Puigdemont pasa de Zapatero y el PSOE decreta su apagón ante una difícil negociación

Carles Puigdemont tiene claro su mandato y hará valer todos y cada uno de los 392.634 votos otorgados en las urnas en la negociación con el PSOE. El expresidente de la Generalitat y residente en Waterloo busca un acuerdo de máximos, sin medias tintas ni promesas banales, ante la desconfianza generada por los continuos incumplimientos del PSOE a la Generalitat, gobernada por ERC.

Puigdemont incide a los suyos en la necesidad de un acuerdo político sobre la amnistía, pero en menor medida en el referéndum dado que la unilateralidad es el último recurso que escogerían para llevar a cabo la independencia de Cataluña. «Su promesa es ser el último presidente de la Generalitat tal y como la conocemos hasta ahora», ha afirmado a su círculo más cercano, según apuntan fuentes conocedoras de la negociación. Este anhelo era impensable durante los últimos cuatro años, pero las urnas le abrieron estas puertas el pasado 23 de julio. Los siete diputados de Junts, los mismos que ERC, son más decisivos y tienen más voz a pesar de los medios disponibles.

Eso sí, el guiño del presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, a Oriol Junqueras a través del teléfono no ha sentado bien en el ala más irredenta del independentismo catalán, que exige ahora la reunión presencial con al menos Félix Bolaños, ministro de Presidencia.

Puigdemont no busca fotos ni micrófonos para entablar la interlocución con el PSOE, como tampoco ha menospreciado al equipo negociador de los socialistas, comandado por María Jesús Montero y Óscar Puente, ministra de Hacienda y portavoz del PSOE durante la fallida sesión de Alberto Núñez Feijóo, respectivamente. No obstante, negociar con Puigdemont es más difícil debido a las férreas posiciones y «no se moverá ni un milímetro de las mismas», al menos hasta «el último minuto», según explican las fuentes.

PUIGDEMONT Y LA LEGITIMACIÓN DEL PSOE

El propio Puigdemont no descarta unas nuevas elecciones generales si no se accede a sus pretensiones. Su posición es muy cómoda desde Waterloo, tanto que el PSOE sopesa enviar al mismo José Luis Rodríguez Zapatero a Bélgica para tratar de conseguir un allanamiento en las posiciones más enrocadas.

Necesitan nuestros votos y dependerá únicamente de ellos. Deberán aceptar las condiciones en este momento histórico

Pero enviar a Zapatero, Bolaños o al mismo Pedro Sánchez a negociar cara a cara no es sinónimo de éxito, al menos para el PSOE, aunque sí lo sea para el independentismo. «Necesitan nuestros votos y dependerá únicamente de ellos. Deberán aceptar las condiciones en este momento histórico», apuntan las mismas fuentes.

«El acuerdo, si se alcanza, tendrá que tener sus garantías para su cumplimiento», profundizan las mismas fuentes. Eso sí, el propio líder de Junts lo advirtió hace apenas dos días al pedir ir con pies de plomo y «tomar todas las precauciones posibles» porque nadie en Junts se fía ya de nadie del PSOE.

Los socialistas insisten en tratar la negociación como si fuera la antigua CiU, cuando se podía hablar con Josep Antoni Duran Lleida o Josep Sánchez Llibre, portavoces en el Congreso durante las épocas de Jordi Pujol y Artur Mas. El escenario es radicalmente opuesto ahora y cada acuerdo debe tener garantía de cumplimiento. «No nos van a tratar como a ERC o dicho de otro de modo, no vamos a aguantar como ERC», han destacado.

Por ello, se vigilarán los acuerdos y cumplimientos, pero no en las instituciones españolas, sino a cargo de un verificador independiente. Para los socialistas, la regla habitual pasa por la comisión bilateral entre la Generalitat y el Estado, aunque se ha impuesto una nueva ley del silencio para tratar de llevar en la más exclusiva intimidad esta durísima negociación.

DESCONFIANZA ENTRE ZAPATERO Y PUIGDEMONT

La nueva arenga de Puigdemont a los suyos se da a conocer justo después de la encendida defensa de José Luis Rodríguez Zapatero sobre la amnistía. El líder de Junts no cree ni una sola palabra y se desentiende de las declaraciones del presidente ante unos peligrosos cantos de sirena toda vez que el exjefe del Ejecutivo prometió aprobar el Estatuto de Autonomía del Parlament y que después fue cercenado por el Tribunal Constitucional, una sentencia que ha agitado aún más la polémica y aumentado la desconfianza en el bloque independentista.

