Page y Mazón reabren la guerra del agua

Page y Mazón, los presidentes autonómicos de Castilla-La Mancha y de Valencia (el primero del PSOE y el segundo del PP) habían hecho las paces el pasado 25 de enero en Fitur. Emiliano García Page bromeó con Carlos Mazón y sus dos compañeros de partido, también presidentes autonómicos, Fernando López Miras (Murcia) y Juanma Moreno (Andalucía) por las discrepancias del dirigente autonómico con la política de Pedro Sánchez sobre la ley de amnistía. Para los anales de la política pasará su frase «a mí están a punto de extraditarme», que le sirvió para una llamada al orden desde Ferraz y algunos ministros del Gobierno. Pero eso fue hace poco más de diez días. La sequía ha vuelto a poner a cada uno en su sitio y ha vuelto la guerra que llevan décadas manteniendo Valencia y Castilla-La Mancha.

Una cosa es la política nacional y el monotema de la amnistía y otro muy distinto que las comunidades que presiden tengan problemas con el agua. La guerra del agua ha vuelto a separarles. Y el trasvase Tajo-Segura regresa como el motivo de fricción más grave. Mazón empezó a sembrar el terreno con su declaración de «solidaridad hídrica» para enviar desde la planta desaladora de Sagunto -por cierto, perteneciente a la empresa pública Acuamed- buques cisterna a Cataluña, a petición de la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera.

Pero a continuación, el presidente valenciano trajo a colación la segunda parte de esa «solidaridad hídrica» al decirle que Valencia daba agua a Cataluña, aunque esta comunidad hace unos años se negó a dar de su agua a otras comunidades que lo necesitaban, al pedir que la ministra Ribera aplicara el mismo criterio para su región y contribuya a solucionar los recortes hídricos en los trasvases a la «emergencia» de la Albufera.

MAZÓN CUENTA CON EL APOYO DE LÓPEZ MIRAS Y JUANMA MORENO

Page y Mazón reabren la guerra del agua tras su reconciliación en Fitur
Page y Mazón reabren la guerra del agua tras su reconciliación en Fitur

Su propuesta fue secundada por los otros dos ‘amigos’ de Fitur, López Miras y Moreno Bonilla, que tras aplaudir el envío de agua a Cataluña también han apoyado a Mazón en su petición de redistribuir el agua y la ayuda del Estado a las comunidades afectadas por la sequía, como son también Valencia y Andalucía. Y claro, esta petición pone a Castilla-La Mancha en el lado contrario. El agua no tiene nada que ver con estar de acuerdo en rechazar la ley de amnistía o pedir los cuatro al unísiono el fondo de nivelación para las comunidades infrafinanciadas.

Mazón, con su solidaridad, hasta ha pedido a Ribera que haga los mismos cálculos que está haciendo para enviar agua a Cataluña desde Valencia, con el «mismo rigor» para los recortes que se hacen en el trasvase del Tajo-Segura, sin ningúne estudio que lo acredite.

Para el presidente de Castilla-La Mancha su prioridad es proteger las reservas de su comunidad. Y como no se calla ni debajo del agua, el presidente castellano-manchego también echó en cara a Mazón la contradicción que supone «poner condiciones» a enviar agua a Cataluña cuando Valencia lleva «más de 40 años recibiéndola del Tajo».

Page no ha parado en esa contradicción sino en poner negro sobre blanco que su comunidad también exige el mismo trato que pide Mazón. Esto es, acepta la solidaridad hídrica del Levante: «agua para beber, sí; agua para regar, solo si sobra. Y aquí no sobra». Y poco más pudo que decir más allá de insistir que el agua del Tajo «solo para consumo humano».

PAGE DESCUBRE A MAZÓN QUE «AHORA LAS DESALADORAS SON EL INVESTO DEL SIGLO»

Teresa Ribera deberá convencer a Page y Mazón de la «solidaridad hídrica»
Teresa Ribera deberá convencer a Page y Mazón de la «solidaridad hídrica»

Page ha ironizado sobre que ahora resulta que «las desaladoras van a ser el invento del siglo, y a ese invento me apunto yo también»

Tras defender el agua del Tajo para Castilla-La Mancha y enviar a Valencia la que se necesite para beber, Page argumentó en tono socarrón que ahora resulta que «las desaladoras van a ser el invento del siglo, y a ese invento me apunto yo también». De esta forma hacía referencia al rechazo del PP a emprender esas infraestructuras como solución al déficit hídrico. O lo que es lo mismo, si ahora Valencia lo considera bueno para Cataluña también debe serlo para Valencia.

Mazón ha preferido no contestar a Page y pedir una reunión urgente con Teresa Ribera con el objetivo de que la ministra acceda a enviar 10 hectómetros cúbicos que se necesitan para mantener el equilibrio de La Albufera y revisar los recortes aprobados del Tajo-Segura. El presidente valenciano, además, apremia a Transición Ecológica asegurando que «no podemos seguir así ni un minuto más». Desde Génova además exigen al Gobierno un Plan Nacional del Agua. Alberto Núñez Feijóo exhibe ahora que este plan es una de sus prioridades programáticas, en cuya apuesta se incluye una inversión de 40.000 millones en infraestructuras hídricas.

Teresa Ribera no lo tiene fácil. Ha tenido que elaborar un plan urgente para solucionar el problema de la sequía en Cataluña con una dotación de 500 millones de euros para construir desaladoras y pagar a los buques de transporten el agua. Pero además tendrá que poner de acuerdo los intereses de todas las comunidades cuando el problema es cómo dar agua a sus ciudadanos y a las necesidades de sus empresas y campo. No será fácil convencer a Aragón para que ceda agua de la cuenta del Ebro o Castilla-La Mancha para que den su agua del Tajo. Que Page y Mazón vuelvan a ser amigos ya es otra historia.