Albares fracasa con el catalán en Europa en plena negociación con Puigdemont por la amnistía

Albares no lo ha conseguido. La Unión Europea ha parado la iniciativa de España para que se hable catalán en sus instituciones, y el ministro español de Exteriores a la desesperada ha enviado una carta a sus homólogos con las condiciones que tendrán que cumplir otras lenguas minoritarias.

Este fracaso se produce antes de la nueva reunión que tendrá lugar en Ginebra y en Junts no descartan llevar el primer incumplimiento del acuerdo por parte del PSOE a la mesa de negociación de Ginebra.

A pocas semanas de expirar la presidencia española de turno del Consejo de Europa no parece que Albares vaya a conseguir su objetivo. En España ya se habla el catalán en el Congreso y en el Senado, y el trámite por la vía de urgencia salió adelante en los primeros compases de funcionamiento del Congreso de los Diputados de la XV legislatura. Pero para Junts no es suficiente.

ALBARES HA AGOTADO LAS REUNIONES DEL CONSEJO EUROPEO DE LA PRESIDENCIA ESPAÑOLA

Ante las reticencias encontradas por parte de la UE y el coste que supondría (132 millones de euros según el informe solicitado por el Consejo Europeo), José Manuel Albares ha optado para que no se aborde la oficialidad del catalán en el Consejo Europeo. Y es la última reunión del semestre bajo presidencia española. La próxima ya será bajo la presidencia de Bélgica y no parece que el Gobierno belga esté interesado en presionar para que este asunto sea discutido para que sea aprobada la oficialidad del catalán, gallego y euskera en las instituciones europeas. En este sentido, recuerdan en Exteriores que el gaélico tardó 27 meses en incorporarse en todos los sistemas de traducción e interpretación simultánea en cada una de las instituciones de la UE. Y el gaélico se habla en toda Irlanda, no en un sólo territorio.

Es previsible que el ministro Albares ni se desplace la última reunión de Consejo con el debate de la futura ley de amnistía en el Congreso de los Diputados. Y otra razón de peso para su posible ausencia es que varios ministros europeos le habían pedido que no sometiera a votación esta cuestión a fin de no dejar en mal lugar a España como país que ostenta la presidencia.

La próxima reunión del Consejo Europeo será bajo la presidencia belga y no parece que haya prisas por volver a debatir sobre el catalán

Pedro Sánchez tendrá que explicar este miércoles en Estrasburgo lo realizado por la presidencia española durante este semestre, cuyo comienzo tuvo lugar en pleno proceso electoral del 23J, y con los cambios en su adenda a fin de incorporar sus acuerdos de investidura, como es la oficialidad en las instituciones europeas el catalán y, de paso, el euskera y el gallego.

Pero con lo que no contaba Sánchez es con la lentitud con la que se trabaja en las instituciones europeas. Cuando España presentó su iniciativa, a finales de septiembre, hubo un compromiso de encargar informes por parte del Consejo Europea para analizar el efecto de esta iniciativa, sobre todo con otros países, que también tienen lenguas cooficiales, y con el rechazo rotundo de otros Estados, como Letonia.

Pero los informes no han llegado a tiempo, y la situación se encuentra como al principio. No puede haber debate ni votación sin estos informes, por lo que Albares no cuenta con ningún argumento para volver a debatir la propuesta. No se puede olvidar que una iniciativa de este tipo debe contar con la unanimidad de los votos de los estados miembro y desde el 29 de septiembre en que se presentó la propuesta se han ido añadiendo más países en contra, más de diez, que ni querían hablar de la entrada del catalán, el gallego y el euskera. De nada sirvió que España ofreciera correr con los gastos de su implantación, algo que el propio reglamento europeo no permite.

JUNTS ESTUDIA LLEVAR A LA MESA DE NEGOCIACIÓN DE GINEBRA EL PRIMER INCUMPLIMIENTO DEL PSOE

Santos Cerdán tuvo que incluir como último punto del acuerdo con Junts la oficialidad del catalán en las instituciones europeas
Santos Cerdán tuvo que incluir como último punto del acuerdo con Junts la oficialidad del catalán en las instituciones europeas y Sánchez encargó a Albares que lo consiguiera

La derrota asumida por Albares y el Gobierno español ha llegado a Waterloo y la cúpula de Junts discute si llevará este primer gran «incumplimiento» del PSOE en sus pactos de legislatura a la próxima reunión de la mesa en Ginebra. De una forma u otra, este incumplimiento tendrá respuesta, y en Junts ya han decidido que harán pública la situación en el propia televisión pública catalana.

Los independentistas catalanes recuerdan que hasta que la oficialidad del catalán en las instituciones europeos (en las españolas ya se había logrado por el acuerdo de ERC) no se incorporó al acuerdo, Pedro Sánchez no tuvo asegurados los 7 votos de Junts. Puigdemont y los suyos daban por seguro que correspondiendo a España la presidencia del Consejo Europeo se podría lograr, lo que en su día llamaron «cobro por adelantado».

Otros países como Francia o Letonia están en contra de la implantación del catalán para no tener que incorporar las lenguas de sus minorías parlantes

A punto de acabar la presidencia, sin informes y más de diez países en contra no parece que Pedro Sánchez vaya a cumplir su compromiso, ni en 27 meses como el gaélico, ni en los cuatro años de legislatura. De nada le ha servido ofrecer pagar el coste de su implantación, priorizar el catalán sobre el gallego y euskera, molestando a otros tres de sus socios (EH Bildu, PNV y BNG). Solo debates para pedir informes, y ninguna votación, pese a incluirlo en el orden del día de cuatro reuniones del Consejo, por lo que algunos de los países hasta se quejaron de la insistencia española en un asunto que está muy verde, a sabiendas que ni contaba con el quorum suficiente para la votación

Albares no ha conseguido ni despejar las dudas políticas, legales ni económicas, mientras algunos países como Francia o Letonia muestran su rechazo frontal a esta implantación porque, de aceptarse, abriría la puerta a sus propias minorías para reclamar también el uso de su lengua en las instituciones europeas.