La Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales (FAES) del expresidente José María Aznar considera que la victoria del demócrata Joe Biden no supondrá «una rectificación inmediata en la apuesta proteccionista» que emprendió el aún presidente Donald Trump.
«La negociación será más fluida pero no menos complicada», sostiene FAES en un análisis publicado este martes en el que recalca que Biden tendrá que hacer frente a nuevas realidades que han surgido no solo «por» sino también «en» la presidencia Trump.
Además de la pandemia «de enorme impacto ante la que Estados Unidos no ha querido ejercer el liderazgo, en el escenario está también que «China va a seguir siendo el antagonista estratégico de Estados Unidos» y eso «la derrota de Trump no lo cambia».
FAES también cree que «la reconstrucción de una relación atlántica que Trump ha dejado en mínimos no llevará a Europa y a Estados Unidos a revivir esa relación en los mismos términos de la guerra y la posguerra fría.
En Oriente Medio, añade, «las cosas han cambiado sustancialmente y sería absurdo negar el alcance de los acuerdos Abraham promovidos por la Administración Trump aprovechando el desafío que plantean a los países árabes las pretensiones hegemónicas de Irán».
La Fundación contempla el mandato de Biden como «una presidencia por construir en la que se depositan expectativas crecientes» en lo relativo a la pandemia, a la «recomposición de las relaciones con Europa» y a la necesidad de superar la polarización política en Estados Unidos, polarización «que no es imputable en exclusiva a Trump pero que este ha manejado».
En ese sentido, advierte de que Biden solo logrará superar esa polarización si es capaz de formular un «verdadero proyecto nacional» para todos los ciudadanos y no «políticas de identidad» dirigidas a las minorías.
A ojos de FAES, Biden haría bien en no alinearse con el «ala radical» del Partido Demócrata y en buscar acuerdos con los republicanos. Es más, cree que ese escenario, con Biden como potencial artífice de acuerdos, se favorece por el hecho de que los demócratas no hayan logrado una «ola azul», con una «gran decepción» en Florida, menos escaños en la Cámara de Representantes y siendo «perfectamente posible que los republicanos retengan el control del Senado».
En cuanto al Partido Republicano, sostiene que la derrota de Trump abre la puerta a la «reconstrucción del espacio republicano desde una sólida presencia institucional en las dos Cámaras».
Según su análisis, del mandato de Trump, los republicanos deben mantener «la preocupación por esa América del interior, de clases medias devaluadas, de desindustrialización y ruptura del tejido comunitario», pero debe reconstruir un espacio «que no le condene al radicalismo populista y al cultivo de la polarización», para así «aspirar a ser la opción ganadora dentro de cuatro años».