El cachopo, una delicia culinaria asturiana, se ha internacionalizado y adquirido múltiples variantes en países como México, Canadá, Estados Unidos e incluso en ciudades como Madrid, Roma, Londres o Berlín, aunque el verdadero cachopo, auténtico y gigantesco, sigue siendo servido en los restaurantes y chigres de Asturias. Este plato ha generado una cultura identitaria en torno a la «comida de casa» y se ha convertido en un símbolo de la gastronomía asturiana. Compararlo con un san jacobo o un Cordon Bleu resulta humillante para cualquier asturiano que valora y respeta la tradición culinaria de su tierra.
El cachopo es mucho más que eso, una combinación irresistible de ternera, jamón y queso fundido, envuelto en una capa crujiente de pan rallado. En este artículo, descubriremos los secretos y consejos para preparar un cachopo casero fácil de cocinar, logrando el auténtico sabor asturiano en cada bocado. ¡Prepárate para disfrutar de una experiencia gastronómica única con el rey de los platos asturianos!
2Los tres pasos inamovibles del empanado: Harina, huevo y pan rallado

El empanado sigue tres pasos universales e inamovibles: harina, huevo y pan rallado. Estas reglas son como las leyes de la termodinámica, sin importar el país al que vayamos, siempre necesitaremos estos tres componentes para lograr un buen empanado. Aunque la carne, el relleno, el tamaño o el tipo de harina y pan pueden variar, es imprescindible pasar por harina, huevo y pan rallado. La harina actúa como base, permitiendo que el huevo se adhiera correctamente a la carne, incluso si está seca.
A su vez, el pan rallado necesita del huevo para adherirse de manera uniforme en toda la superficie de la carne. Así que recuerda, sin importar qué tipo de empanado estés preparando, seguir estos tres pasos es fundamental para obtener un resultado delicioso y crujiente.