Girauta acentúa su posición proisraelí mientras Ciudadanos silencia su viaje a Cisjordania

  • Ciudadanos se alinea con los posicionamientos de la UE pero Girauta los considera “cobardes”.
  • El portavoz parlamentario reconoce que “el tema de Israel suscita división” dentro del partido naranja.
  • Girauta visitó la semana asentamientos israelíes en Cisjordania invitado por el Gobierno israelí.
  • Saber lo que opina Ciudadanos sobre el conflicto entre israelíes y palestinos no resulta fácil, principalmente porque siempre que puede pasa de puntillas sobre esta polémica cuestión. El que no oculta su posición es su portavoz en el Congreso, Juan Carlos Girauta, que expresa abiertamente opiniones proisraelíes, coincidan o no con las del partido.

    El propio Girauta reconoció en una entrevista a principios de este año que dentro de Ciudadanos “el tema de Israel suscita división”, aunque cree que “no hay por qué esconderlo” y que lo importante es que lo que dice el partido sobre este tema “es siempre muy sensato y respetuoso”.

    El portavoz parlamentario afirmó entonces que la diplomacia española y la europea “se comporta con cobardía”, tratando de “compensar” cualquier acercamiento a Israel con un acercamiento a las autoridades palestinas y actuando, a su juicio, con “un sesgo claramente antisemita”.

    La semana pasada, Girauta viajó a Cisjordania, territorio palestino ocupado por Israel, junto a otros nueve políticos y periodistas españoles invitados por el Ministerio de Asuntos Estratégicos israelí y por el Consejo Regional del Valle del Jordán, la Administración de los colonos israelíes en esta zona. Sin embargo, Ciudadanos no ha publicitado esta visita ni las declaraciones de su portavoz.

    Allí, el diputado declaró a la agencia Efe que el Estado israelí “tiene derecho a defenderse”. «Es la única democracia de Oriente Medio y no puede permitirse perder una guerra, porque si la pierde, desaparecerá del mapa, y eso hace que por mucho que se le presione desde instancias internacionales, Israel siga haciendo lo que cree que tiene que hacer«, afirmó.

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    Juan Carlos Girauta, durante su visita a Cisjordania. Foto: JNS

     

     

     

     

     

     

     

     

    Mientras la delegación española llegaba a Cisjordania, el 11 de noviembre, en la Franja de Gaza continuaba la violencia entre el Ejército israelí y las facciones palestinas. La tensión había aumentado en la zona a raíz de las protestas de los palestinos en marzo, y en ese periodo murieron dos militares israelíes y unos 220 palestinos.

    Los políticos y periodistas españoles que viajaron a Cirsjordania, entre los que estaban también John Muller, exdirector adjunto de El Mundo y de El Español, y Cristina Seguí, columnista de Ok Diario y exdirigente de Vox, pudieron visitar empresas y explotaciones agrícolas ubicadas en asentamientos israelíes que emplean también a trabajadores palestinos.

    El propósito de las autoridades israelíes con este tipo de visitas es promocionar la producción agrícola del Valle del Jordán y resaltar la cooperación entre israelíes y palestinos, con el fin de contrarrestar al movimiento de Boicot, Desinversión y Sanciones (BDS), que promueve el boicot comercial, cultural y académico a Israel y la desinversión en su fondos.

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    Girauta y otros miembros de la delegación española que estuvieron en el Valle del Jordán. Foto: JNS

    Girauta se alineó con el Gobierno israelí y afirmó que las campañas BDS son “una inmoralidad y un error” porque “al boicotear a Israel, se boicotea la paz, ya que la industria israelí une a israelíes y palestinos, mejorando la vida de ambos”.

    Para el portavoz de Cs en el Congreso, los boicots a Israel son “una nueva forma de antisemitismo” que se produce porque “los europeos tienen la idea preconcebida de que la vida en los territorios palestinos es peligrosa, que en el día a día hay un conflicto”.

    Unos días antes de viajar a Cisjordania, Girauta había denunciado en Twitter el boicot de la CUP en Barcelona a la selección femenina israelí de waterpolo, que hizo que el partido contra la selección española se tuviese que celebrar antes de lo previsto y a puerta cerrada. Un día después, Ciudadanos registró en el Congreso una serie de preguntas al Gobierno sobre lo sucedido.

    Sin embargo, no es habitual que la formación naranja hable de asuntos relacionados con Israel. Su líder, Albert Rivera, pone a este país como ejemplo de economía dinámica y moderna, sobre todo en lo relativo a las empresas tecnológicas y la innovación, pero apenas se refiere al conflicto con los palestinos.

    De las iniciativas de Cs en el Congreso, solo una se refiere al conflicto palestino-israelí, concretamente sobre la reactivación del proceso de paz. Lo demás han sido una propuesta para un programa de intercambio educativo e investigador entre España e Israel y para criticar una resolución de la UNESCO que disgustó al Gobierno israelí.

    APOYO SIN FISURAS DE GIRAUTA A ISRAEL

    La influencia de Girauta se ve en estas iniciativas y, sobre todo, en la falta de respaldo a los palestinos. Pero el apoyo sin fisuras de Girauta a Israel generó una situación incómoda a su partido el pasado 14 de mayo, cuando celebró el 70º aniversario de la creación de este Estado con un mensaje en Twitter donde hablaba de “Israel, luz de las naciones”.

    Mientras tanto, en Gaza, decenas de civiles palestinos morían por disparos de las fuerzas de seguridad israelíes en las protestas contra el traslado de la Embajada estadounidense a Jerusalén, lo que desencadenó una serie de críticas contra el portavoz de Cs.

    Fuentes del partido declararon entonces que rechazaban la decisión de EEUU y lamentaban la muerte de “decenas de personas inocentes”, pero de la situación en Gaza responsabilizaban tanto al bloqueo israelí como a “la intransigencia del fundamentalismo de Hamás”.

    La posición oficial de Ciudadanos sobre el reconocimiento de Palestina como Estado, expuesta por su portavoz de Asuntos Exteriores en el Congreso, Fernando Maura, es que la Unión Europea debería analizar la posibilidad de hacerlo conjuntamente.

    Considera que de esa manera la UE podría impulsar “una política real de existencia de dos Estados conforme a las fronteras de 1967″ y el retorno de las partes a la negociación, aunque también reclama que se garanticen las “legítimas condiciones de seguridad” para Israel.