La exposición en redes sociales como Instagram, de muchas famosas en influencers, las convierte en el punto de mira de muchos haters, que aprovechan el anonimato para convertir este medio virtual en un campo de batalla donde desfogar odio, amargura, envidia y demás emociones tóxicas y negativas. Si bien es normal que reciban con frecuencia críticas negativas, por lo general son más los beneficios que obtienen por exhibir su vida cotidiana en redes. Sin embargo todo tiene su límite, sobre todo cuando la crítica pasa al insulto o al acoso, y llega un momento en el que estas famosas reaccionan denunciando la situación. No son pocas las influencers que tienen que aguantar cada día con toda la paciencia posible un sinfín de comentarios despectivos y desagradables. La que más recientemente ha expuesto sus quejas ha sido Irene Rosales, la mujer de Kiko Rivera Pantoja.
