La desconfianza y el miedo se han apoderado de la sede de los socialistas en la calle Ferraz. Todo parecía hecho, pero los últimos acontecimientos venidos de los tribunales europeos han complicado la investidura de Pedro Sánchez. Las encuestas que manejan los socialistas, las publicadas por algunos medios de comunicación y la opinión de algunos sociólogos expertos consultados por MONCLOA.COM apuntan al mismo resultado; El PSOE perdería un puñado de diputados, al igual que Unidas Podemos, mientras que el PP y Vox conseguirían mejorar sus resultados y acariciarían la posibilidad de gobernar. Ciudadanos, todavía sin liderazgo, seguiría en caída libre y bajaría de los 10 parlamentarios.
Los socialistas están en una situación delicada. Necesitan a los nacionalistas para poder gobernar, pero el problema es que estas formaciones mejorarían sus resultados con una repetición electoral, por lo que solo Sánchez y Pablo Iglesias tienen las de perder. ERC, el principal presunto socio del los socialistas, ha endurecido su posición. Ahora, su apoyo no solo depende de tratar determinados temas en una mesa de negociación, como el referéndum por la independencia o la amnistía a los presos políticos. Los independentistas se sienten respaldados por la UE y quieren que Sánchez se posicione y se plantee la liberación del líder de la formación nacionalista, Oriol Junqueras.
Los datos de algunas encuestas publicadas, como la de El Español, prevén que el PSOE perdería cinco parlamentarios (pasaría de 120 diputados a 115) y Unidas Podemos uno. Aunque es cierto que no son resultados muy abultados, sí que complicaría aún más la investidura. El PP, sin embargo, ganaría tres parlamentarios y Vox siete. Las formaciones independentistas y nacionalistas, como ERC o PNV, también mejorarían levemente sus resultados.
Estos datos tienen muchas lecturas. Pero algunos sociólogos consultados por este medio consideran que lo único que reflejan las encuestas es que España sigue sumida en el bloqueo político, ya que Ciudadanos, PP y Vox tienen menos probabilidades de llegar a acuerdos con las formaciones nacionalistas. Y la fuerte presencia parlamentaria de partidos como ERC o EH Bildu hacen difícil que un partido (o dos) pueda gobernar sin su apoyo. En resumen, que por mucho que PP y Vox mejoren sus resultados, no aumentan sus posibilidades de gobernar.
El panorama es poco alentador y Sánchez lo sabe. Esta situación ha hechos saltar las alarmas en el PSOE, que se ve en una encrucijada: o cede ante los independentistas de una forma considerable o aboca al país a una nueva repetición electoral de la que las formaciones de izquierdas saldrían algo mal paradas. Las posiciones dentro del partido son diversas. Algunos apuestan por llegar a un acuerdo que incluya los Presupuestos Generales del Estado, otros por no ceder ante los independentistas (especialmente los de la vieja guardia socialista) y otros, más minoritarios, por romper con Iglesias y buscar el apoyo del PP.
Todo este hipotético panorama, fruto de una repetición electoral, tampoco es muy positivo para otras formaciones progresistas como Más País, el partido de Íñigo Errejón. Según la encuesta de El Español, perdería dos parlamentarios (pasaría de los tres a uno solo). Por tanto, la lectura que hacen desde Ferraz es que, tanto los nacionalistas como las derechas saldrían beneficiados de una repetición electoral en detrimento de los progresistas.
La única esperanza de los socialistas, y en la que basarán su estrategia, es agitar el fantasma de la derecha. Desde Ferraz quieren hacer entender a ERC que no podrá obtener concesiones con Casado sentado en La Moncloa. Pero lo que cuentan los sociólogos a este medio es que algunos políticos independentistas prefieren un escenario más complejo, dominado por la derecha, que enquiste más el problema político y agudice el conflicto.
VOX, AL ALZA
La formación de Santiago Abascal es la única que está capitalizando la situación política que atraviesa el país. Los sociólogos aseguran que los votantes de Vox no son de extrema derecha, sino que el partido ha logrado atraerles apelando a temas viscerales, sentimentales. El partido de ultraderecha ha conseguido canalizar la impotencia que sienten muchos españoles ante el desafío independentista, además de focalizar los problemas en el inmigrante ilegal, o en los menores extranjeros no acompañados.
La sentencia del Tribunal de Justicia de la UE, que considera que Junqueras ya disfrutaba de su inmunidad desde el mismo momento en que fue votado como europarlamentario, ha sido leída como una victoria por los sectores independentistas. Muchos se han envalentonado y han elevado sus exigencias a Sánchez. Pero del mismo modo que los nacionalistas se han sentido respaldados por Europa, hay otros sectores que se han sentido completamente atacados.
Abascal sigue capitalizando ese sentimiento de odio hacia los independentistas de manera eficaz. Y ahora ha añadido un nuevo culpable de los problemas de España: la UE. No ha sido extraño navegar por las redes sociales y ver el hashtag #Spaxit o #Spexit. Para Abascal, no solo se trata de un ataque a la soberanía de España, sino que ha llamado a los españoles a no acatar la sentencia del tribunal de la UE.
Todo esto ha llevado al presidente de Vox a seguir sacando beneficio de la coyuntura política, razón por la que las encuestas auguran que rozaría ya los 60 diputados si se repitieran las elecciones.