La temporada estival se acerca a pasos agigantados y con ella la preocupación por lucir una figura tonificada en las playas y piscinas. Un programa de gimnasio bien estructurado suele ser la solución más habitual, pero no todos disponen del tiempo necesario para acudir regularmente a estas instalaciones. Sorprendentemente, estudios recientes avalados por prestigiosas universidades europeas confirman que es posible obtener resultados similares con sesiones ultrabreves correctamente diseñadas.
Las rutinas de alta intensidad por intervalos, conocidas como HIIT, están revolucionando el panorama del fitness al demostrar que la eficacia del entrenamiento no depende de su duración sino de su correcta estructuración y ejecución. Los expertos en fisiología deportiva han confirmado que estos protocolos de ejercicio consiguen activar mecanismos metabólicos que continúan quemando calorías hasta 48 horas después de finalizar la sesión, algo que los entrenamientos tradicionales de gimnasio difícilmente logran en tan poco tiempo.
5LA IMPORTANCIA DE LA TÉCNICA: CALIDAD FRENTE A CANTIDAD PARA EVITAR LESIONES

Uno de los aspectos más descuidados al realizar entrenamientos de alta intensidad fuera del gimnasio es la correcta ejecución técnica de los ejercicios. Los fisioterapeutas deportivos advierten que la mala técnica multiplica el riesgo de lesión, especialmente cuando se trabaja a intensidades cercanas al máximo. Dedicar las primeras sesiones a dominar los movimientos básicos antes de aumentar la intensidad resulta fundamental para garantizar la seguridad y eficacia del entrenamiento. La supervisión inicial por parte de un profesional cualificado puede marcar la diferencia entre el éxito y el fracaso de estos protocolos exprés, aunque posteriormente puedan realizarse de forma autónoma.
Las estadísticas de lesiones asociadas a programas HIIT mal ejecutados son significativamente superiores a las registradas en entornos de gimnasio controlados, precisamente por la tendencia a priorizar la intensidad sobre la técnica. Sin embargo, cuando se respetan los principios básicos de biomecánica y progresión, estos entrenamientos han demostrado ser incluso más seguros que muchas actividades tradicionales de fitness. Un estudio longitudinal con más de 500 participantes concluyó que quienes seguían protocolos HIIT correctamente estructurados experimentaban un 37% menos de lesiones que usuarios habituales de gimnasio, atribuyendo esta diferencia al menor tiempo de exposición a factores de riesgo y a la mayor concentración mental durante sesiones más breves e intensas.