El Gobierno del Principado de Asturias prepara una celebración del 8 de septiembre, Día de Asturias, diferente a la de años anteriores. Ésta podría tomar como base el homenaje institucional a los fallecidos por el nuevo coronavirus en Asturias celebrado en el ‘Texu de l’Alcordanza’.
Así se desprende de las últimas declaraciones del Ejecutivo, donde han indicado que la celebración no se desmarcará de la situación generada por la crisis sanitaria y que será distinta a la de años anteriores, con la entrega de las Medallas de Asturias en el Auditorio Príncipe Felipe y la celebración itinerante cada año en un concejo con conciertos, actuaciones de música tradicional y mercados.
Este jueves, la portavoz del Gobierno, Melania Álvarez, ha señalado a preguntas de los medios después del Consejo de Gobierno que la celebración de este año «no va a estar al margen de esta nueva situación», en referencia a la crisis sanitaria. Además, ha indicado que será en los próximos días será cuando se conozcan los detalles de la celebración.
Un día antes, durante una visita a Cudillero, el presidente Adrián Barbón anunció que el Ejecutivo iba a ser «ejemplar» con las normas sanitarias, como lo había sido, recordó, con el acto de homenaje a las víctimas de la Covid-19 en el Texu de l’Alcordanza, junto al HUCA.
Será, según indicó, un Día de Asturias «que será distinto y especial». «Un día para el respeto no solo a las victimas sino a los que parecieron el coronavirus y han seguido adelante y a todas las personas que se han implicado en esa lucha», afirmó Barbón, para añadir que desde el Principado están trabajando en un «marco distinto». «No va a ser el acto habitual de entrega de medallas, porque hay una situación excepcional», anunció.
40 AÑOS DE FESTIVIDAD
Fue en 1984 cuando una ley, la Ley 5/1984 del 28 de junio, instituyó como Día de Asturias el 8 de septiembre coincidiendo con la festividad de la Santina. La ley estableció una celebración institucional itinerante en una localidad determinada por el Consejo de Gobierno.
Con todo, cuatro años antes, en 1980, un decreto del Consejo Regional de Asturias, órgano preautonómico, ya había instituido esa fecha frente a la de organizaciones culturales, como Conceyu Bable, que celebraron durante la Transición el 25 de mayo –en recuerdo de la declaración de soberanía de la Junta General en 1808– como Día de Asturias.
La primera celebración oficial fue en Cangas de Onís –primera capital del Reino de Asturias–. Después vinieron Gijón y Avilés. En esta última ciudad, el acto institucional se celebró en la Iglesia vieja de Sabugo y acogió por primera vez en una junta oficial organizada por el Principado un discurso en lengua asturiana. Fue en boca de Josefina Martínez como miembro de la Academia de la Llingua Asturiana, que tomó la palabra en el acto justo antes del alcalde de la ciudad, Manuel Ponga, y del presidente Rafael Fernández.
Con la entrada en vigor del Estatuto de Autonomía, la Junta General puso en marcha en 1984 una comisión parlamentaria que dictaminó que el Día de la virgen de Covadonga era el más conveniente para celebrar la festividad.
Además, proponía una rotación de lugares del Oriente como escenario de celebración, sin perjuicio de que en futuro ésta se centrase «en la zona de Cangas de Onís». Por otro lado, se recogía que los actos institucionales deberían ser compatibles con los actos religiosos en el Santuario de Covadonga.
A partir de 1986 se empezaron a entregar las Medallas de Asturias, cuya primera insignia de oro fue para Felipe de Borbón y Grecia, en aquel momento Príncipe de Asturias. Dos años después, también se comenzó a celebrar un pleno institucional con carácter extraordinario por parte de la Junta General que fue aprobado, por primera vez, por la Junta de Portavoces el 5 de septiembre de 1988.