Carles Puigdemont da un paso atrås para cambiar el rumbo de la historia de Cataluña. El expresidente de la Generalitat trata de unificar a todo el independentismo bajo unas mismas siglas, independientemente de si se llevarån el nombre de Junts o JxSà como se hizo en las elecciones de 2015 y 2017.
La premisa del lĂder de los independentistas pasa primero por ganar a ERC, que descarta por completo volver a la coaliciĂłn del pasado, y aglutinar a partidos que por sĂ mismos no tendrĂan representaciĂłn. La uniĂłn hace la fuerza y en estas elecciones hay mucho en juego para Puigdemont. Por un lado, estĂĄ muy presente su desafĂo contra todos los poderes del Estado, especialmente contra la Justicia, de la que permanece huido desde el 28 de octubre de 2017 tras proclamar de forma unilateral la independencia, mientras trata de dar la batalla para recuperar la hegemonĂa del independentismo en su perĂmetro.
En las elecciones generales del 23 de julio, Junts obtuvo 395.429 votos frente a los 466.020 que registró ERC, que sufrió la mayor pérdida de apoyos entre todos los grupos que tuvieron representación en el Congreso de los Diputados. Junts sólo bajó un escaño, ERC dejó de contar seis. La situación del independentismo fue tan catastrófica que el PP ganó tanto a Junts como a ERC por separado. Ambas formaciones separatistas se han dejado por el camino un total de 549.567 votos.
LA IMAGEN ILUSIONANTE DE PUIGDEMONT
A pesar de la caĂda, Puigdemont traslada una imagen ilusionante, serena y con todas las aspiraciones del 27 de octubre intactas. No tiene reparos a la hora de poder ser detenido en España en caso de conseguir la representaciĂłn y acudir al Parlament a recoger su acta de diputado, como tampoco muestra remordimiento alguno por todo lo hecho durante el ‘procĂ©s’. A Puigdemont le mueve ahora el referĂ©ndum, un sistema de financiaciĂłn propio que elimine la presencia de la Agencia Tributaria en Cataluña y la consecuciĂłn de la independencia.
Desde su proclamaciĂłn para ser candidato a la Generalitat en las prĂłximas elecciones catalanas del 12-M, Puigdemont no ha mostrado las siglas de Junts, respaldado por la bandera autonĂłmica y la europea, pero con una premisa muy clara: tratar de aglutinar el mayor nĂșmero de partidos posible a la causa. Entre ellos estĂĄn los habituales, como Reagrupament y DemĂČcrates, asĂ como pesos pesados de la anterior ConvergĂšncia, asĂ como diferentes estrellas de la CCMA, de TV3 y Catalunya RĂ dio. El intento de Puigdemont tambiĂ©n pasaba por aunar los esfuerzos con Aliança Catalana, de SĂlvia Orriols.
A este movimiento se suman tambiĂ©n Joventut Republicana, Verds-Alternativa Verda, , AcciĂł per la RepĂșblica, Estat CatalĂ y Moviment d’Esquerres de Catalunya (MESCat). Con el mismo fondo azul que en el acto de Elna (Francia), en el que no hay las siglas de Junts, los partidos firmantes del acuerdo se comprometen a acompañar a Puigdemont «en el camino hacia su restituciĂłn en plenitud».
Las diferencias entre las formaciones son notables, aunque en mayor o menor medida, la mayorĂa busca frenar la inmigraciĂłn irregular, especialmente los de Orriols, que gobierna Ripoll con mano de hierro y acogiĂ©ndose a la ley para cortar ayudas a los colectivos de inmigrantes, asĂ como vigilar muy de cerca los empadronamientos.
Junts trata de montar asĂ una lista cremallera que acoja las distintas sensibilidades dentro del independentismo. AsĂ, Reagrupament atrae a la parte mĂĄs sentimental, como si de un anhelo romĂĄntico se tratara, donde las consecuencias econĂłmicas de la ruptura con el resto de España no serĂan una barrera a la hora de consumar la separaciĂłn. Esta ideologĂa se le considera la mĂĄs peligrosa a los intereses de los constitucionalistas al no tener argumento alguno que la pueda desmontar.
