Gran Hermano: historias de amor que acabaron como el rosario de la aurora

A lo largo de toda la historia de Gran Hermano, el reality más popular de Telecinco, ha ido surgiendo el amor entre las paredes de la casa de Guadalix de la Sierra. Sin embargo, muchas de las historias fraguadas en ella no acabaron demasiado bien.

En un año en el que la pandemia sanitaria del coronavirus ha provocado la ausencia del concurso, repasamos las historias de amor que acabaron como el rosario de la aurora, con los protagonistas inmersos en discusiones en los platós de televisión.

ADARA MOLINERO Y GIANMARCO ONESTINI

ADARA MOLINERO Y GIANMARCO ONESTINI

La relación entre Adara Molinero y Gianmarco Onestini se fraguó de manera clandestina en la casa de Gran Hermano VIP, en Guadalix de la Sierra. Todo parecía ir bien entre ellos hasta que, pocos meses después, se confirmó su ruptura.

El italiano aprovechó su cuenta en la red social de Instagram para lanzar un mensaje: «Necesito estar bien yo primero para poder hacer sentir a vosotros. Pronto volvemos a hablar». La exmodelo madrileña y ganadora de la edición, hizo lo propio con una publicación que hizo que se especulara sobre la crisis entre ambos: «Tener rabietas no es portarse mal ni tener relaciones exageradas: es sentir, tener opiniones y objetivos propios».

La relación no ha acabado bien entre ellos. Gianmarco acusó a Adara de mantener conversaciones con otra persona con la que tonteaba a través de las redes sociales. Por ello, en medio confinamiento, decidió hacer las maletas a su país.