Los ‘narconazis‘ no esconden la esvástica en las manifestaciones en las inmediaciones de Ferraz, mientras los agentes de la UIP se sitúan en el disparadero de partidos y manifestantes por algunas de sus polémicas actuaciones. Por primera vez desde los años 90, los neonazis lucen con orgullo simbología de la Alemania de Hitler ante la Policía Nacional. Hasta ahora, los violentos ondeaban los habituales símbolos de las extinguidas Bases Autónomas, ‘la diana’, banderas sin escudo o con agujeros en su lugar, y los ‘aguiluchos’ fascistas de La Falange y Democracia Nacional.
Delante de ellos, los agentes de la Policía Nacional de la Unidad de Intervención Policial (UIP), conocidos como los antidisturbios. Algunos de ellos también pertenecen a las unidades de Información, como secretas. Al contrario de las opiniones, en ninguno de los vídeos visualizados se ve a ninguno de estos infiltrados lanzando piedras o botellas de cristal contra sus compañeros.
Eso sí, los exaltados grupos de narconazis y de la extrema derecha les han identificado, publicado sus fotos personales e incluso números de identificación policial (TIP), el número por el que se identifican los agentes ante la Dirección General de Policía y por el que pueden ser denunciados para evitar que sus datos personales puedan ver la luz en querellas o legajos judiciales.
EL REENCUENTRO DE LA AMNISTÍA: POLICÍAS Y NEONAZIS
Unos y otros se han encontrado en Ferraz desde hace dos semanas, tras conocerse los pactos con ERC y Junts. Las primeras protestas estuvieron muy cerca de la sede del PSOE, pero a partir de entonces el blindaje de la sede del PSOE ha sido continuo.
Estos grupos, ataviados con pasamontañas, ropa deportiva, banderas sin corona o con la cruz de San Andrés y carteles alarmantes, como «la Constitución destruye la nación» y «con Franco se vivía mejor».
La Constitución también muestran sus mensajes contrarios a la Constitución, a la que culpan del origen de todos los males de la Democracia. Su anhelo es volver a respirar los aires de gloria del pasado, con homenajes a José Antonio Primo de Rivera y Ramiro Ledesma; Adolf Hitler y Benito Mussolini. Franco, por su parte, es considerado un «traidor» por casi todos estos grupos.
EL CARA AL SOL VUELVE A MADRID
De hecho, los grupos de narconazis y la extrema derecha, la auténtica y no representada en el Congreso, se ha citado de nuevo en Madrid para homenajear a José Antonio Primo de Rivera en la zona de la Pradera de San Isidro, a tan solo 30 minutos andando de la sede del PSOE. En esa explanada, habrá una exaltación al fascismo y se espera una concentración como las realizadas en la Plaza de Oriente hace 35 años. Se verá el ‘Cara al Sol‘, algún saludo fascista de los ‘camaradas’, pero después esos mismos acudirán a Ferraz.
Pedro Sánchez y sus nuevos socios independentistas, los mismos a los que se impuso un «cordón sanitario» durante la pasada legislatura, como a Junts, han despertado así al peor nacionalismo que existe en España con la amnistía, convirtiéndolo en uno de sus mayores aliados. El PSOE, junto PNV, Junts, ERC, Bildu y Sumar, han armado el relato para incluir a PP y Vox en este mismo saco, junto con la violencia y ponen a prueba a los ‘populares’ en cada una de sus intervenciones en el Congreso.
Estos ‘narconazis’ violentos, los de última hora de Ferraz y no los de primera, buscan la bronca desde la primera línea de los manifestantes. «Dan más miedo que los independentistas», afirman algunos manifestantes en Madrid. Y es que, a diferencia de la capital, en Barcelona la Policía Nacional no cargó con la dureza observada en las inmediaciones de Ferraz.
LOS ‘NARCONAZIS’ SE CITAN PARA ENSALZAR A PRIMO DE RIVERA
Algunos de ellos son conocidos miembros de grupos de ‘narconazis’, con un largo historial delictivo detrás. La Policía les tiene controlados y vigilados y suelen ser los primeros identificados en las algaradas, pero otros azuzan a sus hordas para quedarse en un segundo plano. «El sábado la vamos a liar», apuntan en sus redes sociales, donde corre todo tipo de simbología neonazi.
Sean 10.000, 7.000 o 10, la Policía Nacional no muestra preocupación alguna por la presencia de ‘narconazis’. «Tranquilidad absoluta», afirman. Los agentes de la UIP tienen la situación bajo control, como se ha comprobado en todas y cada una de las manifestaciones, hasta este jueves. En aquella protesta, una de las más violentas, los antidisturbios tenían la orden de no cargar, justo la contraria a la primera manifestación, cuando se utilizaron gases contra los manifestantes a los 20 minutos de iniciarse las algaradas.
