La polémica política de la semana ha llegado de la mano de un controvertido vídeo en el que se ve a unos ciudadanos mientras realizan prácticas de tiro para afinar su puntería. Las dianas sobre las que apuntan los susdichos son los rostros de Marlaska, Iglesias, Montero, Sánchez y Echenique, lo que ha llevado a todo el Gobierno y Unidas Podemos a condenar el contenido difundido inicialmente por La Marea. Sin embargo, no es la primera vez que se utilizan fotografías de políticos para protestar. Incluso se puede quemar fotos del Rey sin que sea ilegal. ¿Incurren los protagonistas de tan funesto vídeo en un delito? ¿Es coherente la izquierda al no haber condenado otras acciones similares en el pasado? El debate está servido.
El vídeo, en cuyos primeros planos enfoca a quiénes son los objetivos de su práctica de «tiro al político», muestra a un individuo que se predispone a disparar mientras se escucha gritar «¡Sentencia!». A continuación, se ve cómo el portador del arma dispara contra los elementos de tiro adornados con las fotos de Sánchez, Marlaska, Iglesias, Montero y Echenique. Todos los presentes ríen la acción mientras el que dispara hace un corte de mangas a la cámar.
RESPUESTA CASI UNÁNIME
La respuesta de los políticos no se ha hecho esperar. Uno de los primeros en reaccionar ha sido Pablo Iglesias, Vicepresidente de Derechos Sociales y Agenda 2030 en el Gobierno de España y Secretario General de Podemos.
«Ni siquiera las amenazas de muerte de estos pseudocomandos de la ultraderecha van a distraernos de nuestra tarea de reforzar la justicia social y una recuperación económica que no deje a nadie atrás. Frente a los ultras: justicia social, democracia, libertad, Gobierno», ha publicado.
También el PSOE, UP y otras formaciones políticas como Ciudadanos han condenado el contenido del vídeo. Para el Gobierno, las acciones que presentan son «amenazas graves» que «siembran el odio». También Santiago Abascal, líder de Vox, ha condenado las imágenes publicadas durante su visita a Euskadi, aunque las ha relacionado con la incitación al odio que promueve la izquierda.
Hasta ahora, no consta ningún mensaje de condena del Partido Popular ni de su líder Pablo Casado. Por el contrario, sí se han pronunciado sobre las polémicas declaraciones del concejal del PP de Novellas (Zaragoza), Eloy Valero, quien comentaba en una red social que lo mejor sería pegarle «un palizón» a Iglesias y dejarle «vegetal» porque pegarle «dos tiros es muy rápido», o que «ojalá» le asesinen «a la vista de su mujer e hijos». El PP de Aragón de momento no exigirá la baja ni el cese del político. Valero publica de forma habitual insultos y palabras gruesas hacia el Gobierno o Unidas Podemos.
INVESTIGACIONES DE POLICÍA NACIONAL Y GUARDIA CIVIL
La Policía Nacional y la Guardia Civil han abierto de oficio investigaciones, como sucede de forma habitual ante hechos que pueden ser constitutivos de delitos. El obejtivo de estas pesquisas es encontrar a los autores y participantes del vídeo. También la Abogacía del Estado ha informado de que denunciará ante ante la Fiscalía el vídeo para que identifique a los autores.
MARIANO RAJOY, GUILLOTINADO
No es la primera vez que se utilizan imágenes de los políticos y miembros del Gobierno para simular fusilamientos o guillotinas. Así, en 2016, las Juventudes Socialistas de la Vega Baja en Alicante utilizaron una fotografía de Mariano Rajoy, entonces Presidente del Gobierno, en la que en una actuación le decapitaban. La imagen se hizo pública porque la agrupación utilizó dicha imagen de grupo como portada visible de su Página de Facebook (ya eliminada). Entonces, la Abogacía del Estado no actuó y solo el PP movió ficha. Desde el socialismo se justificó la acción como parte de una performance, como algo simbólico, aunque poco afortunada. No hubo publicaciones de condena ni peticiones de investigación a la Fiscalía.
Por el contrario, ante el vídeo del tiro a los políticos, el Gobierno no ha tardado en mostrar su «total repulsa y condena de estas imágenes, que contienen amenazas graves y siembran el odio», añadiendo que «hechos así alimentan a los sectores más ultras de la sociedad que pretenden destruir valores esenciales de nuestra democracia y de nuestra Constitución, como son la convivencia y el respeto absoluto de la pluralidad política».
