Salsa de tomate: la receta de Chicote que te hará odiar la del ‘súper’

¿Puede un simple ingrediente arruinar todo el sabor de un plato que has estado cocinando durante horas? La respuesta es que sí, un rotundo sí. Todo buen chef que se precie debe utilizar la mejor materia prima y comprar lo menos posible productos procesados del supermercado. ¿Sabría igual una paella de marisco con caldo comprado? ¿Serían lo mismo las croquetas de jamón de la abuela si la bechamel no es casera? Claro que no. Y con el tomate frito ocurre igual. Un buen plato de pasta o un pisto no tienen, ni por asomo, el mismo gusto con una salsa de tomate del Mercadona que con una casera.

Ya sea por falta de tiempo o por falta de ganas, muchas veces queremos saltarnos ciertos pasos a la hora de cocinar. El uso frecuente de salsa de tomate de bote es un claro ejemplo de ello. Ese producto está muy bien para salir del paso en determinadas circunstancias. Pero si tu idea es hacer comida 100% casera lo mejor sería que te tomes unos minutos más, cojas de tu nevera unos cuantos tomates maduros y los conviertas en salsa. Alberto Chicote tiene algunas ideas fantásticas para que tu mismo hagas el tomate frito. Además puedes conservarlo en frascos durante unos cuantos meses. Presta atención. Si sigues estos consejos del famoso cocinero y presentador de TV cambiará para siempre el sabor de tus almuerzos y cenas.

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Elaboración de la salsa de Chicote

Pica las cebollas, las zanahorias y las raíces del apio en dados muy pequeños y rehógalos en una cacerola con abundante aceite de oliva. Ten cuenta es que al hacer tanta cantidad de tomate vas a necesitar una olla bien grande. Que las verduras se cuezan a fuego bien fuerte sin tapar el recipiente. Pasada media hora tapa la cacerola y deja a los ingredientes cocinándose en su propio jugo durante 1 hora más.

Una vez que las verduras logren una textura similar a la del puré añade todos los tomates troceados. Tapa y deja que se cuezan 1 hora. Ve removiendo con frecuencia. Tritura con la mixer y pon la cantidad de sal necesaria. Cuela y vuelve a poner al fuego. Eso sí, ten mucho cuidado que la salsa de tomate no se pegue al fondo de la olla. Una vez que hierva, retira del fuego y déjalo a temperatura ambiente. Una vez frío ya puedes envasar y congelar el tomate frito.

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