Así apoyaba Alfonso Guerra «la identidad nacional de los catalanes»

Alfonso Guerra se volvió a subir por un día a las tablas teatrales para conversar con Jordi Évole. La Sexta emitió anoche la entrevista al exvicepresidente primero del Gobierno de Felipe González entre 1982 y 1991.

El político sevillano fue uno de los destacados miembros que renovaron al PSOE en 1974 tras el triunfo de Felipe González en el Congreso de Suresnes. Mucho han cambiado los discursos de la actual ‘vieja guardia’ que sufre Pedro Sánchez.

Los socialistas aprobaron en aquel Congreso que «la definitiva solución del problema de las nacionalidades que integran el Estado español parte indefectiblemente del pleno reconocimiento del derecho de autodeterminación de las mismas que comporta la facultad de que cada nacionalidad pueda determinar libremente las relaciones que va a mantener con el resto de los pueblos que integran el Estado español». No es el único cambio dialéctico de Guerra y de su generación.

ALFONSO GUERRA Y ESPAÑA

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El exvicepresidente del Gobierno con Felipe González. Alfonso Guerra.

Guerra explicó ante Évole que «España está en riesgo de autodisolución. Hay grupos políticos que quiere, como llaman ellos, desconectar, fragmentar, quitarle una parte a España, por eso lo he puesto».

El autor de ‘La España en la que creo’ señala que «los políticos de izquierda en la Segunda República amaban a España, la llevaban en la voz. Hoy no hay ni uno que salga a decirlo a una tribuna. Los que no se atreven a hablar de ello son una izquierda boba».

Cuatro décadas atrás, en 1979, Guerra definía a España «como nación de naciones». En aquellos momentos se preparaba la aprobación del Estatut de Sau y por aquel entonces mostró su «apoyo a esa necesaria aspiración de identidad nacional de los catalanes».

A VUELTAS CON CATALUNYA

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Guerra en ‘La Galería’ del Canal 24 horas. Foto: RTVE.

Guerra señaló ayer sobre el juicio a los líderes del procés que «está claro que hay un delito porque, según el artículo 92, puede haber referéndum consultivos que convoca el rey a petición del presidente del Gobierno y previa autorización del Congreso de los Diputados. Estos políticos han convocado dos referendos por su cuenta, sin atender a la Constitución. Además, han presumido de hacerlo».

El que fuera diputado durante 38 años señalaba en 1979 que el PSOE apoyaba a los que «durante tantos años no han podido gritar ‘visca Catalunya’. Estamos aquí para reparar una injusticia de tantos años de falta de libertad y, por tanto, de falta de realidad nacional, que pertenece de una manera irrenunciable al pueblo catalán».

NACIONALISMOS

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Guerra en ‘Informe Semanal’. Foto: RTVE.

«El incremento de la desigualdad trae al extremismo, trae a los nacionalistas. Cuando los grupos constitucionalistas se dedican a mimar a los extremistas puede ocurrir una tragedia. Si sigue esto de que sólo queden extremistas, al final falta un dictador para la fiesta», señaló ayer Guerra.

Cabe recordar que en 1986 Alfonso Guerra contribuyó al apoyo de Txiki Benegas a un Gobierno del Partido Nacionalista Vasco. Benegas, miembro destacado del sector ‘guerrista’, ganó en diputados en Euskadi tras la ruptura del PNV que acabó con el nacimiento de Eusko Alkartasuna.

Los renovadores, liderados por Felipe González, creían que el PSE podía sondear a otras fuerzas progresistas para tejer un Gobierno junto a EA y Euskadiko Ezkerra. Sin embargo, los ‘guerristas’ apoyaron a apuntalar al partido nacionalista con más historia a sus espaldas: el PNV. Guerra, años después, también apoyó la negociación con el brazo armado del nacionalismo vasco: ETA.

ESTABILIDAD

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Alfonso Guerra en ‘Los Desayunos de TVE’. Foto: RTVE.

Guerra ayer apostaba por la estabilidad de España. Pero el 4 de febrero de 1981, diecinueve días antes del 23-F (en plena desintegración de UCD por la dimisión de Suárez y con el Ejército y ETA calentando el ambiente), al PSOE no parecía importarle demasiado la estabilidad de España.

En una entrevista publicada por El País, Guerra explicaba que no entendía «un Gobierno de coalición con UCD, porque el país difícilmente lo entendería, no se beneficiaría de ello y ni siquiera sería viable: se convertiría en un Gobierno de locos, en que los esquemas de progreso y de inmovilismo chocarían constantemente».

En aquella entrevista deslizó una propuesta que poco tenía que ver ni con la estabilidad ni con las urnas, tan deseadas por él ahora: «Con el encargo del Rey, Felipe González lograría cerca de 200 votos parlamentarios».

FIDELIDAD

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Guerra en ‘La Clave’. Foto: RTVE.

Alfonso Guerra mostró en ‘Salvados’ su fidelidad al PSOE y explicó que les votará «hasta que me muera». En marzo del año pasado no parecía que los socialistas fuesen su opción preferida de voto. Hace menos de un año recordaba que las encuestas decían «con toda claridad que Ciudadanos» era «el partido que actuó con total coherencia en Catalunya y va a ser premiado en toda España».

«En los sondeos, todos los partidos tienen unas curvas que indican que van subiendo y van bajando… pero cuando encuentras un partido con una línea sólo ascendente, significa a todas luces que ese partido va muy bien», señaló.

JUSTICIA

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Guerra en pleno estallido del ‘caso Juan Guerra’. Foto: RTVE.

Guerra rebatió unas palabras de Felipe González porque su compañero de partido pidió la libertad provisional para los líderes del procés: «La prisión provisional existe. En España hay más presos en provisional que con condenas y nadie levanta la voz por esos miles, sólo cuando se trata de políticos nacionalistas, ¿por qué? ¿qué pasa aquí? ¿que el político tiene cobertura especial?».

El exvicepresidente afirma que cree en la justicia española, pero en marzo de 1982 explicaba que «existe el temor de que los juicios del 23-F van a ser una farsa, y yo lo comparto». El fiscal jurídico militar de la I Región inició acciones judiciales contra él por estas palabras.

OTROS CASOS

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Guerra en ‘Salvados’. Foto: La Sexta.

Guerra, «bolchevique de salón» según Jorge Semprún, tiene una hemeroteca llena de contradicciones e incoherencias. En 1981 afirmó que si llegase al «enfrentamiento» con Felipe González tenía un destino claro: «Entonces yo me iba a casa». En 1991 dimitió por el ‘caso Juan Guerra’ y no se fue a casa: decidió quedarse en el Congreso durante 24 años más.

En 1987 también realizó unas declaraciones curiosas. Con la derecha noqueada, ciertas voces planteaban que Joaquín Leguina podía relevar a Felipe González en pleno divorcio entre PSOE y UGT que acabaría con la histórica huelga del 14-D de 1988.

Por aquel entonces señalaba que los disidentes internos eran es que «buitres que acuden cuando hay carroña». Nadie acusa de buitre carroñero a Alfonso Guerra. Ni siquiera lo ha hecho Pedro Sánchez, que ha encarado el examen del 28 de abril teniendo que lidiar con la ‘vieja guardia’ de su partido.