Cerca de cumplirse los primeros tres meses desde la formación de Gobierno, este no ha estado exento de polémicas. El simple hecho de formar un ejecutivo de coalición es algo novedoso en nuestro país, que en 42 años de democracia no había visto nada igual. Tres meses dan para mucho, sobretodo si los socios de gobierno no son los que hubieses deseado.
Han sido muchas las polémicas, ya sea por el ansia de poder de algunos políticos, las diferencias entre formaciones o nombramientos inesperados. Lo cierto es que pese a las numerosas diferencias y desplantes públicos entre representantes de ambos bandos, añadiendo la crispación por la reciente crisis sanitaria del coronavirus, el Gobierno sigue en pie.
2PABLO IGLESIAS Y SU ANSIA DE PODER
Las polémicas no podían parar, y el pasado mes de febrero se anunciaba que Pablo Iglesias, vicepresidente segundo y ministro de Derechos Sociales y Agenda 2030, entraría a formar parte de la comisión que controla el CNI, teniendo así acceso a los secretos de Estado. Su inclusión ha extrañado en los círculos de Inteligencia, puesto que su ministerio no es uno de los que están involucrados en los asuntos sobre seguridad y estabilidad del Estado
Iglesias nunca ha ocultado su interés por los servicios de inteligencia y en febrero de 2016, cuando hizo su primera oferta de coalición a Pedro Sánchez, ya exigió una vicepresidencia del Gobierno de la que dependiera el CNI. Finalmente, en medio de la crisis sanitaria por la que estamos pasando, Iglesias parece haber logrado su propósito.
El real decreto ley de medidas económicas urgentes para paliar los efectos del coronavirus aprobado por el Gobierno incluía una disposición adicional que modifica la ley reguladora del CNI. Causando nuevamente polémica, puesto que esto permite que Iglesias y el director del Gabinete del presidente, Iván Redondo, se puedan sentar en la comisión delegada para Asuntos de Inteligencia.
