El precio del aceite de oliva continúa batiendo récords. El precio medio supera ya los 12 euros en la mayoría de supermercados, pero el Gobierno asiste con pasividad a este escenario. El alza de precios continúa, pero ya no hay medidas para amortiguarla, más cuando las negociaciones por la investidura copan toda la concentración.
El récord del oro líquido, un ingrediente esencial en la dieta mediterránea, ha llevado al enfado a los consumidores, pero también agricultores, quienes apuntan a los intermediarios de llevarse crudo el beneficio, mientras Luis Planas capea el temporal sin mostrar la más mínima preocupación. Este escenario, además, se conocía desde el pasado mes de marzo. La falta de lluvias del otoño pasado ha dado paso a olas de calor inusuales en el tercer mes del año, en plena floración del olivo. «Las flores se achicharraron y apenas se han salvado zonas de Jaén, Córdoba y Granada, el triángulo del olivar español.
Así las cosas, los agricultores eran conscientes de la situación, pero las elecciones han copado toda la artillería del Gobierno. Muestra de ello es la multa a Isabel Rodríguez por utilizar la mesa del Consejo de Ministros como tribuna de un mitin del PSOE. Sin medidas y con los intermediarios reventando los precios, pagando por kilo el récord de 1,5 euros en la cosecha de noviembre a los agricultores, el precio ha alcanzado los 12,5 euros en los lineales. Un precio que podría ser más caro en octubre.
EL GOBIERNO ASISTE IMPASIBLE A LAS SUBIDAS ESTRATOSFÉRICAS DEL ACEITE DE OLIVA
El aceite de oliva vendido y embotellado en este momento proviene de cosechas anteriores, del 2021 y 2022, sin que afecte a las propiedades. Según algunas fuentes, los intermediarios han guardado grandes partidas para ahogar al mercado y presionar los precios al alza, mientras las almazaras exportan a espuertas. De hecho, el aceite de oliva en venta se ha reducido con fuerza en los lineales.

Los envasadores señalan el aumento de los costes como principal aliciente de la subida de precios. Lejos de asumir una parte, éstos han decidido trasladarlos al consumidor. Es decir, si el coste ha subido de los 0,7 a los 1,4 euros en origen, en los lineales se ha disparado el precio en más de un 100% en el mismo periodo, pasando de los 6 a los 12 euros por litro. La subida es la misma, pero no es lo mismo abonar 0,7 euros de más que seis. Y es que, lejos de incrementar el precio al contado, lo han subido en el mismo porcentaje.
Es el juego del más fuerte y de quien tiene la sartén por el mango
Oficialmente, los costes se han disparado un 60% en el campo, pero un 35% en los lineales. A pesar de no llegar al mismo porcentaje, los euros contantes y sonantes difieren y mucho, más cuando es un aceite de oliva ya cosechado y elaborado de años anteriores, cuando los costes no se habían disparado hasta los niveles actuales.
PLANAS, UN GUÍA TURÍSTICO CON UN ENCENDIDO CAMPO ANDALUZ
«Es el juego del más fuerte y de quien tiene la sartén por el mango», apuntan agricultores que acuden a la marcha de Córdoba. El aceite de oliva es el ejemplo más extremo en el mercado, pero la misma situación se está dando en hortalizas y frutas, cuya cosecha comienza ahora. Durante este verano se han visto estas tensiones con los melones y sandías. Los agricultores de Almería se han negado a recogerlas ante los bajos precios pagados por ellas y las han regalado. Más al norte, a la altura de Valencia, el precio de estas frutas por excelencia en el verano se ha disparado en los lineales, a pesar de que la mayoría eran de fuera de España.
Los precios, por otro lado, no están reñidos con la falta de suministro. Por ahora, ninguna de las grandes superficies está racionalizando el consumo como sí ocurrió con el aceite de girasol, que podría correr la misma suerte si Rusia no libera el acuerdo del grano.

En el último mes, el precio del aceite de oliva se ha disparado un 50%, es decir, la mitad de la subida respecto al año pasado se ha registrado en pleno mes de agosto, cuando comienzan a realizarse los cuidados del olivo, como las soleras y recortar las varetas de los troncos, así como control del riego, a pesar de ser un árbol de secano en algunas de sus variedades.
LUIS PLANAS, SIN PLAN B PARA AMORTIGUAR LOS PRECIOS DEL ACEITE DE OLIVA
En algunas grandes superficies, el control del aceite de oliva es exhaustivo, con alarmas incluidas para eludir la faena de los ladrones. Éstos, sin embargo, acuden directamente a las almazaras, algunas con sistemas de seguridad obsoletos. Los robos más sonados durante estos meses de verano se han producido en Málaga y Córdoba, con un total de 56.000 litros de aceite de oliva de la máxima calidad.
Todo ello sin que el Gobierno haya dado un golpe en la mesa, con medidas contundentes, como bajadas del IVA y eliminación de impuestos. Pero lejos de ello, se muestra como mero espectador, especialmente Luis Planas, que espera las lluvias como agua de mayo para reducir la presión. No obstante, si el agua no llega no hay plan B. De hecho, tan ocupado está en su tarea que se ha dedicado a realizar un tour a los ministros de agricultura, que se reúnen este martes con una convocatoria del campo andaluz en las puertas, con la asistencia incluida de Vox.