Madrid crea un protocolo de ‘desescalada’ en residencias

La Consejería de Sanidad ha establecido un protocolo de coordinación para la atención de sus centros socio-sanitarios porque son colectivos particularmente vulnerables, especialmente las personas mayores dependientes, «por lo que la desescalada debe realizarse con cautela, por las posibles consecuencias negativas de la enfermedad y la recuperación progresiva de la normalidad».

El protocolo fija criterios comunes en la prevención, en la atención sanitaria de los pacientes y trabajadores infectados, así como en la identificación de contactos estrechos y seguimiento de enfermos y contactos. Dado que las residencias son un espacio de alto riesgo de aparición de brotes, recomiendan mantener, reforzar y sistematizar estrictas medidas de prevención, que irán adaptando según se modifique la situación.

Entre esas medidas está el mantenimiento del distanciamiento físico entre personas de aproximadamente 2 metros, siempre que sea posible; dispensadores de solución hidroalcohólica en las entradas, salidas, zonas comunes, en las áreas de mayor afluencia de residentes sospechosos y confirmados de Covid y en la entrada de las habitaciones de cada residente en casos de usuarios no autónomos.

A la entrada y salida del recinto, exigencia a trabajadores y visitantes de la de la higiene de manos con verificación visual de su correcto cumplimiento: lavado de manos con agua y jabón durante al menos 20 segundos o con solución hidroalcohólica; evitar tocarse la cara, nariz, ojos y boca, y cubrirse la nariz y boca al toser o estornudar con un pañuelo desechable o con la flexura del codo.

Asimismo, recomiendan el uso de mascarilla quirúrgica en todos los espacios del centro, tanto por parte del personal como de las visitas y darán mascarillas quirúrgicas a todos los pacientes con fiebre o sintomatología.

Las nuevas medidas serán la señalización con cartelería, iluminación al dispensar, bloqueo de puertas en caso de no utilizarse las habitaciones, la instalación de portapañuelos desechables en las salas de espera y espacios comunes y contenedores de residuos con tapa de apertura de pedal. También generar sistemas de educación sanitaria para implementación de medidas de higiene respiratoria para los usuarios, visitantes (persona de referencia) y el personal.

El protocolo pide regular el acceso a las actividades en zonas comunes, distribuyéndolas en turnos, de tal forma que, en cada turno, cada participante pueda mantener la distancia de seguridad (2 metros) respecto al resto de participantes. Las residencias tendrán que adecuar los comedores colectivos para cumplir con la distancia de seguridad, separando a los residentes autónomos en turnos y situándose a, como mínimo, 2 metros. Para ello es muy útil eliminar sillas de dichos comedores.

En centros con población con problemas de movilidad se recomienda implementar medidas de limpieza y desinfección estrictas de pasamanos y otras estructuras de uso colectivo. -Cada centro impedirá en todas sus áreas las aglomeraciones de gente, sean visitantes o residentes, haciendo cumplir en todo momento la distancia de seguridad y estableciendo, si fuese necesario, turnos de visitas coordinadas para garantizar este fin.

ORGANIZACIÓN ASISTENCIAL Y LABORAL

En lo referente a la organización asistencial, ante un residente con sintomatología sospechosa de Covid-19, se diferenciarán zonas y circuitos asistenciales para asegurar, el distanciamiento y su aislamiento precoz, así como diferentes escenarios dependiendo del nivel de sospecha con mayor grado de aislamiento (físico y uso de EPI) mientras el caso sea sospechoso.

Si existiera suficiente evidencia de inmunidad duradera (y disponibilidad de test serológicos), los profesionales de estos centros residenciales tendrán que valorar que los usuarios con sintomatología sospechosa sean atendidos prioritariamente por personal no susceptible.

Entre los trabajadores, el protocolo acuerda mantener las medidas de precaución basadas en la transmisión por gotas y contacto en la atención de todo caso sospechoso de coronavirus. Para ello se debe garantizar que todo el personal conoce, está entrenado y mantiene las medidas de prevención y control establecidas, además de lavarse las manos frecuentemente con agua y jabón durante al menos 20 segundos o con solución hidroalcohólica cada hora.

En función de la situación epidemiológica, se podrá valorar la posibilidad de realizar estudios serológicos periódicos en los trabajadores y/o con PCR. Tendrán que mantener medidas de prevención como el uso de mascarillas quirúrgicas por parte de todo el personal, en todas las zonas comunes de los centros, y especialmente en las zonas con pacientes confirmados. De forma general, no se recomienda el uso generalizado de mascarillas FFP2 o de mayor capacidad de filtración, salvo en situaciones que puedan producir aerosoles.

Los Servicios de Salud Laboral deben realizar un registro y seguimiento diario de los diagnósticos de Covid en los profesionales sanitarios y no sanitarios que desarrollan su actividad profesional en los centros socio-sanitarios. Se establecerá personal de referencia en cada centro para garantizar el uso correcto de EPIs, en función de las necesidades de atención de usuarios y para realizar inventario de estos.

También se realizará un control (con periodicidad diaria o semanal) por los responsables de los centros que supervise las necesidades de EPIs, el stock disponible, y garantice el correcto aprovisionamiento de los centros de EPIs y todo el material que pueda ser necesario para la atención de casos sospechosos.

Las residencias han de asegurar la posibilidad de cumplimiento de medidas provisionales de reutilización de EPIs en caso de desabastecimiento por parte de los responsables de abastecimiento. El uso del uniforme de trabajo será obligatorio, además de su lavado diario.

NUEVOS INGRESOS EN RESIDENCIAS

Los centros deberán remitir a la Dirección General de Atención al Mayor y a la Dependencia solicitud para realizar nuevos ingresos, justificando que cumplen las condiciones establecidas, para su aprobación por la Dirección General de Coordinación Socio-sanitaria.

Los geriátricos deberá garantizar que tiene controlada la situación de alarma sanitaria; que no ha tenido nuevos casos positivos de Covid en los últimos 7 días o, si los ha tenido, se encuentran en áreas de aislamiento claramente diferenciadas; que el centro tiene capacidad de aislamiento para aquellos residentes que lo precisen; que el nivel de ocupación del centro no supera el 95 por ciento del número de plazas autorizadas, pudiendo indicarse excepciones según las condiciones que apliquen a cada centro.

Los nuevos ingresos que se realicen tendrán un test PCR con resultado negativo, realizado como máximo en las 72 horas previas al ingreso, y que los ingresos deberán haber estado asintomáticos los 14 días previos, debiendo realizar un aislamiento de 14 días en caso contrario, antes de comenzar las actividades ordinarias del centro con el resto de los residentes. Cualquier incidencia en el estado de salud de las personas que hayan ingresado se comunicará de forma inmediata al contacto sanitario que corresponda, según la red establecida.