará. Y como él, todas aquellas que colocó por cuestiones personales.