Un «doble» de Ortega Smith en Barcelona quiere llenar el centro de coches de los 90

La batalla de Javier Ortega Smith contra las Zonas de Bajas Emisiones y las restricciones del tráfico en los centros de la ciudad llega a Barcelona. El candidato de Vox a la alcaldía de la ciudad condal, Gonzalo de Oro, sigue la senda de su homólogo de la capital e incluye como elemento de campaña la eliminación de la medida tomada por el gobierno de Colau de restringir el tráfico en centro de Barcelona. El candidato asegura que quiere que las «furgonetas antiguas» puedan volver a entrar al centro y se posiciona en contra de estas zonas limitadas de circulación, copiando la campaña de Ortega Smith y demostrando que no está informado sobre la normativa europea y nacional.

Gonzalo de Oro ha declarado en el canal Betevé que quieren «eliminar la Zona de Bajas Emisiones» de Barcelona, porque «no es justo que tengas que ser millonario» para entrar en la ciudad. Además menciona que «el señor que tiene una furgoneta antigua tiene que tener derecho a entrar» en el centro. El candidato remata estas declaraciones con un tweet en el que deja clara sus intenciones, asegurando que no «tardarán ni un día» en llevarlas a cabo, lo que sigue la línea del partido. Así lo demuestra el diputado de la formación en el Parlamento catalán, Toni López, quien apeló desde la oposición que «su fanatismo climático ha convertido las ZBE en auténticas zonas de atraco ideológico».

Estas declaraciones procedentes de Cataluña demuestran que Vox tiene su propio lenguaje, el cual se pasan de unos a otros y terminan usando las mismas palabras para diferentes ciudades. Por eso, ambos políticos catalanes suenan igual que el candidato madrileño, Ortega Smith, quien utiliza el mismo término de «fanatismo climático» para referirse a la Zona de Bajas Emisiones de Madrid, alegando, al igual que sus «dobles» catalanes, que es una «máquina de recaudación». Por eso, además de demostrar su posición en contra de la realidad climática, también muestran que consideran que ambas ciudades necesitan lo mismo, siendo Madrid y Barcelona completamente diferentes.

La vuelta a los coches sin etiqueta supondría ir en contra de la UE

Lo que los candidatos de Vox no barajan dentro de su discurso que este tipo de declaraciones contradicen directamente, no solo a la normativa europea sobre medio ambiente, sino también a la Ley de Cambio Climático y Transición Energética, publicada en el BOE desde el 21 de mayo de 2021, que establece la obligatoriedad de crear una ZBE a todos los municipios españoles de más de 50.000 habitantes. Por lo tanto, permitir el acceso de «furgonetas antiguas» al centro de las ciudades supondría incumplir una Ley nacional y «echarle un pulso» al Estado.

Además, la batalla personal de Vox contra las Zonas de Bajas Emisiones no solo supondría plantarle cara a la norma del Gobierno de Pedro Sánchez, también es enfrentarse con los reclamos procedentes desde la Unión Europea, ya que la Ley nacional es la respuesta de España a «la comunicación de la Unión Europea relativa al Pacto Verde Europeo». Desde la organización continental dejan claro el efecto positivo de estas zonas limitadas, asegurando que son «la medida más efectiva que los pueblos y las ciudades pueden tomar para mejorar la contaminación del aire».

Por otro lado, cuando Gonzalo de Oro asegura que quiere que los coches antiguos circulen por el centro de Barcelona, está yendo en contra de la normativa de los distintivos ambientales europeos. Este tipo de etiquetado no es un antojo del Gobierno de Sánchez, sino que sigue las líneas definidas por la Unión Europea y fue establecido para diferenciar los niveles de contaminación que produce cada vehículo según su tipo de motor y su año de fabricación. Esto implica que si «la furgoneta antigua» que Gonzalo de Oro quiere que entre en la ciudad condal no puede circular por la ZBE es porque no cumple con los límites validados por Europa.

la campaña local de Vox, la copia del Almeida del 2019

Cuando Manuela Carmena todavía era alcaldesa de Madrid, José Luis Martínez-Almeida utilizó la misma narrativa de Vox para conseguir votos. Una de los principales pilares de la oposición del actual alcalde fue su negativa a la Zona de Bajas Emisiones creada por su predecesora. Él mismo lo dejaba claro en la campaña electoral de 2019: «lo primero, se acabó Madrid Central», asegurando que era una medida que «perjudicaba a la capital».

Sin embargo, cuando José Luis Martínez-Almeida llegó a Cibeles, no pudo cumplir con su principal promesa electoral. Primero, pactó con Ciudadanos para mantenerlo y después hacerle una limpieza de cara, cambiarle el nombre a Madrid 360 e incluir nuevas restricciones, ligadas con la normativa nacional y las previsiones de acción climática de la Unión Europea.

Por lo tanto, todas las promesas de Vox sobre la eliminación de las ZBE no pueden llegar a ningún lado sin enfrentarse con la legislación de España y de la UE, siendo el discurso de ambos líderes municipales una herramienta electoral que solo deja entrever que sus proclamas son tan homólogas que es difícil pensar que conocen las necesidades específicas de Madrid y de Barcelona.