Los socialistas siempre han dicho lo que piensan. Al menos eso han hecho creer a la sociedad, cuando se oye alguna voz discordante que discrepa de la estrategia de su secretario general. ¿Dónde está la línea roja para no ser expulsado como le ocurrió a Nicolás Rendod Terreros?
Lo que parece claro es que Pedro Sánchez no se atrevería a expulsar a la historia viva del PSOE, a Felipe González y Alfonso Guerra, aunque arremetan con toda su artillería, asegurando que “no es un complot”.
Estas semanas los españoles estamos asistiendo a una lucha entre generaciones en el PSOE. Por una parte, los liderados por el expresidente del Gobierno, Felipe González, se resisten a que su legado de la transición se transforme; y los liderados por Pedro Sánchez que insisten en avanzar y preparar a España para el futuro.
PAGE Y LAMBAN, LOS ÚNICOS BARONES QUE MANTIENEN SUS CRÍTICAS
Como si llevaran el guion escrito, el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García Page, y el secretario general de Aragón, Javier Lambán, que acudieron al acto protagonizado por Felipe González y Alfonso Guerra, rechazaron de plano de la amnistía y el derecho de autodeterminación.
Es en el cónclave de la vieja guardia socialista donde los líderes del PP han visto la grieta por donde atacar a Pedro Sánchez. El primero fue el presidente de Andalucía, Juan Manuel Moreno Bonilla, quien pidió a los diputados socialistas que votaran según su conciencia, si no estaban de acuerdo con la amnistía y autodeterminación. La segunda, la exdirigente popular madrileña, Esperanza Aguirre, quien descartó que algún socialista ayudara a Feijóo a ser investido, pero no descartó que algún diputado socialista no votara a Pedro Sánchez. A ellos le siguieron en la misma dirección gran parte de la cúpula del PP.
Ante la nueva estrategia del PP, que pretendía mostrar músculo con la manifestación contra la amnistía a solo un día del inicio del debate de investidura de Feijóo, Javier Lambán envió un mensaje nítido a los populares proclamando su “lealtad” a Pedro Sánchez y Ferraz, justificando sus críticas porque “determinadas políticas desarrolladas junto con partidos nacionalistas no son bien entendidas en Aragón”. Pero insistió en que “jamás animaré al partido a que sea desleal a Ferraz, a La Moncloa o al secretario general”.
LA LIBERTAD DE OPINAR NO ES INCOMPATIBLE CON LA LEALTAD AL PSOE
Lambán ha recordado que la primera obligación de un socialista es la “lealtad” y, la segunda, preservar los intereses del PSOE. Y dado que hay libertad de opinar ha pedido “inteligencia, moderación y lealtad”.
En la misma dirección se ha mostrado Page ante la arremetida de los populares en favor de posibles tránsfugas o un nuevo Tamayazo, al dejar claro que «que nadie espere ningún tipo de transfugismo por parte de los diputados de Castilla-La Mancha«.
Pero ha reiterado su oposición a que el PSOE gobierne España pactando con los independentistas, una posición en la que está «en minoría», y ha observado que Sánchez «no ha dicho a nadie qué va a hacer o dejar de hacer con la amnistía dichosa ni con lo que los catalanes piden de la consulta de autodeterminación», recalcando que, en caso de plantearse, él se opondrá, porque «va en contra de lo que le interesa al PSOE y a España».
EL PP PUSO SU FOCO EN LOS TRES ÚNICOS PRESIDENTES AUTONÓMICOS SOCIALISTAS
La estrategia de Feijóo ha pasado ahora por hacer dudar a algún diputado del PSOE a la hora de votar el día de su investidura, junto con las mociones que presentará en todas las comunidades y ayuntamientos. Ha fracasado en su intento de recabar el apoyo de los presidentes autonómicos, ya que en la actualidad solo hay tres: Emiliano García Page, Barbón y Chivite. El PP pretendía que se fotografiaran con el resto de los presidentes autonómicos del PP que están a favor de la unidad de España y en contra de la amnistía, y si es asumible el “trato asimétrico” entre españoles.
Con la excusa de la ronda de contactos con todos los presidentes autonómicos, tras negociar con todos los partidos (incluido Junts) y presentar sus propuestas a los agentes sociales, Feijóo llamó por teléfono a García Page para presentarle sus propuestas de Gobierno, los mismos que ya le había explicado al propio presidente del Gobierno en funciones. La respuesta de García Page fue rápida: esas cuestiones las debe hablar con mi presidente. La conversación duró 10 minutos y dejó claro a Feijoo que «no va a haber tránsfugas».
Como era de esperar el nuevo contraataque del PP no ha sentado nada bien en Moncloa. La portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, ha pedido a los populares que cesen en sus «llamamientos a la corrupción y el transfuguismo», porque «lamentablemente tengo que decir de la peor oposición, porque se ha reducido sus aspiraciones a esta investidura a hacer un llamamiento al Tamayazo […] un hecho catalogado como corrupción», ha agregado. Y descartó cualquier posibilidad de votos de socialistas en favor del líder del PP porque los socialistas lo tienen «muy claro» y que van a responder «con el mandato que los españoles hicieron en las urnas-
JUNTS Y ERC AVIVAN EL FUEGO
Desde Junts y ERC, por si fuera poco, se aviva el fuego no sólo insistiendo en sus dos condiciones, sino añadiendo además que les permitan hacer un referéndum. Un coctel demasiado explosivo para la vieja guardia socialista, que prefiere alinearse con las críticas del PP y Vox contra el ambicioso Pedro Sánchez.
Carles Puigdemont, a dos días de la investidura de Feijóo, insiste en que la única respuesta que espera el independentismo es “el fin de la represión y la amnistía total” por parte del Estado. «Por muchas puertas que revienten, no podrán con nuestras convicciones», ha asegurado en X.
Queda muy lejos aquel video en que Pedro Sánchez, recién llegado a la Moncloa, emitía un video con motivo de la celebración de la Diada en que con el hashtag #estimoCAT, con la apuesta de “construir una Cataluña mejor en una España diferente”.
Intervenían el propio Sánchez con los presidentes autonómicos de entonces: Susana Díaz (Andalucía); Javier Fernández (Asturias); Ximo Puig (Comunidad Valenciana); Guillermo Fernández Vara (Extrematura); Emiliano García-Page (Castilla-La Mancha); Javier Lambán (Aragón) y Francina Armengol (Canarias). De ellos, solo quedan en primera línea Page y Armengol; Fernández Vara y Javier Lambán son senadores por asignación autonómica.