El Gobierno está dispuesto a gastarse hasta 364.652,86 euros en los nuevos puntos de fumadores de la T4 del aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas. El alcance consiste en la delimitación de dos áreas con cerramiento de mampara, sustitución de la pavimentación, ejecución de nuevas instalaciones de Baja Tensión, RMS, PCI y control de accesos que darán servicio a estos puntos de fumadores, adecuación de salidas de evacuación, señalética operacional y suministro de mobiliario. La geometría de los cerramientos atiende al criterio de conseguir la mayor superficie para los puntos de fumadores pero teniendo en cuenta los anchos de paso necesarios para las salidas de evacuación del edificio y las del filtro de seguridad. En el aspecto estético, se persigue dar una imagen moderna y limpia. Hasta este momento no se permitía fumar en ningún punto del aeropuerto madrileño salvo en la sala Vip de la T1, que cuenta con una terraza.
Este desembolso desproporcionado de dinero público se produce en un contexto en el que la sociedad parece estar dándole la espalda al tabaco. Actualmente en España la ley vigente es la de 2010 por la que se prohíbe fumar en los locas de uso público cerrados, en parques infantiles y áreas o zonas de juego para la infancia, espacios dentro de los recintos sanitarios y en los medios de comunicación (esto es: en programas o imágenes en las que los presentadores apareciesen fumando, mencionasen o mostrasen marcas, nombres comerciales, logotipos o cualquier otro rasgo identificativo relacionado al consumo del tabaco). El objetivo de esta ley no era otro que el de disminuir el hábito de fumar.
Diez años después, el Gobierno se plantea una nueva normativa del tabaco cuyo propósito no deja de ser el mismo que el anterior: disminuir el consumo y promover hábitos saludables. Para conseguir este objetivo se van a llevar a cabo dos medias. Por un lado, la subida de impuestos sobre el precio del tabaco. Por otro, la creación de una nueva Ley de Ordenación del Mercado de Tabacos y Normativa Tributaria que no se cambia desde 1998.
El ministerio de Hacienda, capitaneado por María Jesús Montero, también endurecerá la normativa en cuanto a la venta de tabaco y dispositivos electrónicos, hasta ahora no recogidos en la Ley Antitabaco ya que son de nueva creación. Esta nueva moda fue muy aceptada sin embargo, numerosos estudios han demostrado que vapear se equipara a fumar un cigarrillo tradicional y que, por tanto, se prohibirá su consumo en establecimientos públicos cerrados. Otra de las novedades de esta ley será la de prohibir fumar en coches particulares cuando se viaje con menores dentro del vehículo.
La pandemia provocada por el Covid-19 también ha modificado los hábitos relacionados con el tabaco. Muchas provincias han tomado medidas para evitar la propagación del virus, entre las que se incluye la de prohibir fumar en las terrazas de bares y restaurantes. Aunque todavía no hay evidencias científicas de a cerca de la transmisión del coronavirus a través del humo provocado por el tabaco, si es cierto que el riesgo de contagiar las personas de su entorno aumenta al exhalar si sus gotas contiene cierta carga viral. Por su parte, la Organización Mundial de la Salud (OMS) tuvo que desmentir la idea de que la nicotina frenase el avance del covid instando a “investigadores, científicos y medios de comunicación a ser prudentes y evitar difundir la idea no probada de que el tabaco o la nicotina podrían reducir el riesgo de padecer COVID-19”. Además, recalcó que “actualmente no hay información suficiente para confirmar ningún vínculo entre el tabaco o la nicotina y la prevención o el tratamiento de esta enfermedad”.