Así eran y son ahora las corralas de Madrid

Podemos decir de Madrid que es una de las ciudades por excelencia. La capital guarda secretos, jardines de ensueño, rincones, que ni los madrileños conocen. Sin embargo, hay otras cosas que marcan su esencia castiza y su tradición. Por supuesto, estas son conocidas por la mayoría, aunque no pertenezcan a la ciudad. Una de esas cosas, por ejemplo, son las corralas que guardan muchos de sus edificios.

Muchas de sus calles más conocidas, como la Tribulete, guardan espacios abiertos donde están las más famosas. En este caso, se levanta la corrala con más reconocimiento, pues cuenta incluso con el distintivo de ser patrimonio nacional de 1977. En otras ocasiones, continúan existiendo en edificios humildes donde los vecinos hacen y viven su día a día.

Mismos espacios, con matices diferentes. Así eran y así son ahora las corralas de Madrid.

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Los espacios tradicionales: así eran

que es corrala

Por aquella época, este tipo de edificios que tenían corralas solían tener unos 30 metros cuadrados, siendo optimistas. En ocasiones, tan solo contaban con 20 metros y las características eran diferentes a como son ahora.

Por ejemplo, una de las cosas por las que se reconocían era por tener un solo un retrete al final del pasillo. En la época, las condiciones de habitabilidad eran bastante malas, además de precarias.

En la zona de Lavapiés y en el resto de Madrid, se cuentan unas 400 corralas. Sin embargo, también quedan vestigios de este tipo de viviendas en barrios populares como Vallecas o el ahora renovado Malasaña.