Dabiz Muñoz, aclamado como el mejor chef del mundo por segundo año consecutivo, va más allá de las lujosas cocinas de sus restaurantes para deleitar nuestros sentidos en el ámbito más íntimo de su vida: su hogar. A través de sus redes sociales, este apasionado chef comparte momentos culinarios que revelan su amor por la cocina y, a su vez, nos sumergen en la entrañable conexión familiar que lo impulsa, tal es el caso de la receta de la la pasta ‘a la madrileña‘.
Entre las arriesgadas creaciones que protagonizan sus domingos culinarios al aire libre, emerge una receta que trasciende la exquisitez para adentrarse en la nostalgia y la sencillez: la pasta ‘a la madrileña’. Este plato no solo testimonia la destreza culinaria de Dabiz Muñoz, sino que también teje un emotivo homenaje a su padre. Acompáñanos en este viaje a través de los sabores que moldearon la infancia de Muñoz, revelando los secretos detrás de una receta que fusiona maestría y cálidos recuerdos.
2Los ingredientes que definen la ‘Pasta madrileña homenaje al Agus’
En el brillante mundo de Dabiz Muñoz, cada ingrediente es una nota en la sinfonía culinaria que compone su emotiva ‘Pasta madrileña homenaje al Agus’. El chicharrón de cerdo se erige como el protagonista indiscutible, mientras que la salsa de tomate, elaborada con tomate natural y no frito, y los chiles picados, con su toque picante característico, se erigen como cómplices esenciales. Cada elemento, cuidadosamente seleccionado, no solo promete un deleite para el paladar, sino que también encierra la esencia de los recuerdos familiares de Muñoz.
La lista mágica de ingredientes que da vida a esta exquisita receta incluye desde el frescor del tomate crudo hasta la riqueza del chicharrón de cerdo, acompañados por el aroma del ajo y la albahaca. Entre otros cómplices gustativos se encuentran la zanahoria, el chile, un toque de vino tinto, sal, azafrán, pimienta negra, tomates cherry, mantequilla y una generosa cuña de queso parmesano. Esta amalgama de sabores no solo celebra la habilidad culinaria de Muñoz, sino que también rinde un emotivo homenaje a los sabores arraigados en su historia personal y en la tradición culinaria de Madrid.
