Pedro Sánchez y Nadia Calviño han encendido la mecha de la manipulación para tratar de sacar rédito electoral de cara a los comicios del próximo 23 de julio. Los dos máximos dirigentes del Gobierno y del PSOE culpan al PP de todos los males económicos que han asolado a España en la última década, incluyendo los recortes de la crisis de 2012 y el deterioro de la hucha de las pensiones.
Los primeros dardos con pólvora mojada los cargó Calviño la semana pasada, al asegurar que los ‘populares’ tendrán que hacer «recortes» si llegan a La Moncloa en las próximas elecciones del 23 de junio, un ataque que chocaba con sus declaraciones sobre las bonanzas de España y su resistencia a la recesión que asola ya a media Europa. La vicepresidenta culpabilizó al PP de la crisis de deuda de 2012, cuando Mariano Rajoy no llevaba ni seis meses en La Moncloa.
Calviño y Sánchez culpan al PP de la nefasta gestión del PSOE de Zapatero
En aquellos años convulsos para España y el resto de la UE, la situación era crítica. Estaba en juego la supervivencia del euro y el Banco Central Europeo (BCE) y el resto de la ‘troika’ tuvieron que salir al rescate de los países que peor lo habían hecho. Para llegar a esa situación habría que hacer un extenso repaso de la gestión de José Luis Rodríguez Zapatero, Elena Salgado y Pedro Solves, la crème de la crème de los peores gestores.
PEDRO SÁNCHEZ DEJA EN MÍNIMOS LA HUCHA DE LAS PENSIONES
Todos ellos socialistas y que negaron la existencia de la crisis incluso después de que estallara la peor tormenta financiera desde el crack de 1929. A ese período, con el PSOE en el poder, se le conoce en el ámbito económico como la ‘Gran Recesión’. Calviño lo oculta deliberadamente, pero aquella nefasta gestión tuvo consecuencias debido al disparado incremento de la deuda pública y el despilfarro económico. La vicepresidenta del Ejecutivo, sin embargo, prefiere ahora menospreciar la memoria de los españoles y olvidarse por qué el PP de Rajoy obtuvo la mayoría absoluta pocos años después.
Pedro Sánchez ha disparado la segunda manipulación a costa de la hucha de las pensiones. Aquella pésima gestión de Zapatero comió literalmente la conocida hucha de las pensiones, un remanente creado por el Partido Popular de José María Aznar para utilizarse precisamente en época de crisis. El PP dejó la hucha en niveles muy inferiores a los que entregó al Gobierno de Zapatero.
Pedro Sánchez ha presentado el burdo gráfico en un tuit para mostrar la situación de la hucha de las pensiones a lo largo de su creación, con un tono que recuerda y mucho al color azul utilizado por el PP, como si hubiera sido el responsable de todo este hundimiento. «De vaciar la hucha de las pensiones», reza el gráfico de Sánchez en un color utilizado por los ‘populares’, a «recuperarla y ampliarla», promete el presidente del Gobierno en funciones, eso sí con unas letras que recuerdan al tono rojo utilizado por el PSOE.
EL BURDO GRÁFICO DE PEDRO SÁNCHEZ PARA CULPAR AL PP
No obstante, el propio gráfico realizado por algún becario o mandado tiene errores de bulto, especialmente en cuanto a las fechas se refiere. Por un lado, el PP dejó el Gobierno en 2018, con una moción de censura convocada por el propio Pedro Sánchez. En el gráfico se aprecia que los mínimos de la hucha de las pensiones se han registrado precisamente bajo el mandato del dirigente del PSOE y de la propia Calviño al frente del Ministerio de Economía.
En la imagen se aprecia que los mínimos históricos de la hucha de las pensiones coinciden con el Gobierno de coalición entre PSOE y Unidas Podemos. Un verdadero acto de cinismo, como viene siendo habitual en este Gobierno, al negar que haya pactado con Bildu o posicionarse en contra de la ELA y negarse a dar unos cuidados paliativos dignos a los pacientes y familias, mientras «reafirma» todo el compromiso en esta precampaña para luchar contra la enfermedad y mostrar su apoyo a quienes la padecen.
PEDRO SÁNCHEZ, SUS PACTOS CON BILDU Y VIAJES EN FALCON
El cinismo es una seña de identidad del PSOE. Pedro Sánchez, como buen discípulo de Zapatero, lo practica en cada una de sus entrevistas en Atresmedia, cuyos directivos están agasajando al PP con Luis de Guindos como posible ministro de Economía de Alberto Núñez Feijóo, una vuelta al pasado. En radio, Sánchez ha negado que haya pactado acuerdos de Gobierno o investidura con Bildu, pese a los favores y exigencias dados a quienes colocaron a etarras con delitos de sangre en sus listas.
Asimismo, ha tratado de quitar hierro al uso del avión destinado al Gobierno, al afirmar que todos sus antecesores lo utilizaron. Si bien es cierto, todos ellos volaron en avión, pero ninguno de ellos se acerca ni remotamente a los vuelos realizados con Sánchez en el poder. El presidente en funciones ha utilizado el Falcon cerca de una vez cada cuatro días, unas 30 veces a la semana o lo que es lo mismo, 130 veces al mes. Los destinos de estos vuelos han sido numerosos y variados, desde fuera de España a aterrizar para llevar a su ‘sanchidad’ a mítines socialistas y conciertos varios, así como a sus residencias en época estival.
Para Sánchez estos ataques sólo tratan de deshumanizarle, una banalización de la palabra para alguien que tiene el poder y quien se ha negado a ofrecer transparencia por estos viajes, como ha constatado el Portal de Transparencia en los últimos años. Es el mismo presidente que se saltó la Constitución con los dos estados de alarma de la pandemia.