Así eran y son ahora las corralas de Madrid

Podemos decir de Madrid que es una de las ciudades por excelencia. La capital guarda secretos, jardines de ensueño, rincones, que ni los madrileños conocen. Sin embargo, hay otras cosas que marcan su esencia castiza y su tradición. Por supuesto, estas son conocidas por la mayoría, aunque no pertenezcan a la ciudad. Una de esas cosas, por ejemplo, son las corralas que guardan muchos de sus edificios.

Muchas de sus calles más conocidas, como la Tribulete, guardan espacios abiertos donde están las más famosas. En este caso, se levanta la corrala con más reconocimiento, pues cuenta incluso con el distintivo de ser patrimonio nacional de 1977. En otras ocasiones, continúan existiendo en edificios humildes donde los vecinos hacen y viven su día a día.

Mismos espacios, con matices diferentes. Así eran y así son ahora las corralas de Madrid.

Qué son las corralas

corralas siglo xix

Las corralas son una de las edificaciones más típicas de Madrid. De un primer vistazo, nos pueden recordar a las viviendas andaluzas o a aquellas que cuentan con una tradición árabe. El patio central lo inunda todo, haciendo las veces de lugar de reunión para los lugareños.

Las primeras aparecieron después de que Felipe II decidiera trasladar la corte a Madrid, allá por el 1561. La población de la ciudad aumentó hasta límites insospechados, por lo que había que cuidar al máximo el espacio utilizado para vivir.

Muchos años después, en el siglo XIX, muchas personas decidieron irse del capo para encontrar un trabajo mejor remunerado en la ciudad. Este fue el momento clave en el que las familias empezaron a vivir, en su mayoría, en este tipo de viviendas.