Javier Lambán tiene una tarea hercúlea por delante: conseguir que Podemos le apoye sin exigir consejerías. No es que el PSOE haya vetado a los morados: es que el PAR, que escogió pacto con el centro-izquierda en vez del acuerdo con el centro-derecha, no quiere competir Ejecutivo con ellos.
El presidente en funciones quiere revalidar su mandato con los 24 diputados del PSOE y tiene cerrado otros seis apoyos: los tres del PAR y los tres de la Chunta Aragonesista. Estas tres formaciones suman 30 diputados, pero PP, Ciudadanos y Vox alcanzan 31.
Por lo tanto, los cinco diputados de Podemos e incluso el único representante de Izquierda Unida serán decisivos. Hasta el miércoles tiene tiempo Lambán de cerrar acuerdos con ambas formaciones: el martes 30 pronunciará su discurso para ser elegido, al día siguiente se producirá la primera votación tras el debate y el jueves 1 se podría repetir la votación.
En la segunda votación Lambán necesitará más ‘síes’ que ‘nos’, pero si solo cierra el acuerdo con IU empataría a 31 y podría verse abocado a una repetición electoral. Aunque Nacho Escartín, líder de Podemos en Aragón, ha insinuado que todavía hay tiempo para el pacto.
EL PAR TIENE LA LLAVE DE LAMBÁN
Los aragoneses se fueron a dormir la noche del 26-M con un pensamiento generalizado de cambio político: Zaragoza en Común había perdido el Ayuntamiento de la capital y el PSOE tenía pie y medio fuera del Gobierno de Aragón.
Pero el PAR dio la sorpresa y Arturo Aliaga, avalado por su ejecutiva, prefirió cerrar un acuerdo con Javier Lambán que negociar con el centro-derecha. El líder regionalista pretendía que se articulase un tripartito que incluyese a Ciudadanos, pero desde Madrid los naranjas bloquearon el acuerdo.
Aliaga mantuvo su apoyo a Lambán por cinco motivos: la buena sintonía entre el PAR y el PSOE, que gobernaron Aragón entre 1999 y 2011; el apoyo al Trasvase del Ebro del centro-derecha; la debilidad del líder del PP, Luis María Beamonte; el antiautonomismo de Vox; y la fuerza de los socialistas en Madrid.
Aunque el sexto motivo, el que aducen entre las filas del PP y Ciudadanos, es que algunos de los líderes pretéritos del PSOE y el PAR están enfangados en el Caso Plaza, cuyo primer episodio judicial se cerró hace unas semanas sin cornada política. Pero tanto los socialistas y regionalistas tendrían unido su destino ante este escándalo que ha ido perdiendo cuerpo.
PODEMOS NO LO TIENE FÁCIL
Nacho Escartín, líder de Podemos en Aragón y enfrentado con Madrid por su escasa sintonía con su antecesor, Pablo Echenique, explicó tras las elecciones que sabía que «los resultados en Aragón iban a ser muy ajustados y así ha sido. Por un puñado de votos no hay mayoría ‘progresista’ en Aragón ni en el Ayuntamiento de Zaragoza. 100.000 aragoneses que votaron el 28 de abril se han quedado en casa el 26 de mayo».
El diputado invitó a la reflexión: «Y hay que saber por qué, qué ha pasado para que no hayamos ganado a las derechas en Aragón. Hay muchas variables que analizar: desde la metáfora del ‘Rey desnudo’, a las luchas internas, el ninguneo y desprecio de Madrid con los territorios, las ocurrencias como lo de Amancio Ortega, el fuego amigo constante, las dos candidaturas en Zaragoza y, por supuesto, todas las decisiones que en Aragón hemos errado y debemos corregir y enmendar».
Escartín puso en dudas las tesis de Iglesias: «Sabemos que nos va mejor cuando cooperamos y comunicamos en positivo, pero no siempre la suma multiplica ni tampoco la diferencia amplía el espacio».
«Ni una ni otra afirmación son ciencia, depende mucho de los momentos y lugares, como podemos constatar en los diversos ayuntamientos y Comunidades Autónomas donde Podemos con IU y sin IU, con Equo y sin Equo, solos o todos juntos, en todos los casos, perdemos apoyos. Con la excepción del Ayuntamiento de Cádiz y de Más Madrid. Pensemos por qué, siendo candidaturas tan distintas», explicó.
Y lanzó más pullazos a Iglesias: «Mi responsabilidad queda a la decisión de la Asamblea Ciudadana, para definir dónde puedo ser más útil. Tengo claro que estoy de paso en la política profesional, para un rato, y mientras esté me voy a dejar la piel en el trabajo político. Ni voy a abandonar el barco cuando más agua pierde ni me voy a aferrar al timón pa cutio. Estoy y estaré donde entendamos que soy más útil y me siento más a gusto. Hoy y de momento, analizando y haciendo autocrítica».