El Arzobispado de Zaragoza ha recordado que las autoridades del Estado no han suprimido en ningún caso las despedidas religiosas a los difuntos, «tan solo las han limitado» a causa de la crisis sanitaria del coronavirus.
De esta forma, según la normativa aprobada durante el estado de alarma, en la comitiva para el enterramiento o despedida para cremación de la persona fallecida se restringe a un máximo de tres familiares o allegados, además, en su caso, del sacerdote o diácono o persona asimilada de la confesión religiosa respectiva para la práctica de los ritos funerarios de despedida del difunto, ha informado la Delegación de Medios de Comunicación del Arzobispado de Zaragoza en una nota de prensa.
En ella también precisa que, según lo fijado por el Estado, «en todo caso, se deberá respetar siempre la distancia de uno a dos metros entre ellos».
Por eso, desde la archidiócesis han remarcado que «nada impide» la presencia de un sacerdote o diácono en el momento del entierro o la cremación «del cuerpo sin vida del ser querido» que «rece un responso encomendando su alma a la misericordia de Dios».
Asimismo, han indicado que la capellanía católica de los tanatarios de Servisa y Torrero y del Cementerio de Zaragoza sigue a disposición de las familias de los finados. Para contactar con los capellanes existen tres cauces: llamando directamente al número de teléfono 608 190 128, escribiendo un correo a ‘exequias@arzobispadodezaragoza.org’ o a través de la funeraria.
«Desde nuestra condición de creyentes oramos por el eterno descanso de todos los fallecidos, el restablecimiento de los enfermos y el bien de las familias, reiterando nuestro compromiso de servicio», han manifestado desde la Archidiócesis de Zaragoza.