Apurar el depósito de combustible hasta límites insospechados es una costumbre más extendida de lo que parece entre los conductores españoles, ya sea por despiste, por intentar encontrar una gasolinera más barata o, simplemente, por una confianza excesiva en esos últimos kilómetros que marca el ordenador de a bordo. Sin embargo, esta práctica aparentemente inocua puede transformarse en un verdadero quebradero de cabeza, especialmente si nos atenemos a las directrices y posibles interpretaciones de la DGT en situaciones límite. Lo que muchos ignoran es que, si bien no existe una multa explícita por conducir con la aguja del combustible tiritando en la zona roja, las consecuencias de quedarse tirado en la carretera sí pueden acarrear sanciones económicas importantes, sobre todo si se compromete la seguridad vial.
La cuestión no es baladí, pues una detención imprevista, especialmente en vías rápidas como autopistas o autovías, genera un riesgo considerable tanto para el vehículo inmovilizado como para el resto de usuarios de la vía. Imaginen la escena: un coche detenido en el arcén, o peor aún, invadiendo parte de un carril, en un tramo de alta velocidad y con visibilidad reducida. Este escenario es precisamente el que se busca evitar con la normativa vigente, y es aquí donde entra en juego la interpretación de la responsabilidad del conductor por no haber previsto una contingencia tan evitable como es la falta de carburante. El susto, la incomodidad y el peligro son motivos más que suficientes para replantearse esa peligrosa costumbre de flirtear con la reserva.
5CONSEJOS PARA NO APURAR Y EVITAR SUSTOS CON LA DGT

La solución más sencilla y eficaz para evitar todos estos problemas es, evidentemente, no dejar que el nivel de combustible baje hasta límites críticos. Planificar los repostajes, especialmente antes de iniciar viajes largos o al circular por zonas donde las gasolineras son escasas, es una medida básica de prudencia. Además, conviene recordar que circular frecuentemente con el depósito en reserva puede ser perjudicial para la mecánica del vehículo, ya que la bomba de combustible puede succionar sedimentos acumulados en el fondo del tanque, lo que a la larga podría provocar averías costosas. Mantener una buena costumbre de repostaje beneficia tanto al bolsillo como a la seguridad.
Es importante también ser conscientes de que los sistemas de medición de autonomía restante son estimaciones. Factores como el uso del aire acondicionado, la carga del vehículo o una conducción agresiva pueden reducir significativamente la autonomía real. Por ello, es recomendable repostar cuando el indicador señale que queda aproximadamente un cuarto de depósito, evitando así situaciones de estrés y el riesgo de una parada indeseada que pueda llamar la atención de la DGT. Al final, un conductor previsor es un conductor más seguro y menos expuesto a sanciones inesperadas.