Desde poco después de la desaparición de Diana Quer, el 22 de agosto de 2016 en Galicia, los padres y la hermana de la joven violada y asesinada han aireado su mala relación. Unas desavenencias que este martes quedaron a un lado tras la condena a prisión permanente revisable a José Enrique Abuín, alias ‘El Chicle’, que consiguió que esta maltrecha familia estuviera de acuerdo en algo, su alivio por la pena impuesta al acusado, la más elevada del Código Penal.
Juan Carlos Quer, padre de la víctima, aseguró en su perfil de la red social Twitter que “hoy Diana sonríe desde el cielo” y aplaudió la prisión permanente revisable, “una ley que salvará vidas porque este sujeto jamás atentará contra la vida de otra niña inocente”. Algo que consideró el legado de su primogénita, a quien ‘El Chicle’ agredió sexualmente y después asesinó ocultado su cuerpo en un pozo durante 497 días.
LA CRUZADA DE JUAN CARLOS QUER
Quer se ha mostrado durante toda su vida pública como un firme defensor de la prisión permanente revisable que introdujo el Partido Popular en la reforma del Código Penal de 2015 sin apoyo del resto de formaciones políticas. El padre de Diana fue uno de los precursores de la petición de Change.org “Unidos por la prisión permanente revisable” promovida en enero de 2018 Rocío Viéitez, la exmujer del primer condenado a esta pena en España por el parricidio a sus dos hijas en julio de 2015, David Oubel.
La iniciativa, que aglutina a las familias de Marta del Castillo, de Ruth y José Bretón y de Mari Luz Cortés, ha recibido ya más de 2,9 millones de firmas para que el Congreso de los Diputados no retirara esa pena después de que en 2016 todos los partidos del Hemiciclo, a excepción del PP y UPN, votaran a favor de una iniciativa del PNV para derogarla.
Finalmente, el Gobierno de Pedro Sánchez renunció hace más de un año a terminar con la cadena perpetua a la espera de que el Tribunal Constitucional se pronuncie sobre esa pena máxima aplicable en España desde 2015. Con el ‘El Chicle’ ya son trece condenados a esta pena en España en cuatro años de vigencia, aunque una de esas condenas fue anulada posteriormente por el Tribunal Supremo.
HERMANA Y MADRE
La hermana de Diana Quer, Valeria, compartió en su perfil de Instagram una fotografía de la noticia de la condena a ‘El Chicle’ con una frase en la que mostraba su satisfacción porque se había hecho Justicia. Una publicación que, sin embargo, eliminó horas después de su cuenta.
Por su parte, Diana López-Pinel, madre de la malograda joven, compartió dos publicaciones en esa misma red social. En una de ellas, hablando directamente a su hija, señaló “sé que hoy te sientes aliviada porque ese hombre ya no está en la calle para hacer daño a esas mujeres”. Asimismo, mostró su convencimiento de que a su hija “no le gustaba vengarse de nadie” y le dio las gracias por “ser una auténtica entusiasta de la vida”.
López-Pinel, enfrentada a su exmarido y a su hija Valeria, de la que ha pedido públicamente su ingreso forzoso en un psiquiátrico, definió el día de ayer como “el último día del primer capítulo”. En su siguiente publicación, la madre matizaba sus palabras y calificaba la sentencia como una “victoria agridulce”.
LA SENTENCIA
Más de tres años después de que se produjera el terrible crimen, la sección sexta de la Audiencia Provincial de La Coruña condenó este martes a ‘El Chicle’ a prisión permanente revisable y a diez años de libertad vigilada desde que concluya esa medida.
Además, el fallo también prohíbe al condenado acercarse tanto a los padres como a la hermana de Diana a menos de mil metros de distancia y a comunicarse con ellos por cualquier medio de comunicación durante el tiempo que dure la pena y, en todo caso, hasta que pasen diez años de su término.
Asimismo, en concepto de indemnización Juan Carlos Quer y Diana López-Pinel recibirán 130.000 euros y Valeria 40.000 euros. Esta sentencia llega después de que el pasado 30 de noviembre el Tribunal del Jurado declarara por unanimidad culpable a Abuín de haber agredido sexualmente a Diana Quer y de matarla intencionadamente después de cometer la agresión, con la intención de ocultar su primer delito.
El fallo también lo condena como autor responsable de un delito de detención ilegal y de un delito de agresión sexual, en concurso medial, con la concurrencia de la circunstancia atenuante analógica de confesión, a la pena de cuatro años de prisión y a cinco años libertad vigilada.