El autor confeso de la muerte de una mujer en Linares (Jaén) ha sido puesto este viernes a disposición del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 2 de esta ciudad, según han informado fuentes de la Policía Nacional.
Desde este cuerpo, se ha «descartado un delito de violencia contra la mujer» en este homicidio, una vez que se ha «descartado al completo que existiera una relación sentimental» entre la víctima y el autor confeso de su muerte, según informaó este jueves.
El hombre –que reconoció haber acabado con la vida de la mujer, cuyo cadáver fue descubierto en la madrugada de este miércoles con evidentes signos de violencia junto a un contenedor– ha estado detenido hasta ahora en dependencias policiales, en tanto se terminaba el correspondiente atestado.
Parte de la investigación policial se ha centrado en la relación de la víctima, de 57 años, y el hombre, de 43 años, y ha concluido que «solamente existía una relación de amistad». Se rompió en 2019, cuando él quemó un toldo de la casa de la víctima, una persona a la que ha definido como «positiva» y a la que «le gustaba ayudar a los demás».
La amistad se retomó hace unos cuatro meses. El presunto autor contactó con ella explicando que residía en una pensión en el cercano municipio de Bailén y que necesitaba ayuda para buscar un piso. De este modo, «por mediación de la mujer» el propietario del piso de la calle Santiago donde ocurrieron los hechos se lo alquiló.
El hombre entró en la vivienda el 1 de febrero y volvió a llamarla por si podía «ayudarlo en la mudanza», a lo que ella accedió. A falta de la confirmación de la autopsia, los investigadores creen que la muerte se produjo «en la horquilla entre las 19,00 y las 22,00 horas» del martes como consencuencia de diversos golpes.
Después, al amparo de la noche, supuestamente trasladó el cuerpo hasta unos contenedores en la calle Baños, situados junto al antiguo mercado de abastos, donde fue hallado por operarios de la recogida de la basura. Además, intentó «borrar todo rastro de sangre de la vivienda».
Del resultado de las pesquisas, la Policía Nacional ha descartado un delito de violencia contra la mujer en este homicidio, cuya motivación se desconoce por el momento. «No sabemos el motivo por el que actuó de esta manera. Sí que es verdad que por manifestaciones de diferentes testigos dicen que ella había manifestado que estaba detrás de ella, quería tener una relación sentimental. Pero ella reiterativamente lo negaba, aunque él seguía insistiendo», afirmaron las citadas fuentes.
ENCUBRIMIENTO
Por otra parte, la Policía Nacional detuvo por un presunto delito de encubrimiento a un taxista de Bailén, al que llegaron por el registro telefónico del autor confeso del crimen, de modo que fue citado para prestar declaración.
Explicó que sobre las diez de la noche recibió una llamada del detenido, al que conocía, y le dijo que tenía que hacerle un servicio. Sobre la una de la madrugada llegó a la puerta del antiguo mercado y el arrestado le pidió que subiera al piso «para ayudarle a recoger unas maletas». Una vez en la vivienda le dijo que «tiene que ayudarle al traslado de un cadáver».
Ante su reacción de «estupefacción», insistió en que «era una broma» y lo que ocurría es que «había quedado con una chica en Guarromán» y la cita se había anulado. Finalmente, el detenido le entregó 20 euros y el taxista se marchó a casa «pensando si sería o no una broma» y no informó a la Policía.
De este modo, una vez que el taxista hizo referencia a un cadáver, los agentes pararon la declaración y lo detuvieron para ser asistido por un letrado, según han indicado desde el CNP, añadiendo que «ha colaborado activamente» en la investigación y ha aportado grabaciones de las cámaras del vehículo. Así las cosas, quedó en libertad a la espera de ser requerido por la autoridad judicial.
LLAMADA
Fue sobre las 3,47 horas de este miércoles cuando en la sala del 091 se recibió una llamada en la que se comunicaba la presencia del cadáver de una mujer en la calle Baños, junto a unos contenedores, y que presentaba «síntomas de haber sido agredida». Fueron los operarios de la recogida de basura los que alertaron a la Policía Local y ésta a su vez, dio aviso a la Policía Nacional.
Inmediatamente, varias patrullas se dirigieron al lugar y encontraron el cuerpo, por lo que se activó el protocolo de aparición de cadáver. Sin embargo, los agentes observaron un reguero de sangre que iba hacia la calle Santiago, paralela a donde se encontró el cuerpo y a unos 50 metros de distancia.
Tras seguir el rastro, los agentes entraron en un bloque del número 34 de la calle Santiago. Una vez allí, comprobaron que «la sangre llevaba hasta un ascensor y, concretamente, hasta un segundo piso». Llamaron a la puerta, pero nadie abrió, por lo que solicitaron la presencia de los Bomberos para forzar la entrada. Ya en el interior encontraron al detenido con la ropa manchada de sangre. Fue entonces cuando manifestó a los policías que, efectivamente, había sido él y que la víctima le estaba «extorsionando».
Tanto el arrestado como la víctima habían formado parte del fichero VioGen. Él como presunto agresor de violencia de género y ella como víctima, pero con parejas diferentes. Los casos en dicho sistema de seguimiento aparecen como inactivos a fecha de hoy.