El sueño roto de Margarita Robles: ni ministerios ni presidencia del Supremo

  • Los partidos no apoyarían a Robles como presidenta del Supremo, ya que supondría una injerencia del poder político en el judicial.
  • Los jueces no ven con buenos ojos que presida el Tribunal Supremo alguien con un pasado político tan marcado.
  • Desde Ferraz apuntan a que la ministra de Defensa no renovará el puesto en el Consejo de Ministros.
  • Las conversaciones entre los socialistas de la calle Ferraz alejan la posibilidad de que la ministra de Defensa, Margarita Robles, renueve en el Ejecutivo del líder socialista, Pedro Sánchez (siempre que consiga los apoyos necesarios para ser investido). La cartera de Defensa se quedará sin dueño hasta que se resuelva la investidura, según apuntan fuentes del PSOE. Y Robles ya está buscando alternativas. De ellas, la que más seduce a la magistrada sería presidir el Tribunal Supremo, pendiente de ser renovado. Pero fuentes del Partido Socialista y de otras formaciones con representación en el Congreso consultadas por MONCLOA.COM apuntan a que no apoyarían un candidato a presidir el Supremo con un pasado tan marcado a nivel político.

    Se trata de preservar la independencia judicial. O al menos su imagen. Y el PSOE no se arriesgará a influir para que los vocales propongan a una candidata que ha sido portavoz de un partido político (además de haber sido diputada y ministra de un Gobierno socialista). Especialmente porque ello podría hacer peligrar un acuerdo entre los diferentes partidos políticos con representación en el Congreso y en el Senado para designar a los veinte vocales del Consejo General del Poder Judicial.

    La obsesión de todos los representantes de la Justicia española por demostrar su independencia del poder político no es ningún secreto. Sin embargo, los partidos pueden influir en determinadas decisiones sobre los nombramientos en la cúpula judicial. Si el PSOE logra articular una mayoría de tres quintos en el Congreso pactando con el Partido Popular, podrán abordar la designación de vocales, dada su mayoría en ambas Cámaras.

    Pero en cualquier caso, desde el Gobierno no quieren arriesgarse a que se acuse al PSOE de haberse injerido en el Poder Judicial. Y el nombramiento de Robles como presidenta del Supremo le valdría muchas críticas por parte de otras formaciones y de la opinión pública. Además, no contaría con el apoyo del PP. O así lo confirman las fuentes de Génova consultadas por este medio.

    Además, el hipotético nombramiento de Robles como presidenta del Tribunal Supremo coquetearía con el fraude de ley. Especialmente porque la ministra ya no es magistrada del Supremo (se pidió una excedencia para entrar en el Ejecutivo de Sánchez). Y para acceder al cargo, solo podría hacerlo en calidad de jurista con más de 25 años de experiencia.

    Lo que sí está claro, según apuntan los rumores de Ferraz, es que el futuro inmediato de Robles no pasa por sentarse de nuevo en el Consejo de Ministros. Y menos después de que Sánchez haya llegado a un preacuerdo con el líder de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, que contempla un Gobierno de coalición.

    Los mandatos del CGPJ duran cinco años. El tiempo que se tarda en renovar a los vocales. La cúpula del poder judicial lleva en funciones desde el 4 de diciembre de 2018. El actual presidente del Supremo, Carlos Lesmes, ya se ha dirigido hasta en dos ocasiones a los presidentes del Congreso y el Senado para recordarles que la renovación del órgano de gobierno de los jueces es «legalmente obligada». Pero el bloqueo político también ha afectado al Poder Judicial, que aún sigue en funciones.

    La otra duda que planea tanto por la sede de Podemos como por la del PSOE es si Defensa caerá en manos de Iglesias o de Sánchez. Fuentes cercanas a los socialistas aseguran que Sánchez no se desprenderá de un ministerio de Estado como es el de Defensa. Por lo que los rumores que colocan al exJefe del Estado Mayor de la Defensa (JEMAD), Julio Rodríguez, hoy en la formación de Iglesias, al frente de esta cartera estarían equivocados. Además, no es uno de los sillones que está entre las prioridades de Pablo Iglesias, más centrado en otras carteras como la de Trabajo o Transición Ecológica.

    MÁS POLÍTICA QUE JUEZA

    La ministra Margarita Robles ha tenido una carrera de largo recorrido en el PSOE. En 1993 fue nombrada subsecretaria del Ministerio de Justicia en el Gobierno de Felipe González. Ahí permaneció hasta mayo de 1994. En ese momento dio el salto al Ministerio de Interior como secretaria de Estado, donde permaneció hasta 1996. Tras esto regresó al ámbito de la Justicia como magistrada de la Audiencia Nacional.

    En septiembre de 2008 fue nombrada vocal del Consejo General del Poder Judicial, elegida como consecuencia de un acuerdo entre los partidos políticos. Ahí permaneció hasta 2016, cuando volvió a dar el salto a la política de la mano del líder socialista Pedro Sánchez. Se presentó a las elecciones de ese mismo año como sería la número dos de la lista del PSOE por Madrid. Y logró su escaño como diputada del Congreso.

    Su lealtad hacia Sánchez durante los tiempos en los que el líder socialista fue cuestionado por los suyos le valió, tiempo después, un ministerio. Tras la moción de censura que acabó con el mandato de Mariano Rajoy como presidente del Gobierno, Sánchez tomó las riendas del Ejecutivo y nombró a Robles como ministra de Defensa, cargo que actualmente ostenta a la espera de que el líder socialista pueda renovar el cargo y formar un nuevo equipo de Gobierno.