Sayas reniega de Navarra Suma para ganar las primarias de UPN

El expresidente foral Miguel Sanz intentó evitar el choque que se producirá el próximo 29 de marzo en pugna por el control de Unión del Pueblo Navarro (UPN). Así se desprende de un texto firmado por el propio interesado en el que se evidencian dos asuntos: no se decantará por ninguno de los dos candidatos, Javier Esparza y Sergio Sayas, y cree que no es hora de provocar heridas internas.

Y no es hora porque UPN encara ocho años en la oposición en Navarra, no cuenta con ningún tipo de influencia en Madrid tras alinearse con el trío de Colón en vez de subastar sus dos escaños en el Congreso y tan solo ha insuflado fuerzas internas porque lograron una recuperación municipal a través de la marca Navarra Suma.

De eso y de la complicidad de los socialistas navarros, que mañana mismo podrían desalojar a los alcaldes regionalistas de Pamplona, Estella, Barañáin o Burlada si no tuviesen reticencias de pactar con EH Bildu, con el que curiosamente han pactado de forma más o menos explícita los presupuestos autonómicos, el control de la Mancomunidad de Pamplona y el de la la Federación Navarra de Municipios y Concejos.

Es evidente que corren nuevos tiempos entre PSN y Euskal Herria Bildu, que sintonizan en Navarra y Madrid y quizás consigan que el centro-izquierda ostente todo el control en la Comunidad Foral a partir de 2023. Ante ese previsible pacto, que por ahora no se frena ni con la hasta ahora rentable sobreactuación mediática, quieren mover ficha algunos regionalistas.

MOVIENDO FICHA EN UPN

UPN acaba de cumplir cuarenta años de vida y algunas voces internas creen que Esparza, líder de la oposición y favorito a revalidar su cargo de presidente del partido, se equivocó a la hora de enterrar las siglas regionalistas para dar paso a Navarra Suma, fórmula que asegura representatividad e influencia a fuerzas marginales en el norte como el PP o Cs.

Esta aventura, Navarra Suma, convierte en imposible el único pacto que les puede dar poder a nivel municipal, autonómico y estatal a UPN: el tradicional pacto con los socialistas que funcionó de forma heterogénea en la Comunidad entre 1996 y 2014.

Miguel Sanz aseguró en noviembre que veía la marca de UPN «un poco confundida» dentro de Navarra Suma. El expresidente corellano, quince años en el trono, cree que se puede llegar pactos electorales con PP y Cs sin tener que entregar las siglas.

Y este es el argumento estrella que utilizará Sayas de cara al XII Congreso del partido. El diputado estatal, molesto porque digan que su proyecto es personalista y apenas se diferencia del de Esparza, asegura que no pueden permitirse «que una marca como UPN se desdibuje, vayamos en coalición con otros partidos o en solitario».

Esparza no le ha replicado y ha mantenido la guerra fría que mantienen ambos contendientes, que se niegan a dirimir sus diferencias en los medios (el trauma del CDN) y apuestan por hablar sin prensa ante sus militantes en reuniones organizadas por diversos comités locales.

¿FALTA DE RUMBO?

Esparza cuenta a priori con toda la ventaja de cara al Congreso tras lograr el apoyo de los principales alcaldes de UPN (Pamplona, Tudela o Tafalla). Sayas que todavía no ha anunciado el nombre de su candidato a la vicepresidencia, apenas tiene apoyos significativos, tan solo dos diputadas forales, dos concejales de Pamplona, tres exconsejeros y media docena de alcaldes.

UPN
Esparza pretende cambiar los estatutos. Foto: UPN.

Algunas voces internas denuncian la falta de rumbo de un partido que en Madrid se dedica a cultivar los aplausos y mimos de Vox en vez de buscar las inversiones estilo PNV mediante pactos con los socialistas.

La falta de sensibilidad de UPN con el euskera, su mimetización con el PP en asuntos como la devolución de la competencia de Tráfico y su pacto con una fuerza antifuerista como Ciudadanos evidencian que el proyecto que nació hace cuatro décadas contra el autogobierno está haciendo aguas.

MUNICIÓN DE AMBOS CONTENDIENTES

El Ayuntamiento de Aoiz tuvo la ikurriña bajo la alcaldía de Javier Esparza, que ha pactado nueva ley de símbolos con el PSN para frenar una oficialidad de facto que había sido frenada la legislatura anterior por la Justicia. Este hecho contrasta con su discurso actual sobre la bandera oficial de Euskadi.

Este argumento puede ser utilizado por Sayas, que se ha acercado peligrosamente a Vox. El diputado estatal afirmó hace unos meses que estaría dispuesto a pactar con este partido antiautonomista y hace unos días compartió manifestación de defensa de la Guardia Civil con Ortega Smith.

Sayas, felicitado por el partido de Abascal tras su discurso en las jornadas de investidura de Pedro Sánchez en enero de este año, está siendo apoyado por algunos elementos reaccionarios como el alcalde de Fustiñana, que se negó a colocar un cartel feminista (quizás porque no sabe que feminismo significa igualdad); la de Cadreita, acusada por el PSN de «vulnerar los derechos constitucionales»; o el de Fitero, que cuenta con un controvertido pasado en las redes sociales.