El primer ministro de Suecia defiende su estrategia frente a la COVID-19

El primer ministro de Suecia, Stefan Lofven, ha defendido las medidas adoptadas por su gobierno para hacer frente a la pandemia de coronavirus, a pesar de la elevada tasa de mortalidad y de que el principal epidemiólogo, Anders Tegnell, ha reconocido errores. «La estrategia fue la correcta», ha subrayado.

Lofven ha tenido que responder ante el Parlamento frente a las críticas de la oposición, en un debate en el que el líder de los Moderados, Ulf Kristersson, ha considerado «obvio» que hubo «fallos fundamentales» en la respuesta oficial a la crisis de la COVID-19.

La formación ultraderechista Demócratas Suecos ha solicitado el cese de Tegnell, mientras que la líder del Partido Cristiano Demócrata, Ebba Busch, ha acusado al Ejecutivo de permitir de forma «deliberada» la expansión del virus. «Estaremos sin liderazgo mientras el Gobierno siga en el poder», ha dicho Bush.

El primer ministro, sin embargo, no ve motivos para cambiar los protocolos actuales y se ha limitado a reconocer que «ha habido demasiados fallecidos en residencias de ancianos» y «se debía haber hecho la prueba a más personas».

FIN DE LA TREGUA

La tregua política por el coronavirus saltó por los aires la semana pasada, cuando Tegnell, el epidemiólogo que coordina la lucha contra la pandemia, reconoció en una entrevista que, si volviese atrás, optaría por una respuesta que «estaría a medio camino entre lo que hizo Suecia y lo que hizo el resto del mundo».

El país nórdico, con más de 4.500 fallecidos, tiene una de las tasas de mortalidad más altas del mundo, ampliamente por encima de las de sus vecinos. En contra de la estrategia seguida en el resto de Europa, Suecia no adoptó medidas de confinamiento y mantuvo abiertos establecimientos de hostelería o colegios, entre otras actividades.