LA LISTA UNITARIA, SIN RESPALDO DE ERC NI LA EXTREMA DERECHA CATALANA
Sea como fuere, Puigdemont tiene hasta el 30 de marzo para presentar la candidatura, siempre y cuando se registre como una coaliciĂłn. En caso contrario, el tiempo correrĂa hasta el prĂłximo 8 de abril, dĂa en el que deberĂĄn conocerse los nombres de todos los candidatos. Desde la extinciĂłn de CiU, el independentismo ha ido cediendo en sus nombres, asĂ como en las siglas. Pocos repiten en los primeros puestos desde 2012, cuando se iniciĂł seriamente el procĂ©s con los dos millones de manifestantes que unieron Cataluña en una larga cadena humana.
Puigdemont tendrĂĄ que dar la batalla con la amnistĂa aĂșn en el armario ante el bloqueo del PP en el Senado
Con la confecciĂłn de las listas electorales, Puigdemont tendrĂĄ que dar la batalla con la amnistĂa aĂșn en el armario ante el bloqueo del PP en el Senado. Puigdemont busca ahora dar nuevos pasos para cambiar el curso de la historia y borrar la aplicaciĂłn del 155 de la ConstituciĂłn tras el referĂ©ndum ilegal del 1-O.
Puigdemont hablĂł en Elna de restituir su presidencia tras la aplicaciĂłn «ilegal e ilĂcita» del 155, una relectura del pasado mĂĄs reciente que pone de manifiesto que la Ășnica intenciĂłn de su acuerdo con el PSOE es poner al Estado de Derecho arrodillado y pidiendo perdĂłn por las cargas policiales y los ceses de la Generalitat. Para el independentismo fue un movimiento democrĂĄtico, masivo y pacĂfico, que fue noqueado por la «represiĂłn brutal» del Estado.
No obstante, las crĂticas a Puigdemont se centran en su salida y la proclamaciĂłn de la independencia tras el 1-O, un error que generĂł desconfianza entre los suyos y llevĂł al descrĂ©dito a nivel internacional tras copar portadas durante meses en la prensa de numerosos paĂses. El fallido acto quedĂł reflejado despuĂ©s en las distintas frases de batalla de ERC y Junts, como las 155 monedas. La realidad es que la aplicaciĂłn del 155 se produjo Ășnica y exclusivamente con la DeclaraciĂłn Unilateral de Independencia.
La idea de Puigdemont es volver de nuevo a Cataluña, esta vez como presidente, un cargo que le despojĂł ese 155, pero volviendo de nuevo al kilĂłmetro cero del separatismo, como fijar dĂa para el referĂ©ndum y poner las bases para una Cataluña independiente. El lĂder de Junts, como tambiĂ©n ERC, consideran Ă©sta como la Ășnica vĂa para lograrlo, forzando al Estado a pactar una consulta, como lo fueron los indultos y la amnistĂa.
CRĂTICAS A PUIGDEMONT POR SU PRESIDENCIALISMO
Ademås, los reproches a Puigdemont también se centran en el posicionamiento de centroderecha de Junts, un perfil del que reniega el PSC, y en la candidatura presidencialista que agita el inquilino de Waterloo, sin fisuras en el Congreso de los Diputados. En este sentido, Puigdemont irå directo a la confrontación con todos los grupos, presionando al PSC y al PSOE en La Moncloa; tratando de desbancar a ERC y agitando la bandera catalanista en cada paso dado, fortaleciendo asà las posiciones de Vox, PPC y Ciudadanos.
De esta forma, las posiciones mĂĄs centradas quedarĂan en fuera de juego dentro del tablero polĂtico catalĂĄn. AdemĂĄs, Puigdemont asegurĂł que solo volverĂa a Cataluña en caso de ser presidente de la Generalitat, por lo que no se descarta ni mucho menos que sea el candidato a las europeas.