Investigadores encuentran posibles nuevos objetivos contra la proteĆ­na clave del coronavirus

Un equipo de cientĆ­ficos de la Universidad Estatal de Pensilvania (Estados Unidos) ha descubierto otras localizaciones en la proteĆ­na pico del coronavirus, la clave de la entrada a las cĆ©lulas, que no solo pueden ayudar a explicar cĆ³mo ciertas mutaciones hacen que las variantes emergentes sean mĆ”s infecciosas, sino que tambiĆ©n podrĆ­an utilizarse como objetivos adicionales para la intervenciĆ³n terapĆ©utica.

Ā«Se estĆ”n realizando importantes investigaciones para examinar cĆ³mo el dominio de uniĆ³n al receptor (RBD) en la punta de la proteĆ­na de pico del SARS-CoV-2 se une a un receptor ACE2 en una cĆ©lula humana, pero se sabe poco sobre los otros cambios que se producen en la proteĆ­na como resultado de esta uniĆ³n. Hemos descubierto ‘puntos calientes’ mĆ”s abajo en la proteĆ­na de pico que son crĆ­ticos para la infecciĆ³n del SARS-CoV-2 y pueden ser nuevos objetivos mĆ”s allĆ” del RBD para la intervenciĆ³n terapĆ©uticaĀ», explica uno de los lĆ­deres de la investigaciĆ³n, Ganesh Anand, cuyo trabajo se ha publicado en la revista cientĆ­fica ‘eLife’.

Estos cientĆ­ficos utilizaron un proceso, llamado espectrometrĆ­a de masas de intercambio de hidrĆ³geno-deuterio, para visualizar lo que ocurre cuando la proteĆ­na de pico del SARS-CoV-2 se une a un receptor ACE2. Esta tĆ©cnica utiliza agua pesada u Ć³xido de deuterio (D2O), un isĆ³topo natural y no radiactivo del agua formado a partir de hidrĆ³geno pesado o deuterio, como sonda para mapear las proteĆ­nas. En este caso, el equipo colocĆ³ la proteĆ­na de pico del SARS-CoV-2 y los receptores ACE2 en agua pesada y obtuvo huellas de ACE2 en la proteĆ­na de pico.

Ā«Si se pone la proteĆ­na de pico y el receptor ACE2 en una soluciĆ³n hecha con D2O, las superficies y regiones mĆ”s flojas de ambas proteĆ­nas intercambiarĆ”n mĆ”s fĆ”cilmente hidrĆ³genos por deuterio, en comparaciĆ³n con sus interiores. Y las huellas de cada proteĆ­na en la pareja de uniĆ³n pueden identificarse fĆ”cilmente a partir de las zonas en las que se ve poco deuterio y solo se detecta hidrĆ³geno normalĀ», detalla Anand.

Mediante esta tĆ©cnica, el equipo determinĆ³ que la uniĆ³n de la proteĆ­na de pico y el receptor ACE2 es necesaria para que las proteasas similares a la furina (una familia de enzimas humanas) actĆŗen para cortar la punta, llamada subunidad S1, de la proteĆ­na de pico, que es el siguiente paso en la infecciĆ³n del virus en la cĆ©lula.

Ā«Las proteĆ­nas de pico de la superficie del virus giran para buscar y engancharse al receptor ACE2. La ACE2 puede compararse con una mano que sujeta mechones de pelo: los grupos de proteĆ­nas de pico. La uniĆ³n a de pico la estabiliza para que pueda ser cortada por las tijeras de la furina proteasa. DespuĆ©s de que las furinas proteasas corten la proteĆ­na, la parte que queda -la subunidad S2- es la que se fusiona con las membranas de la cĆ©lula, permitiendo su entrada en ellaĀ», seƱala Anand.

Los investigadores ya han aprendido mucho sobre cĆ³mo se unen la proteĆ­na de pico y el receptor ACE2, pero hasta ahora nadie sabĆ­a cĆ³mo esta uniĆ³n transmitĆ­a el mensaje a las furinas para que cortaran la proteĆ­na. Anand detalla que el fenĆ³meno se llama alosteria, que significa Ā«acciĆ³n a distanciaĀ».

Ā«Nuestros hallazgos demuestran que la uniĆ³n del receptor ACE2 a la proteĆ­na de pico del SARS-CoV-2 provoca cambios de largo alcance y potencia alostĆ©ricamente el corte de la proteasa en el sitio de corte distal S1/S2Ā», argumenta.

Anand sostiene que actualmente los investigadores se centran solo en las terapias que bloquean la uniĆ³n de la proteĆ­na de pico al receptor ACE2. Ā«En este artĆ­culo, sugerimos que no es la Ćŗnica vulnerabilidad que se puede atacar. Tal vez la escisiĆ³n S1/S2 que es necesaria para la escisiĆ³n de la furina pueda servir como un nuevo objetivo para las terapias inhibidoras contra el virusĀ». Este estudio tambiĆ©n puede ayudar a explicar cĆ³mo las mutaciones en las variantes emergentes podrĆ­an alterar la dinĆ”mica y el alosterio de la uniĆ³n de ACE2, aumentando potencialmente la infectividad del virus SARS-CoV-2″, concluye.