Casado busca el divorcio de Iglesias y Sánchez con la renovación del CGPJ

El Partido Popular necesita cualquier material que le ayude a quitarse los focos de encima después de la debacle electoral en Cataluña. En primer lugar, la formación conservadora ha optado por tomar medidas de efecto, como vender la sede de Génova, para redimirse. Pero ahora, al ver que estas iniciativas no han surtido el efecto esperado, han optado por ahondar entre las diferencias que separan a Unidas Podemos del PSOE. El PP se ha ofrecido estos días para facilitar la estancada renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) siempre que Pedro Sánchez excluya a la formación morada de la ecuación y también han exigido al presidente que cese al vicepresidente del Gobierno y líder de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, por promover y alentar los disturbios que han azotado las principales ciudades españoles tras la encarcelación del rapero Pablo Hasel.

Tras el resultado bochornoso de las elecciones catalanas, el PP sabe que no encontrará la solución asumiendo cambios sustanciales, o al menos es lo que considera la cúpula de la calle Génova. En su lugar, el Partido Popular ha optado por ahondar en las diferencias públicas y notorias que separan al PSOE y a Unidas Podemos. El primer escenario de acción ha sido la estancada renovación del CGPJ. Ahora, tras meses sin hablar sobre la posibilidad de abordarla con seriedad, altos dirigentes del PP

El secretario general del Partido Popular, Teodoro García Egea, ha dejado claras las exigencias populares en un intento de lanzar la bola al tejado socialista. «Estas son nuestras condiciones: 1. Retirar la reforma del PSOE-Podemos contra la independencia judicial 2. Despolitizar la elección del CGPJ y Fiscalía 3. Excluir a Podemos del proceso Sánchez acusa la presión que hemos conseguido en la UE. Pero debe cumplir estas condiciones», ha comentado el secretario general del PP. Tras los comicios en Cataluña, los populares se plantean volver a jugar sus cartas en algunos asuntos. Y este es uno de ellos, pero antes de hacer nada quieren asegurarse en que ahondan en la cicatriz que separa a la coalición de Gobierno.

El PP parece ahora más dispuesto a retomar las conversaciones con el PSOE en referencia a la renovación del Consejo General del Poder Judicial remarcando especialmente la exigencia de que Iglesias y los suyos deben quedar completamente fuera del reparto. Pablo Casado necesita desviar la atención y, sobretodo, necesita debilitar los apoyos del PSOE si quiere tener opciones de gobernar. Dividir la izquierda, sin más. Al menos la mitad de lo que lo está la derecha en estos momentos.

El otro área de acción es criticar a Podemos por su temas menores a nivel de política de Estado, pero que hacen daño a corto plazo en la imagen de la formación. Los comentarios de dirigentes del partido de Iglesias en referencia a la encarcelación del rapero Pablo Hasel es uno de ellos, pero también hay otros temas, como puede ser el hecho de que el cofundador de Podemos Juan Carlos Monedero haya presuntamente utilizado pagos de Neurona para pagar su hipoteca, que sirven al PP para intentar desviar la atención.

«Esperando a que Pedro Sánchez ponga un tuit condenando la violencia a la que ha incitado Podemos y que anuncie el cese de los podemitas…», ha comentado la diputada del PP en la Asamblea de Madrid Almudena Negro. Pero no es la única, pues el Partido Popular ha lanzado una ofensiva contra Podemos para aprovechar el filón de la encarcelación de Hasel y las protestas posteriores. «Después de que el tal Hasél deseara la explosión del coche de Patxi López, pidiera matar a Bono o disparar a los “peperos”, estas declaraciones demuestran que el Gobierno tiene la escala de valores tan desafinada como la del delincuente rapero», ha comentado la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso.

Esta estrategia popular de emergencia no busca otra cosa que alejar las cámaras del brutal debate interno y la crisis de liderazgo que se vive en Génova tras el resultado de las elecciones catalanas. Echar balones fuera en un momento en el que el PP vive una revolución interna que podría acabar con Pablo Casado fuera del partido, dada la cantidad de críticas que se escuchan dentro de la formación conservadora. Pero Hasel y la renovación del CGPJ no serán suficientes para tapar tantas voces. Puede que sí esta semana, pero esto va para largo.

Dentro del PP culpan a Vox de haber partido por la mitad el electorado de derechas. La estrategia de la cúpula es hacer lo mismo con la izquierda y romper el Gobierno de coalición porque «saben» que el PSOE y Unidas Podemos no mantienen una relación decente desde que emprendieron esta legislatura juntos en 2019. Sin embargo, fuentes del partido apuntan a que es todo fachada y que aunque el PSOE opte por apartar a Unidas Podemos de la renovación del Consejo, no darán su brazo a torcer ya que lo cierto es que no tienen intención de dar concesiones a Sánchez.