La Audiencia de Barcelona ha condenado este miércoles a la agente y acusada Rosa Peral a 25 años de prisión y a su compañero y también acusado Albert López a 20 en el caso conocido como crimen de la Guardia Urbana, y la sentencia recoge que actuaron de forma premeditada, planificando el asesinato desde semanas antes.
El magistrado Enrique Rovira ha dictado para Peral la pena máxima por asesinato con alevosía, al añadirle el agravante de parentesco por ser pareja de la víctima, el también agente del cuerpo Pedro R., además de las indemnizaciones a la familia del fallecido que ambos condenados deberán pagar.
El juicio con jurado se ha cerrado casi tres años después del crimen sin esclarecer cómo mataron a Pedro R. y quién de los dos fue el autor material del asesinato, por lo que la sentencia recoge que lo hicieron «conjuntamente, o al menos uno de ellos con la anuencia y colaboración activa del otro», y apunta un golpe contundente como causa más probable de la muerte, además de un posible estrangulamiento.
El asesinato se cometió la noche del 1 de mayo de 2017 en la casa que Pedro R. compartía con Peral y sus hijas, en Vilanova i la Geltrú (Barcelona), y los dos condenados trasladaron el cadáver la noche siguiente para quemarlo, en el maletero de la víctima, en una pista forestal junto al pantano de Foix, con lo que el cuerpo quedó calcinado e imposibilitó determinar la causa de la muerte en la autopsia.
El fallo recoge el veredicto del jurado popular, que se resuelve en la misma línea de la tesis de coautoría que la Fiscalía y la acusación particular han sostenido durante las 26 sesiones del juicio, mientras que Peral y López han mantenido acusaciones cruzadas y sólo admitían que se habían visto forzados a encubrir al otro.
FUE UNA «DIABÓLICA PRUEBA DE AMOR»
El jurado consideró que el móvil de los condenados para cometer el asesinato era librarse de Pedro R. para seguir con la relación que mantenían a escondidas de él, lo que el fiscal del caso, Félix Martín, calificó durante el juicio como «una diabólica y perversa prueba de amor».
Durante su declaración en una de las últimas sesiones del juicio, la tarde del viernes 13 de marzo, López manifestó por primera vez –tras decir lo contrario en cuatro interrogatorios antes– que quería «reactivar» la relación con Peral: el fiscal le advirtió de que asumía la tesis de la acusación, a lo que él contestó que había dicho lo contrario para darle una oportunidad a la acusada de decir la verdad, y aseguró que no esperaba que le siguiera culpando también ante el tribunal.
Por su parte, Peral mantuvo ante la sala que López se comportaba «como un psicópata» con ella, aseguró que él la obligó a usar el móvil de la víctima para fingir que seguía vivo y que la tenía siempre controlada, y en todo momento sostuvo que deseaba continuar su relación con Pedro R.