Sudar sangre es posible. Este rarísimo fenómeno, denominado «hematohidrosis», se produce sólo en momentos de gran ansiedad, estrés y debilidad física.
En esas condiciones, los vasos sanguíneos pueden contraerse y dilatarse hasta el punto de ruptura, de forma que se producen hemorragias en la capa de la epidermis más próxima a las glándulas sudoríparas. Así, la sangre se mezcla con el sudor y brota por la piel.