La Dirección General de Tráfico (DGT) apuesta de cara a esta legislatura por una mayor concienciación de la población con la seguridad vial, pero también por aumentar la vigilancia para evitar el uso del teléfono móvil al volante y el control en las carreteras convencionales.
Así lo ha indicado este martes el director general de Tráfico, Pere Navarro, en la Comisión de Seguridad Vial del Congreso, en la que ha informado de las líneas generales de actuación en el ámbito de sus competencias.
«Los datos nos indican el camino: un 75% de los fallecidos por accidentes son en carretera convencional», ha recordado Navarro, que destaca que, por tanto, la DGT centrará sus esfuerzos en este tipo de vías, lo que se traduce en «vigilancia y control». Según Navarro, esto quiere decir colocar, por ejemplo, más radares, bandas sonoras y arcenes, o mejorar el diseño de las vías, entre otros.
En otro orden de cosas, Navarro ha afirmado que, aunque «en seguridad vial la velocidad es lo que mata» y es el «elemento común» en muchos accidentes de tráfico, ésta es la segunda causa de mortalidad. La primera causa son las distracciones. «Esto tiene un nombre, teléfono móvil y WhatsApp», añade el director general de Tráfico.
Para reducir la siniestralidad por culpa del móvil al volante, Navarro ha dicho que la DGT se encargará de «informar, concienciar, vigilar y controlar» su uso. Para ello, el organismo dependiente de Interior continuará realizando campañas para la población y controlando su utilización con más de 200 cámaras de alta definición.
Además, continúa adelante la propuesta de reforma de la Ley de Tráfico, en la que la DGT prevé aumentar a 6 la pérdida de puntos por utilizar el móvil, en lugar de los 3 que se retiran actualmente.
EL ALCOHOL EN LA CONDUCCIÓN: «LO HEMOS HECHO TODO»
Además de las distracciones y la velocidad, otra causa principal de los accidentes de tráfico es el alcohol, presente en el 21% de los siniestros viales.
Seguimos teniendo un problema con el alcohol y la conducción en este país», ha admitido Navarro, que asegura que desde el Gobierno se ha intentando desde promover la alternancia de conductores, a campañas como la de ‘Si bebes no conduzcas’ o la realización de controles de alcoholemia. «Lo hemos hecho todo; y seguimos teniendo un problema», ha advertido Navarro, que ha destacado que en 2018, hubo hasta 56.000 condenas penales por conducir con una tasa alta de alcoholemia.
Asimismo, se ha detenido a hablar de los colectivos vulnerables, los cuales representan el 48% de los fallecidos. «Pero si uno mira la evolución histórica, verá que cada año van subiendo un peldaño los vulnerables, cada vez hay más muertes», dice el director, que calcula que a este paso, «en dos o tres años» habrás más muertos de colectivos vulnerables (peatones, motoristas, ciclistas) que de usuarios de cuatro ruedas. «¿Conclusión? Hay que proteger a los vulnerables», insta.
En concreto, se ha referido a los motoristas, quienes representan el 15% del parque automovilístico, pero el 23% de los fallecidos. «El último año, los fallecieron bajaron en todos los modos de desplazamiento, excepto en motos, que sigue subiendo de forma tozuda y perseverante», avisa. En este sentido, ha hablado de promover el airbag para los motoristas, que supondría «el gran salto» para la seguridad de estos.
BAJADA DE FALLECIDOS EN 2019
Pese a los problemas expuestos, Navarro ha destacado que en 2019 murieron en las vías interurbanas 1.098 fallecidos, un 7,6% menos (90 personas menos) que en 2018. «Esto es importante, además, el año pasado en carretera, hubo 37 días con 0 fallecidos en carretera en todo el año y 0 fallecidos en autocar», ha valorado.
Navarro atribuye este descenso a que hubo el año pasado 200 guardias civiles más, 78 radares más, y más de medio millón de controles de alcoholemia más. «Así de sencillo», ha resumido.
También se ha mostrado optimista con el tema de las infraestructuras. «Somos los mejores del mundo», considera Navarro, que recuerda que en España también «somos buenos» en seguridad vial, así como en automoción y en fabricación.
Si bien, el director general ha instado a «colocar en el centro a las víctimas», a las cuales «hay que dar voz, visibilidad». «Pocos problemas hay en España que dejen al año un reguero de 1.098 muertes violentas», ha zanjado.
