Dolor, rabia y furia en la Guardia Civil en una semana trágica con dos asesinatos

El dolor, rabia y furia se muestran aún una semana después del asesinato de dos agentes de la Guardia Civil. La indignación de todos los guardias civiles se acrecentó tras la instrucción política de no mostrar ninguna muestra de luto en ningún edificio oficial, como cuarteles y comisarías, a pesar de que sí se realizó este homenaje en la muerte de Jacques Delors, el presidente de la Comisión Europea desde 1986 a 1995, en el inicio de la formación europea.

Para el socialista, fallecido a finales de diciembre del pasado año, sí hubo banderas a media asta en las comisarías de la Policía Nacional. Desde la cúpula de la Policía Nacional y de la Guardia Civil se han seguido las instrucciones del ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska, para evitar cualquier muestra pública de dolor.

La rabia de miles de agentes de la Guardia Civil se ha mostrado con rotundidad en los comunicados de todas las asociaciones de la Benemérita, desde retirados a agentes en activo, pero también se ha trasladado a los sindicatos de la Policía Nacional, que denuncian la infamia de Marlaska ante dos cuerpos asesinados, que dejan viudas e hijos, así como una familia rota por el dolor.

LA GUARDIA CIVIL ABRONCA A MARLASKA

Marlaska ha mantenido el desprecio a la Guardia Civil, una actitud mostrada desde que llegó a la cúpula de Interior. Para los agentes se les prometió la equiparación salarial y una mejora de la dotación a los agentes del cuerpo, pero ni una ni otra han llegado a materializarse. De esta forma, se están enfrentando a situaciones de alto riesgo, incluyendo la de muerte, con un material completamente desfasado y obsoleto cuando disponen de ello, o cuando carecen del mismo, como las embarcaciones rápidas y grandes que se entregaron a Marruecos como regalo o con seis barcas de ‘papel’ en dique seco desde hace año y medio en la zona del Estrecho.

Marlaska ha mantenido el desprecio a la Guardia Civil

Marlaska fue abucheado en el entierro de David Pérez, miembro del Grupo de Acción Rápida (GAR), mientras las muestras de dolor y las condolencias se sucedían también en el funeral de Miguel Ángel González Gómez, miembro del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS). Pérez fue asesinado por los narcos del Estrecho horas después de desmantelar la banda de Antonio Tejado.

NI UN GESTO PÚBLICO A LOS DOS GUARDIAS CIVILES ASESINADOS

Ningún miembro del Gobierno ha tenido un gesto público tras los funerales, más allá de escribir un tuit. Ni una muestra ante los micrófonos, mientras las peticiones para cesar a Marlaska se han multiplicado en ambos cuerpos de las fuerzas de seguridad del Estado.

El ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska, visita la Comandancia de la Guardia Civil de Cádiz, a 10 de febrero de 2024
El ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska, visita la Comandancia de la Guardia Civil de Cádiz, a 10 de febrero de 2024

Este desprecio público a la Guardia Civil ha dejado rotos a los agentes, a pesar de conocer cómo se las gasta Marlaska a la hora de equipar adecuadamente a los miembros de la Benemérita. Las dotaciones, en numerosas ocasiones, deben gastárselas ellos mismos para poder plantar una mejor batalla ante la guerra contra el narcotráfico, que se ha expandido por el Estrecho a velocidad de vértigo.

El desmantelamiento de la OCON Sur, el grupo operativo de élite destinado a vigilar estas turbias y ahora ensangrentadas aguas junto a la bahía de Cádiz, ha desatado las críticas La realidad es que no hay medios para combatir a una mafia, con estrechos vínculos con Colombia, para transportar la cocaína, hachís y marihuana desde Marruecos a España para después distribuir la droga hacia el resto de Europa. El problema, además, se agrava ante la inacción de la policía marroquí, que mantiene intactas las guaridas y plantaciones al otro lado del Estrecho.

OCON SUR, LA UNIDAD DESMANTELADA PESE A SUS ÉXITOS

Asimismo, Marlaska se ha negado por activa y por pasiva a declarar el Estrecho como Zona de Especial Singularidad para, entre otras medidas, aumentar los efectivos y los medios para perseguir a los narcotraficantes.

Dos agentes de la Guardia Civil, asesinados en Barbate (Cádiz)
Dos agentes de la Guardia Civil, asesinados en Barbate (Cádiz)

«Estamos sumidos en la más profunza tristeza», reiteran las fuentes consultadas, que muestran indignados y «golpeados» en el corazón. «Fueron asesinados en Barbate», recuerdan con rabia los agentes consultados. Los retirados de la RAGCE, la asociación más numerosa de la Guardia Civil, consideran crucial cambiar la legislación e incrementar las plantillas tanto de los agentes de la Policía Nacional como de la Guardia Civil, así como reforzar los juzgados con jueces experimentados y fiscales expertos en la lucha contra el narcotráfico.

JUZGADOS DEL S XIX EN CÁDIZ

Hasta ahora, los juzgados de Cádiz suelen considerarse como un «primer destino» de muchos jueces. «Ganan puntos para poder después escoger otro destino», han señalado. Asimismo, asociaciones judiciales como Francisco de Vitoria han alertado de la «quiebra del Estado» de Derecho en el Campo de Gibraltar ante la falta de medios para luchar «de forma efectiva contra el narcotráfico». En este sentido, denuncian la situación de los juzgados y de quienes trabajan en ellos al señalar que es una «estructura judicial del siglo XIX».

«Es muy difícil de asumir que existan determinadas zonas en España en la que esté en quiebra el Estado de Derecho», han destacado desde la asociación. «Es lo que está ocurriendo en el campo de Gibraltar», han considerado.

SE BUSCA A QUIENES JALEARON LOS ASESINATOS

Por otro lado, las críticas también se centran en quienes vitorearon a los asesinos de los dos agentes de la Guardia Civil. La Fiscalía ha iniciado una investigación para tratar de identificar a quienes no son consideradas como personas por los miembros de la Guardia Civil al jalear las acciones de los que dirigían las narcolanchas, animándolos y alegrándose de lo que estaba sucediendo, atacando violentamente a la Guardia Civil y siendo conscientes de ello.

Los propios agentes de la Guardia Civil y de la Policía Nacional consultados señalan a otro grave problema: la pérdida del principio de autoridad. «Estamos en alerta en los controles y en los puertos», han advertido. Y es que, ante la «falta de honor» de los narcotraficantes del Estrecho cualquier situación puede desembocar en otro asesinato.