Un guardia civil de Barbate: «El sargento le dijo al coronel que con nuestra barca nos podían pasar por encima»

La declaración de los guardias civiles que sufrieron la embestida de una narcolancha el pasado 9 de febrero en Barbate y acabó con la vida de dos de ellos, vino a confirmar lo que ya se sospechaba, que los medios para hacer frente a la lucha contra los narcos del Campo de Gibraltar son insuficientes. Uno de los guardias civiles, en concreto David A., a bordo de la zodiaz neumática que tripulaban los guardias declaró en sede judicial el pasado 10 de mayo que «el sargento le dijo al coronel que con nuestra barca nos podían pasar por encima».

David A., del servicio GEAS (Grupo Especial de Actividades Subacuáticas de la Guardia Civil), explicó a preguntas de la juez que instruye la causa por el asesinato de dos guardias civiles de Barbate que aquella noche, vio a la narcolancha que les embistió «cuando la teníamos encima. Primero por un lateral hay una pasada, vemos que hay una intención de hacer daño y luego la cosa se pone bastante fea».

A preguntas de nuevo de la juez sobre las características de la embarcación que les embistió declaró que «era negra, de grandes dimensiones y vi a varias personas a bordo, pero no soy capaz de decir el número de tripulantes, estaba concentrado en alumbrar con un foco la embarcación». Este cabo de la Guardia Civil que portaba la cámara GoPro que pudo grabar lo ocurrido a bordo añadió que había varias embarcaciones alrededor de la zodiac que ellos tripulaban.

Luego preguntó la fiscal y David respondió que «había una que no había arrancado motores todavía, pero arrancó y fuimos detrás, luego se dieron la vuelta hacia dentro del puerto. Hubo una embarcación de grandes dimensiones que se acerca a ver la maniobra cuando bajamos la zodiac para ver y para decir aquí estamos. Algunas se van, pero estos no, yo me pregunté estos qué es lo que quieren. Intuyo que la misma que nos da vueltas es la misma que nos embiste».

narcolanchas en el puerto Moncloa
Algunas narcolanchas amarradas en el puerto.

David continuó el relato de los hechos y a preguntas de una abogada explicó cómo les llegó la orden de realizar este servicio: «Nos dijeron que fuésemos allí e intentásemos detener a quien pudiéramos. Nosotros habíamos finalizado el periodo de presente y nos dirigíamos a residencia e íbamos en coche todos juntos. El sargento recibió una llamada del teniente coronel de operaciones para decir que había unas narcolanchas en el puerto de Barbate y que había que hacer algo con ellas, a ver si con la embarcación podíamos echar al agua y hacer algo». En ese momento el guardia recuerda con total fidelidad la respuesta del sargento: «El sargento Julio les dijo que nos podían pasar por encima con el tipo de embarcación que tenemos. Entonces le dijeron que ahora le iba a llamar el coronel».

Entonces llamó el coronel, jefe de la Comandancia de la Guardia Civil de Cádiz, y «el sargento Julio le repitió que con la embarcación que teníamos nos podían pasar por encima. Pero hubo una insistencia clara por parte del coronel».

Uno de los abogados le preguntó al cabo cuales eran los cometidos del GEAS y éste respondió que «la búsqueda, localización y recuperación de objetos, personas, protección patrimonio arqueológico submarino, etc…». También le preguntó por sus lesiones y su vuelta al servicio. El guardia respondió que «mi intención era volver lo antes posible, pero me dijeron de 8 a 12 meses por el brazo, pero quizás no pueda continuar en mi puesto por las lesiones». Otro de los abogados preguntó si se efectuaron disparos a bordo y el guardia afirmó que «contra la lancha nadie, dos disparos al aire».

EL SARGENTO JULIO LO CONFIRMA

Luego declaró el sargento Julio, el guardia civil de mayor empleo dentro de la lancha, que confirmó los hechos. Explicó que sus lesiones fueron cinco puntos de sutura en una rodilla, cervicales dañadas y tratamiento psicológico. El sargento dijo que «nos situamos en una rampa de acceso para descargar la lancha y uno de ellos (narcolancha) se acercó, llamando la atención haciendo ostentación de los motores. Había tres lanchas amarradas en un sitio y otras tres en otro».

Para el sargento, un veterano de la zona que manejaba la zodiac desde la popa, estaba claro que los narcos los estaban retando: «Se quedó hasta que echamos la embarcación y luego se retiraron. Vimos que una de ellas no podía arrancar, pero consiguió arrancarlo y fue cuando nosotros fuimos a la de menor tamaño. Pero fue prácticamente imposible, comenzaron a girar alrededor de nuestra embarcación, yo estaba intentando ver por dónde venían e intentar evitar golpes».

El sargento Julio sigue su relato y añade que «Tenía claro que había una de mayor tamaño que iban a por nosotros. Veo que una se dirige a golpearnos e intentar matarnos y una que lo que hizo fue hacernos olas para intentar volcarnos, pero no puedo decir si había más. Intentaba evitar el puntero láser, yo intentaba ver por dónde me venía la embarcación y es cuando veo una embarcación grande con la proa levantada y no me da tiempo a hacer nada». Esa fue la embarcación que acabó con las vidas de los guardias David Pérez y Miguel Ángel González.

Cuando le preguntaron quién dio la orden, el sargento fue claro: «Vino del coronel, me realizó una llamada telefónica. Informé del riesgo que llevaba a ese operativo. Y el coronel insistó que saliéramos».

Otro abogado le preguntó por el estado de la mar y si la zodiac era adecuada para ese cometido que les pidieron. El sargento explicó que «si las lanchas estaban refugiadas allí era por algo, porque era imposible navegar por las inclemencias meteorológicas en ese momento», respecto a la segunda pregunta respondió que «habia embarcaciones de 12 metros y la mía tiene 5 metros», pero «se estaba cometiendo un delito y ya está».

12 MINUTOS DE ANGUSTIA

Son sólo 12 minutos de imágenes grabadas en la noche del 9 de febrero de 2024, son 12 minutos que se hacen una eternidad, captados por cámara GoPro de uno de los tripulantes que resultó herido grave, el cabo David del GEAS. Dos de sus compañeros, Miguel Ángel González del GEAS y David Pérez del GAR, murieron tras ser arrollados premeditadamente por una narcolancha aquella noche en la localidad de Barbate. A bordo también van el sargento Julio, el cabo David y los guardias Óscar, del GAR y José Luis, además de los dos fallecidos. La cámara del cabo David lo grabará todo y dejará claro que los narcos querían hacer el mayor de los daños posibles contra la lancha de los guardias civiles.

Ahora la Guardia Civil busca la lancha culpable después de arrestar a los componentes de otra narcolancha. Se baraja la posibilidad de que aquella noche el asesino se llame Karim y sea de origen marroquí.