La estrategia de doña Letizia para limpiar la imagen de la monarquía con constantes visitas a Valencia ha sufrido varios reveses en los últimos tiempos por asuntos relacionados con la heredera al trono, Leonor, y el emérito.
Zarzuela tomó acciones legales por la publicación de unas fotografías de Leonor bebiendo una cerveza dentro de un centro comercial de Chile. La Fiscalía chilena no vio delito en la difusión de la imagen.
En Casa Real no tuvieron más remedio que agachar la cabeza, al igual que lo hicieron ante la portada de Diez Minutos protagonizado por la princesa en bikini.
Una vez más, la prensa extranjera, las revistas del corazón y algunos medios regionales son los únicos que se han saltado el consenso periodístico español que, según algunas voces, consiste en que Felipe VI y su familia hereden el silencio que disfrutó el emérito.
REVILLA
Casa Real ha decidido tomar distancia con la controvertida decisión de Juan Carlos de Borbón de denunciar a Miguel Ángel Revilla, que le ha recordado en libros y platós algunos de sus escándalos fiscales.
«Yo estoy contra los corruptos. Yo no he robado en mi vida, ni en pensamiento, y no he sido defraudador porque pago hasta el último céntimo. Y yo quiero que quien me ha representado y me representa, dé ejemplo pero al máximo nivel. Por eso estoy contra él», aseguró
PRENSA Y MONARQUÍA, TENSIONES Y ABRAZOS
Las relaciones entre la Casa Real española y la prensa han sido históricamente complejas y, en algunos pocos casos, conflictivas. La monarquía, como institución, ha tenido que enfrentarse a la constante atención mediática, que no siempre ha sido favorable.
Las tensiones entre la Casa Real y los medios de comunicación han ido variando a lo largo de los años, siendo muy tensas con algunas cabeceras en la segunda mitad del siglo XIX y el primer tercio del XX.
Mejor suerte tuvo Juan Carlos de Borbón, que durante décadas disfrutó una omertá que acabaría con casos como Nóos o Botsuana. Estos casos complicaron los inicios de reinado de Felipe de Borbón.

A lo largo de los años, la Casa Real ha intentado gestionar su relación con los medios a través de un control estricto sobre la información marcado por la obsesión de Letizia Ortiz. El matrimonio ha intentado sortear os escándalos relacionados con el rey emérito. que se vio envuelto en acusaciones de corrupción y han sido una fuente constante de atención para los medios en los tres últimos lustros.
A pesar de estos problemas, la Casa Real ha logrado, en algunos momentos, mantener una buena relación con la prensa, que en su mayor parte ha regalado reportajes con tono favorable y casi siempre con un tufo machista sobre los modelitos de doña Letizia.
LETIZIA Y FELIPE
Letizia Ortiz ha pasado en poco más de dos décadas de ser dibujada por algunos medios como la nuera ambiciosa de Juan Carlos de Borbón a convertirse en la «salvadora de la monarquía».
En los últimos tiempos en Zarzuela han cambiado de estrategia mediática y han multiplicado sus sonrientes actos para tapar la ruidera generada en las redes sociales por las interioridades aireadas por Jaime del Burgo y publicadas por Jaime Peñafiel.
Las presuntas infinitas infidelidades de doña Letizia son un asunto privado, dice la misma prensa autóctona que silencia el supuesto escándalo mientras aborda la aparente infidelidad de Federico X de Dinamarca o en los eternos escándalos de la Casa Real Británica.
Letizia Ortiz es consciente de la misma conservadora que hoy le ríe las gracias mañana la apuntillará si así lo requieren los intereses de Felipe VI, atado a la España conservadora desde que intervino el 3 de octubre de 2017 para protestar por el procés.
La mujer del jefe del Estado hace caso omiso a los dimes y diretes y se ha evitado mostrar distancia con Felipe de Borbón, feliz al ver la ‘Leonormanía’ desatada en los principales medios españoles.