La ira contra el PSC se recrudece en el PSOE: «No habría independentismo sin ellos»

Ya se habla incluso de que Pedro SĂ¡nchez delegarĂ¡ competencias judiciales y harĂ¡ en Cataluña un pequeño Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). La ira contenida en el PSOE sigue en aumento. La guerra civil se aproxima si se tiene en cuenta el enfado general que hay en el partido con el PSC y la forma que tiene de cobrar peaje a la direcciĂ³n de Ferraz. Desde el PSOE lo tienen claro: «No habrĂ­a independentismo sin ellos (PSC)». AdemĂ¡s, las fuentes señalan que en plena negociaciĂ³n de los Presupuestos Generales del Estado el mejor amigo de los independentistas de ERC es, precisamente, y sigue siendo a todas luces el PSC. Ahora que los nacionalistas catalanes han conseguido mĂ¡s concesiones, los moderados socialistas dejan entrever sus quejas. Pero el PSC sigue a lo suyo.

Es «otro partido». Es «nacionalista», «catalanista» y ademĂ¡s tiene una buena sintonĂ­a con ERC que irrita a mĂ¡s de uno en el PSOE, tal y como detallan fuentes del PSOE. La Ăºltima losa que han puesto en el camino de los moderados socialistas es precisamente el ceder a la idea de montar un pequeño Consejo General del Poder Judicial en Cataluña para evitar y esquivar los problemas que trae a nivel nacional. Eso, sumado a las reformas de los delitos de sediciĂ³n y malversaciĂ³n mĂ¡s la idea de montar una «consulta» en Cataluña ha convertido el PSOE en una pequeña bomba de relojerĂ­a a punto de estallar. Y lo mĂ¡s curioso es que no es Moncloa quien estĂ¡ solo en el punto de mira, sino el PSC y su continua forma de condicionar las decisiones del Gobierno.

Parece algo de catalanes. Esto es lo que comentan en mĂ¡s de una ocasiĂ³n las fuentes. La capacidad de ERC o del PSC de condicionar cada paso que da el Gobierno empieza a cansar a los socialistas moderados. No hablamos solo del presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano GarcĂ­a-Page, o del presidente de AragĂ³n, Javier LambĂ¡n. Hablamos de cualquier socialista «felipista» que se precie en Ferraz que ve cĂ³mo para SĂ¡nchez todo vale con tal de mantenerse en el poder. Estas mismas fuentes detallan que SĂ¡nchez lleva desde el principio «cediendo terreno» ante el PSC por cuestiones de supervivencia. Pero tambiĂ©n indican que los socialistas catalanes tienen una sensibilidad con el independentismo que no comparten otras fuerzas polĂ­ticas.

El relato de las fuentes de Ferraz es sencillo: el PSC estĂ¡ allanando el camino a nivel interno a ERC. Las demandas de Esquerra Republicana de Cataluña no son precisamente fĂ¡ciles de asumir por los socialistas ni lo fueron en un primer momento. Fueron pesos pesados del PSC como JosĂ© Zaragoza o Miquel Iceta (e incluso el exministro Salvador Illa) los que endulzaron el oĂ­do de los negociadores (entre ellos Isaura Leal) para que vieran con mejores ojos las demandas de los independentistas. Reducir la pena del delito de malversaciĂ³n o hacer desaparecer el de sediciĂ³n son ideas que desde el PSC han ayudado a llevar a cabo. Tampoco hay que olvidar que desde Unidas Podemos sienten esa «conexiĂ³n» con los independentistas y consideran que sus demandas estĂ¡n mĂ¡s que justificadas.

Con esto sobre la mesa que pocos niegan, el PSC estĂ¡ en una posiciĂ³n delicada porque nunca habĂ­a estado tan expuesto a nivel interno. El mejor aliado de ERC no es solo Pedro SĂ¡nchez y su necesidad compulsiva de sobrevivir, sino un PSC que pone en riesgo cada segundo de SĂ¡nchez en la Moncloa si no cede y paga la cuota exigida. Es una cuestiĂ³n de peso electoral sin mĂ¡s. Los socialistas catalanes son clave para que al PSOE le den los nĂºmeros y siempre han querido mantener una independencia que les ha llevado a conseguir mĂ¡s concesiones de las necesarias. Un ministerio es una de esas cuotas. Y Miquel Iceta ha sido el que la ha cobrado.

Los moderados del PSOE auguran una guerra que estallarĂ¡ en cuanto pasen las elecciones municipales y autonĂ³micas. La esperan porque los malos resultados electorales quitarĂ¡n la razĂ³n a los movimientos de Pedro SĂ¡nchez. El PSOE pasa por malos momentos, pero las costuras que unen a los socialistas españoles con los del PSC parecen esperar mĂ¡s movimiento hostil del que los catalanes creen.