Colau y Collboni inician una ‘caza de brujas’ en la Guardia Urbana tras la dimisiĆ³n de 21 agentes

RebeliĆ³n en la Guardia Urbana de Barcelona. Los agentes del turno de tarde del Grupo de Delincuencia Urbana (GDU) del Distrito de Ciutat Vella han renunciado al puesto con durĆ­simas crĆ­ticas hacia Ada Colau y Jaume Collboni.

Los motivos de esta dimisiĆ³n son Ā«personales y profesionalesĀ«, segĆŗn ha asegurado un portavoz de esta unidad. En este sentido, han considerado que al retirarse dejan el margen suficiente para que se renueve el GDU. La cascada de bajas en esta unidad se iniciĆ³ en la cĆŗpula: un inspector fue el primero en dejarlo, seguido de un sargento y un cabo interino. Ā«Hemos entregado muchas horas de nuestra vida por una organizaciĆ³n (…) Tenemos la sensaciĆ³n que nunca se nos ha valorado Ćŗnicamente por nuestro trabajoĀ», ha asegurado.

Los funcionarios pasarƔn a formar parte de las patrullas, pero uniformados. De esta forma, no habrƔ agentes de paisano en las calles mƔs peligrosas de la ciudad, una medida que ha puesto en alerta a vecinos y comerciantes del Raval de Barcelona, donde operan las principales mafias y delincuentes comunes.

OBLIGADOS A TRABAJAR DIARIAMENTE 12 HORAS

La dimisiĆ³n se produce en un momento de altĆ­sima tensiĆ³n, tanta que la alcaldesa de Barcelona y el primer teniente de alcalde han iniciado su propia caza de brujas contra los agentes que tengan este material audiovisual, al que ha tenido acceso MONCLOA.com, en el que se vierten durĆ­simas crĆ­ticas en el interior de la comisarĆ­a.

La mayorĆ­a de estos miembros del GDU trabajaban en este tipo grupos antes crearse en 2015 esta unidad. Estos agentes han arriesgado sus vidas por tan sĆ³lo Ā«ocho euros limpios la horaĀ». Ā«Los que trabajĆ”bamos en el grupo de paisano estĆ”bamos obligados a trabajar 12 horas al dĆ­a, o de 10 a 22.00 o bien de 8 a 20.00Ā«, afirma uno de los agentes de esta unidad ante un nutrido grupo de asistentes. Ā«Estaban todos los de la comisarĆ­aĀ», han afirmado fuentes policiales a MONCLOA.com.

collboni

Ā«AhĆ­ tienes la puertaĀ». Esta era la respuesta del Ayuntamiento a quienes mostraban reticencias a aceptar estos horarios. Ā«AsĆ­ nos tiramos todos los putos dĆ­as. Esto incluĆ­a fines de semanaĀ», ha asegurado el agente ante la audiencia. Ā«El Ayuntamiento tenĆ­a guardias a precio de saldo. CobrĆ”bamos menos -con perdĆ³n- que una seƱora de la limpiezaĀ», ha continuado este funcionario.

CRƍTICAS A LOS JUECES POR SOLTAR A MULTIRREINCIDENTES

Estos agentes armados hacĆ­an un buen trabajo. Limpiaban las calles de delincuentes, pero habĆ­a guardias a Ā«precio de saldoĀ».

El agente tambiĆ©n ha criticado con dureza la labor judicial. Si antes habĆ­a una media de unos tres juicios al dĆ­a, ahora aplauden cuando llega una citaciĆ³n judicial. Mientras, los cacos continĆŗan campando por las calles de la Ciudad Condal a sus anchas. De hecho, es la estampa mĆ”s habitual entre las detenciones de los agentes de la Guardia Urbana: capturar a delincuentes con decenas de antecedentes policiales.

Ā«Antiguamente, si no tenĆ­as tres juicios al dĆ­a no eras nadieĀ», ha sostenido el agente. Por cada juicio, el agente cobra 60 euros brutos, pero con una salvedad. Ā«Si eras del grupo de paisano no podĆ­as coger las horasĀ», ha asegurado. Ā«El guardia -aƱade- tenĆ­a que estar en la calle. TenĆ­as que malvender ese juicio, obligado para estar siempre en la calleĀ».

Las jornadas pasaban y los agentes llegaban a acumular un mes Ć­ntegro de trabajo sin descanso. Ā«Estabas currando (…) a precio de risaĀ«, ha criticado. Ā«Pues en esa Ć©poca nunca oĆ­ ninguna voz que protestaraĀ», ha manifestado. En los pasillos, los mĆ”s veteranos se mofaban de los miembros de esta divisiĆ³n. Ā«Sois unos gilipollas. Os dejĆ”is el pellejo por ocho euros la hora. Sois subnormalesĀ», ha dicho. En esa Ć©poca nadie levantĆ³ la voz. Nadie se molestĆ³ en proteger los derechos de los empleados de esta unidad.

RƉGIMEN DE SEMIESCLAVITUD

Ā«Me viene a la cabeza el rĆ©gimen de semiesclavitudĀ», ha aƱadido. Estos agentes han aguantado aƱos y aƱos porque era su autĆ©ntica devociĆ³n. Ā«Nos gustabaĀ», ha justificado. Las distancias entre los agentes de esta unidad y otros miembros de la Urbana se han mostrado tras esta reivindicaciĆ³n. Y es que, un agente armado cobra 20 euros a la hora, mĆ”s los juicios.

Los agentes de esta unidad han renunciado obligados a la vida familiar, pese a tener una una oposiciĆ³n aprobada. Ā«No se ha valoradoĀ» a los agentes que han roto sus matrimonios por estar trabajando de sol a sol para el Ayuntamiento de Barcelona. IrĆ³nicamente, ha dejado un mensaje a los crĆ­ticos: Ā«Ahora tenĆ©is 21 puestos disponiblesĀ». Por ahora, ningĆŗn agente ha cubierto estas plazas.

LA INSEGURIDAD, SEƑA DE IDENTIDAD DE COLAU Y COLLBONI

El PSC es quien ostenta la mƔxima responsabilidad de la seguridad en Barcelona. En concreto, es Albert Batlle quien se encarga de la cartera municipal concerniente a la Guardia Urbana, un cuerpo que ha sido denostado con Ada Colau como alcaldesa.

La inseguridad en las calles ha sido la tĆ³nica de estos Ćŗltimos aƱos en las calles. La permisividad del Ayuntamiento ha sido excesiva en pro de la delincuencia. Ejemplo de ello son las noches de disturbios y saqueos durante el pasado mes de febrero.

SĆ³lo se pusieron firmes cuando se quemĆ³ un vehĆ­culo policial y sĆ³lo la presiĆ³n social obligĆ³ al Ayuntamiento a personarse contra los detenidos. La mano blanda ha sido la respuesta mĆ”s habitual, mientras quienes sufren las consecuencias son los vecinos que pagan los salarios de estos polĆ­ticos profesionales.