Para el líder de Junts, la amnistía debe tener también garantías para evitar su muerte política en caso de que el TC la paralice. «El problema está en el corazón del Estado; son los poderes profundos los que convierten los esfuerzos y acuerdos políticos en papel mojado. Por eso es preciso tomar todas las precauciones posibles, siempre», describió en redes sociales.

Sánchez afea a Puigdemont mientras da su complicidad a Junqueras
Sánchez afea a Puigdemont mientras da su complicidad a Junqueras

Por otro lado, el peso que coge Zapatero en el PSOE en términos políticos sirve para contrarrestar las voces críticas, como las de Felipe González y Alfonso Guerra, pero al mismo tiempo mostrar una ventana para dar una posibilidad al diálogo. No obstante, las críticas no se han hecho esperar en el seno de un partido donde los ministros con mayor peso político están prácticamente desaparecidos mientras se multiplican los frentes, como una posición férrea y nítida sobre Israel, el Sáhara y Marruecos, mientras en temas sociales los asuntos se multiplican.

LA TRANSFORMACIÓN DEL PSOE CON ZAPATERO

Hasta hace pocos días, el PSOE no había hablado abiertamente sobre la posibilidad de una amnistía, ni mucho menos se habían prestado a realizar declaraciones a favor y en contra, pero las encuestas apuntan que el PP es el mayor beneficiado en este embrollo, mientras que los perjudicados son ERC y Vox. El PSOE se mantiene, sin que haya habido freno a pesar de las reticencias de los barones.

Cualquier medida jurídica puede tener encaje en la Carta Magna. Es una cuestión de ética política

El PSOE trata de imponer su silencio ante las crecientes críticas a la amnistía y la falta de razones para aprobar la amnistía. La cuestión clave no pasa sobre si la medida de gracia entra o no en los márgenes de la Constitución. «Cualquier medida jurídica puede tener encaje en la Carta Magna», según indican juristas consultados por este medio. «La importancia reside en los motivos que están detrás de la concesión de la amnistía a Puigdemont», han destacado.

En este sentido, apuntan que no hay razones para «legitimar a Puigdemont y quienes intentaron un golpe de Estado» en Cataluña, mientras que se deslegitima a quienes trataron de pararlo, así como a los jueces que ordenaron a los agentes de la Guardia Civil y Policía Nacional. En este sentido, señalan directamente a Salvador Illa y al PSC como responsables de esta estrategia.

LA ÉTICA POLÍTICA DE LA AMNISTÍA

«Las declaraciones de Illa sobre la manifestación del 8 de octubre son una vergüenza», han indicado, mientras recuerdan que el líder de los socialistas catalanes sí acudió a la masiva manifestación del 8 de octubre de 2017 junto a los mismos que se manifestaron hace apenas una semana.

En este para qué se ha encerrado el PSOE en banda en su negociación con Puigdemont. No se dan explicaciones del por qué se concede esta amnistía, más allá de la necesidad de obtener los siete votos de Puigdemont. El relato pasa sobre un encaje en la Constitución, que llegó a albergar la pena de muerte. «Es una cuestión de ética política», han señalado. «Si es o no constitucional -añaden- sólo podrá conocerse una vez que haya una redacción y publicación en el Boletín Oficial del Estado».

Cabe señalar que Zapatero es el único peso pesado del partido que se ha posicionado nítidamente a favor de la amnistía, así como de forma más moderada Óscar Puente, quien llegó a proponer un referéndum no vinculante, como si la fórmula fuera del agrado de Puigdemont o de ERC.

El expresidente del Gobierno se convierte así en el oponente a batir ahora por la vieja guardia, como si fuera un ‘sparring‘, aunque con dotes de oratoria y capaz de vender brotes verdes en pleno derrumbe económico, como demostró en 2008. En Moncloa, para evitar males mayores, se ha impuesto el decreto del silencio. La vieja guardia contra la transformación del PSOE de 2008. Pedro Sánchez se guarda así de ataques directos mientras prepara su investidura y en caso contrario las elecciones, que serían el próximo 14 de enero.