Las granjas cinegéticas, culpables de traer la mosca que asfixia al corzo español

  • Las poblaciones de corzo del norte de la península ibérica se han reducido desde el año 2000 con la aparición de la moscarda.
  • Este parásito deposita los huevos en la nariz de los corzos y las larvas pueden llegar a asfixiar al animal.
  • La UNAC señala que son las granjas cinegéticas las que han traído la moscarda a España.
  • Hay una mosca que asfixia a los corzos españoles. Pone sus larvas en la nariz y las vías respiratorias del animal y éste, aunque no siempre muere, puede llegar a quedarse sin aire. La enfermedad se llama coloquialmente como moscarda (su nombre científico es cephenemyia stimulator) y en los últimos años se ha extendido por el norte de la península ibérica causando estragos en los cotos y montes españoles. Hay un responsable de que este parásito esté reduciendo la población de corzos en el país: las granjas cinegéticas. La Unión Nacional de Asociaciones de Caza (UNAC) considera que son quienes han importado corzos europeos los que han traído esta mosca. Y han elaborado un informe a nivel nacional para denunciar no solo esta, sino todas las consecuencias negativas que tienen este tipo de granjas.

    Las escenas y las fotos de la mosca son dignas de una película de ciencia ficción. El parásito deposita sus huevos en la cavidad de la nariz del corzo. Ahí se desarrollan las larvas hasta su edad adulta, cuando salen del cuerpo. En el mejor de los casos, el animal se libra del parásito hasta que empiece un nuevo ciclo. En el peor, muere asfixiado por las larvas. Una realidad que no solo alarma a los ecologistas, sino a los propietarios de los cotos de caza, que ven cómo la población se ha reducido de forma drástica.

    La clave, según aseguran los expertos, de que el animal fallezca o no está en el número de larvas. En algunos casos se han llegado a encontrar hasta 80 larvas en la nariz de un corzo. Algo que le genera, además de los síntomas normales (sinusitis, estornudos, toses…) la asfixia.

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    El brote se originó en Asturias hace pocos años, según aseguran desde la Asociación del Corzo Español. Pero eso preocupa más bien poco a quienes sufren esta epidemia. Los sectores ecologistas culpan a las granjas cinegéticas, algo con lo que está de acuerdo la UNAC. Y las asociaciones de cazadores no lo niegan. De hecho, el informe de la Unión Nacional de Asociaciones de Caza se señala que la importación de animales extranjeros es la causa de que la epidemia se haya extendido tanto: «se vincula la aparición de la moscarda del corzo (Cephenemyia stimulator), con la importación irregular de ejemplares europeos», comentan los cazadores.

    Los trabajos del grupo de investigación en Sanidad Animal en Galicia determinaron que antes del año 2000 no existía este parásito en el norte de la peníncula, lugar donde se considera que tuvo lugar el primer brote de moscarda. Los trabajos posteriores a ese año reflejaron que ya en 2007 había, al menos, un 36% de afectados.

    La UNAC considera que las granjas cinegéticas tienen un impacto muy negativo en el ecosistema. En el apartado de su informe titulado «consecuencias del abuso de repoblaciones y sueltas y de la intensificación de la producción de especies de granja en nuestro patrimonio cinegético» señalan que las granjas generan efectos negativos fisiológicos, morfológicos, etológicos, genéticos y sanitarios. Un rosario de consecuencias que tanto ecologistas como algunos cazadores quieren eliminar de raíz.

    Emilio Sanz-Pastor gestiona varios cotos a través de Caza en Abierto. Y se ha encontrado con que la población de corzos en sus terrenos ha pasado de más de 4.000 a apenas 1.000 en pocos años. Un descenso que le ha llevado, según asegura a MONCLOA.COM, a prohibir cazar más corzos en sus cotos, a pesar de que la Junta de Castilla y León sí consideró oportuno aprobar abatir esta especie. Para Sanz-Pastor, esta epidemia es un problema. «Está todo el norte de España afectado, en León ha descendido la población de corzos un 90%», asegura.

    LAS GRANJAS DE CAZA

    El impacto de las granjas cinegéticas no solo afecta al corzo. Hay granjas de todo tipo: conejo, liebre, perdiz, ánade, jabalí… Y todas liberan millones de ejemplares cada año con el objetivo de que algunos cazadores tengan más piezas que abatir. No es la primera vez que la Guardia Civil incauta ejemplares en este tipo de granjas. Pero son las ilegales, las que están fuera del radar, las que alarman especialmente a los cazadores, ya que así no se puede, según asegura en el informe la UNAC, tener una contabilidad efectiva y un control que evite el impacto en el ecosistema.

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    Solo en Andalucía, las granjas cinegéticas de perdices rojas han aumentado de dos a 700 en unos pocos años. Esto supone que, cada año, se liberan seis millones de ejemplares de este ave a los cotos y a los montes andaluces, lo que genera un impacto importante, además de enfermedades patológicas propias de las granjas.