La consejera de Sanidad de Castilla y León, Verónica Casado, ha advertido de que si no se frenan los contagios puede ser un mes de noviembre «terrible» y para ello ha reclamado de nuevo herramientas que permitieran establecer confinamientos programados «si fuera necesario», algo que no quiere decir que se vaya a hacer si se consigue ralentizar la transmisión de la COVID-19.
Casado se ha expresado así en el marco de su comparecencia en las Cortes de Castilla y León, donde ha señalado que el objetivo principal en la actualidad es disminuir la incidencia de casos nuevos de la enfermedad, contener los contagios y la prevalencia, de manera que se podrá rebajar la letalidad, la mortalidad y las consecuencias de la misma.
La consejera de Sanidad considera «evidente» que la pandemia tiene un impacto sobre el sistema sanitario, lo que se trata de mitigar, pero también sobre lo psicosocial y económico, por ello hay que valorar las medidas que se toman y ver que el «balance riesgo-beneficio» permita avanzar y mitigar el impacto de la pandemia.
Por ello, ha agregado, siguen «dando pasos» como las medidas de cierre de hostelería, grandes superficies y otros establecimientos que se ha aprobado hoy y el respaldo a estas decisiones con la declaración institucional con el comité de expertos con el que se toman.
«Lo que evidente es que probablemente tengamos que seguir tomando decisiones», ha insistido la consejera, quien ha aclarado que no se quiere el confinamiento de marzo «de ninguna de las maneras» y se va a intentar mantener la actividad laboral y educativa, como en otros países.
Por ello, ha recordado que el anterior Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (CISNS) ya pidió herramientas jurídicas para hacer confinamientos programados «si fuera necesario».
UNA OLA «DIFERENTE»
Casado ha explicado que esta «segunda o tercera fase» tiene características muy diferentes por el comportamiento del virus, que es «altamente transmisible» y tiene afectados con características distintas a la primera, ya que son más jóvenes, por lo que si en los primeros meses se trataba de «taponar» ahora se trata de mantener el sistema abierto lo máximo posible para poder atender enfermedades «tiempo dependientes» como infartos, ictus o cáncer.
Así, la consejera ha apuntado que se trabaja y se toman medidas sanitarias y no sanitarias, de carácter restrictivo, y están «sobre la mesa» muchas estrategias, algunas que no se han hecho porque se ha visto que hay que mantenerlas hasta el final, como el cierre de la educación.
Sin embargo, ha advertido de que esta ola «puede ser larga», no se sabe cuánto va a durar y podría extenderse hasta mayo, pero además puede ser un noviembre «terrible» para todos.
Verónica Casado ha explicado que mientras el Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades (ECDC) pone el punto de corte para la toma de determinadas medidas o para considerar grave la situación los 240 casos por cada 100.000 habitantes, en España a día de hoy la tasa sube «de manera escandalosa» y llega a los 521,07 de media, con Castilla y León muy por encima con 828 casos por cada 100.000 habitantes en 14 días, quinta en incidencia acumulada y tendencia general al crecimiento y un riesgo «muy alto o extremo».
Además, Castilla y León es la tercera tras Navarra y Rioja en hospitalizaciones y también se sitúa en este puesto en cuanto a fallecimientos, mientras que en número de ingresos en UCI está la séptima. Casado ha aclarado que está «muy superado» el punto de corte de 500 casos por cada 100.000 habitantes en todas las provincias menos en Soria, que lo está haciendo, y Segovia, pero algunas están «bastante por encima» como Burgos (1.381).
Aún así, ha reconocido que el número reproductivo básico instantáneo, que indica los contagios que puede provocar cada persona, ha vuelto a bajar, algo que «puede ser una pequeñita señal de que a lo mejor se está empezando a frenar» la transmisión y de que algunas de las estrategias tienen cierto efecto, pero cree que es muy pronto aún para evaluarlo. Así, éste índice se sitúa en 1,07, pero hay zonas que están en el 1,26 como Ávila y cree que lo importante es frenar la contagiosidad y situarse en «lo ideal» que es por debajo del 1.
CASOS EN EL MEDIO RURAL
Otro de los cambios que se han producido ahora con respecto a la anterior ola es cómo se ha visto afectado el medio rural, con muchísimas zonas libres de coronavirus salvo algunas que se vieron afectadas cuando se decretó el estado de alarma y el confinamiento total por su cercanía a Madrid como Segovia y Soria, pero ahora «ha cambiado el panorama» y ahora la afectación se ha generalizado.
«Ha habido una siembra total que ha empezado a partir de la segunda quincena de agosto», ha explicado Casado, quien ha apuntado que coincide con las «no fiestas» de las localidades, a lo que se ha sumado una cierta «pérdida de miedo» al coronavirus y un contacto social sin protección, lo que ha hecho que el mapa de Castilla y León esté ahora mismo «absolutamente sembrado».
La consejera ha incidido en que en esta segunda ola, en los últimos 14 días la mitad de los casos corresponden al medio rural, que en la primera estaba más protegido, algo que no es una cuestión sólo de Castilla y León, sino que pasa en muchos otros sitios.
En cuanto a la ocupación hospitalaria, actualmente hay 1.578 pacientes COVID ingresados, de los que 1.386 se encuentran en plantas que están al 68 por ciento, y 192 en UCI, con las unidades de críticos ampliadas al 67 por ciento.
La situación en algunos hospitales es buena, pero otros se encuentran en el entorno del 80 por ciento y con una ocupación igual a la del 22 de marzo.
Sin embargo, ha agregado la consejera, en esas fechas estaban «totalmente cerradas» las consultas y los quirófanos y ahora el trabajo de los profesionales ha hecho que se pueda mantener un porcentaje de actividad que se intentará mantener lo más alto posible.
Verónica Casado ha apuntado que se está ante «la peor pandemia de este siglo» y, al igual que los conflictos bélicos y los desastres, hay víctimas «directas e indirectas» y tendrá un impacto social y económico «muy, muy grave», por lo que se trabaja con el objetivo también de mitigarlo, al igual que se trabaja en que la letalidad sea la menor posible, para lo que continuarán tomando medidas.