Tic-Tac. El tiempo se agota. Quim Torra se encuentra ante una difĂcil decisiĂłn: confirmar mañana las medidas de confinamiento para Cataluña, arriesgándose a la fuerte oposiciĂłn y crĂtica de los empresarios, o anunciar el fin de las restricciones. Como verso libre en la polĂtica nacional, Torra ya se ha desmarcado de las resoluciones judiciales en varias ocasiones. Sin embargo, los datos arrojan una realidad poco positiva: Cataluña cuenta con brotes descontrolados y zonas con alto riesgo de reproducciĂłn y reactivaciĂłn de la temida transmisiĂłn comunitaria. En menos de 24 horas Torra anunciará las prĂłximas medidas del Govern ante una situaciĂłn que quieren vender como «moderadamente positiva».
1LÉRIDA, LA PRIMERA PIEDRA EN EL CAMINO
Ya en la primera semana de julio, Fernando SimĂłn, advertĂa al Gobierno de la Generalidad que les preocupaba la evoluciĂłn epidemiolĂłgica en la zona de El Segriá. Cinco dĂas más tarde, ante la escalada de casos, el Govern no tuvo más remedio que hacer oficial el cierre de la comarca. Fue el primer paso de un ejecutivo que hasta ese momento parecĂa confiado de que la segunda ola vendrĂa en otoño, con el regreso a las aulas y a la normalizaciĂłn de la actividad diaria. Ada Colau fue una de las primeras en criticar la tardanza de actuaciĂłn del Govern. Ya entonces puso a disposiciĂłn del gobierno regional los rastreadores a fin de ayudar tambiĂ©n a la contenciĂłn del virus en Barcelona y su área metropolitana, que comenzaba entonces a despuntar como uno de los puntos conflictivos. Torra dijo no.