El jueves ocurrió un hecho insólito. Los radicales y violentos no solo se concentraron en la primera línea, sino que la tumbaron y traspasaron ante una más que sospechosa inacción de la UIP. Ninguno de sus ‘Renos’ -como se denominan a estos agentes- movió un músculo. Jamás en la historia de España había ocurrido algo semejante. «Es una línea roja que no debe ser traspasada», afirman fuentes policiales. Según los vídeos, los agentes tardaron casi dos horas en moverse una vez que el vallado quedó en el suelo. Imágenes «muy inquietantes», incluso para algunos de los veteranos.
LA VIOLENCIA GRATUITA EN LA UIP
Con la valla en el suelo y tras dos horas soportando lanzamiento de piedras, bengalas, botellas de cristal y un correcalles con barricadas incendiarias, algunos de los agentes de la UIP, de los ‘Reno’ de Valladolid hicieron uso de una violencia gratuita pocas veces vista. En uno de los vídeos a los que ha tenido acceso este medio se muestra a un agente con una porra repartiendo leña a un manifestante en una actitud completamente pacífica. Sin miramiento, el agente se acerca corriendo a él y le asesta dos porrazos sin miramiento alguno a la altura del muslo.
En otros, se observa una violencia gratuita con una porra extensible, arma prohibida en la población civil, de otro de los agentes. En las imágenes, los golpes recibidos por los manifestantes son por encima de la cintura, un hecho totalmente prohibido en el reglamento ante el riesgo evidente de lesiones. Si en el muslo pica y duele, por encima de la cintura podría provocar un paro cardiaco, fractura de costillas o incluso si el manifestante hiciera un gesto para agacharse una más en la clavícula o bien un golpe contundente en la cabeza.
No es ni mucho menos la norma. La inmensa mayoría de los agentes se ajusta al reglamento y no actúa de forma descerebrada, aunque a alguno sí se le ha ido la mano sin mediar justificación alguna. Todos los miembros de esta unidad de la Policía Nacional entrenan y reciben formación, incluida la psicológica, para afrontar estos disturbios graves.
VOX FISCALIZA A LA UIP
Para caldear aún más el ambiente, Vox ha acudido a las protestas a fiscalizar la actuación policial. No lo han hecho como agentes de paisano o encargando vídeos a personas anónimas, sino que diputados, como Santiago Abascal, y el concejal Javier Ortega Smith se han acercado ‘in situ’ para decírselo verbalmente a los agentes e inventándose una normativa inexistente, como afirmar «hechos puntuales de abuso de autoridad» o que «se han extralimitado en el uso de la fuerza». Ninguna crítica a los violentos ‘narconazis’ parte de Vox.
Según el líder de Vox en el Ayuntamiento de Madrid, los agentes de la UIP habrían cometido «dentro de lo que se denomina en el Código Penal un abuso de autoridad». No existe ningún delito tipificado para este tipo de actos. De hecho, ninguno de los Policías Nacionales denunciados por los altercados del 1-O y la sentencia del Supremo pesa investigación alguna por este motivo.
«Nos acompañan algunos cámaras que van a estar muy pendientes toda la jornada de todos los dispositivos y agentes. Si vemos que un agente está cometiendo cualquier abuso, habrá que pedirle la identificación y trasladarlo a la autoridad judicial», ha afirmado el dirigente de Vox, caído ahora en desgracia por el partido.
ORTEGA SMITH SE INVENTA EL CÓDIGO PENAL, MIENTRAS MARLASKA CALLA
El Código Penal no recoge ningún concreto delito denominado ‘abuso de autoridad’, si bien sí están tipificadas varios actos que pueden ser constitutivos de abuso de autoridad y que suponen una agravación de la pena prevista para el delito principal cometido. Entre ellas, aprovecharse de las funciones públicas para procurarse la participación en determinados negocios y actuaciones; realización de actividades profesionales que interfieren con la función pública; uso de secretos o información privilegiada para obtener lucro económico; o una solicitud sexual por parte de funcionario público. De que un Policía se exceda en dar un porrazo, ni rastro.
Estos hechos, además, alarman a los agentes de la Policía Nacional. «¿Quién es Abascal u Ortega Smith para fiscalizar la labor en un operativo policial?», se preguntan. Por más formación militar que haya recibido el boina verde no tiene ningún título o autoridad alguna para dirigirse a un agente que forma parte de un operativo.
De hecho, su labor como diputado es obedecer las órdenes de los agentes para evitar un porrazo, como sí ha ocurrido en Cataluña con algunos diputados separatistas. Escudarse bajo la credencial de concejal o diputado no le da inmunidad ante una carga policial contra los ‘narconazis’.
Asimismo, también cabe destacar el infame silencio del ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska. Su deber es defender la imagen de la Policía Nacional y lejos de mostrar su apoyo a estos agentes les arroja