Ana León, psicóloga: «El autoconocimiento es un proceso que todas las personas atravesamos a lo largo de la vida”

Mirarse por dentro no siempre es fácil, pero tarde o temprano todos llegamos a ese punto en el que necesitamos entender quiénes somos más allá de lo que mostramos al mundo. La psicóloga Ana León, nos recuerda que el autoconocimiento no es un destino perfecto al que se llega un día, sino un camino que se recorre toda la vida, con avances, tropiezos y descubrimientos inesperados.

El autoconocimiento no es un lujo ni una moda pasajera, es más bien una necesidad urgente en un tiempo donde la prisa y la exigencia marcan el ritmo de los días. Mirarse hacia adentro no siempre es fácil, pues implica reconocer heridas, límites y deseos que muchas veces hemos dejado en segundo plano para cumplir con las expectativas de los demás. Sin embargo, como explica la psicóloga Ana León Alonso, autora de ‘Habita tu piel’, aprender a conocerse es una de las experiencias más transformadoras que puede atravesar una persona a lo largo de su vida.

León sostiene que el autoconocimiento es un proceso continuo, no una meta final. No se trata de alcanzar una versión ideal de nosotros mismos, sino de comprender quiénes somos hoy, con nuestras luces y nuestras sombras. Este viaje hacia adentro invita a detener la máquina, a escuchar el cuerpo y a dejar de buscar fuera esa sensación de calma, coherencia y pertenencia con uno mismo que solo nace desde adentro.

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Comprender el autoconocimiento para sanar la historia

“Mirarse a uno mismo es difícil”. Fuente: Freepik

El autoconocimiento, según León, no surge de la noche a la mañana. Es el resultado de un trabajo paciente, de volver sobre la propia historia con curiosidad y sin juicio. Entender de dónde venimos, cómo se formaron nuestras creencias o qué partes de nosotros aprendimos a esconder para sobrevivir es fundamental para vivir de manera más libre. Cada experiencia deja huella y muchas veces esas huellas condicionan cómo actuamos, cómo amamos y cómo nos tratamos.

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Por eso, el autoconocimiento también implica reconciliarse con el pasado. No se trata de revivirlo, sino de comprenderlo con una mirada adulta. Las heridas emocionales no desaparecen solas, pero pueden transformarse cuando se atienden con cuidado. La psicóloga recuerda que el trauma no es solo lo que nos ocurrió, sino lo que nuestro cerebro hizo con ello. Y cuando no hubo recursos suficientes para sostener el dolor, aparecen la desconexión, la vergüenza o la necesidad de control como formas de defensa.

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